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Todo sobre el celibato sacerdotal

Les vamos a contar de dónde nace esta idea, a quién se le ocurrió, qué significa, qué es y qué no es el celibato sacerdotal.

julio 29, 2021

Padre Raúl Martínez Arreortúa
Licenciado en Sociología por la IBERO. Tiene una maestría en Pastoral Urbana por la Universidad Lumen Gentium. Presidente del Secretariado Social Mexicano. Párroco en la Parroquia de San Rafael Tlalmanalco.
IG: @raul_arreortua

¿Qué significa ser sacerdote?

El sacerdote es, ante todo, un mediador entre Dios y los hombres.
Su misión es la dirección y la administración de los sacramentos, así como también el anuncio del

Evangelio.

¿Qué es el celibato clerical?

El celibato, en su sentido genérico, es la condición de quien por opción no contrae matrimonio.

El celibato sacerdotal es cuando esta elección se hace a cambio de una dedicación total a los servicios religiosos, por medio de la ordenación presbiteral.

Hay cinco conceptos relacionados que se suelen confundir: la castidad, la virginidad, la vocación virginal, el celibato y el celibato sacerdotal.

El celibato sacerdotal es una dedicación total de la persona al servicio de Dios y de la comunidad.

Se vincula a la vocación virginal, pero no es exactamente lo mismo. Religiosos que no ejercen la función sacerdotal también pueden mantener la vocación virginal.

La virginidad es la condición de aquel que nunca tuvo relaciones sexuales, pero la vocación virginal es la renuncia de la vida sexual activa – o sea, no hay que ser virgen para escogerla.

La persona renuncia a una vida sexual activa para canalizar toda su energía y toda su persona en su relación con Dios.

Esta idea NO ES UNA INVENCIÓN DEL CRISTIANISMO. Los monjes budistas y las vírgenes vestales- sacerdotisas de la diosa Vesta de la Roma Antigua- mantienen el mismo ideal de vocación.

De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia católica, para los casados la castidad se ejerce manteniendo relaciones sexuales y siendo fieles el uno al otro, para el soltero, absteniéndose de prácticas sexuales propias de los casados.


Historia

Originalmente, los primeros sacerdotes católicos no necesitaban ser célibes.

Eso fue siendo reconocido como un valor importante a medida que pasaron los siglos.

Alrededor de los siglos 3 y 4, sin embargo, ya existían movimientos dentro del catolicismo proponiendo que los religiosos practicasen el celibato.

Y la Iglesia tuvo varias idas y venidas en cuanto al tema, e incluso regiones diferentes adoptaron prácticas diferentes, ya que era una época de comunicación precaria.

La preocupación con el celibato empezó a cobrar fuerza a partir del siglo 11. Papas como León IX y Gregorio VII temían por la «degradación moral» del clero.

De modo que el celibato acabaría instituido en los dos concilios de Letrán – el primero, en 1123, el segundo en 1139.

A partir de los concilios, quedó decretado que clérigos no podrían casarse o relacionarse con concubinas.

El celibato también fue defendido en otro concilio de Letrán (en 1215), y en el Concilio de Trento (entre 1545 y 1563).

Muchos dicen que a partir del siglo 10 la Iglesia se enriquece con el celibato, ya que no tiene compartir los feudos con los hijos de los sacerdotes. Esto es en parte verdad. Pero el objetivo más grande es que haya un misionero que esté siempre libre para asumir misiones y cargos.


Hoy en día

En el siglo 20 el tema volvió a resurgir con el Papa Pío XII, que defendió el celibato en la encíclica Sacra
Virginitas.

Y en el segundo Concilio Vaticano, en 1965, el Papa Pablo VI también divulgó un documento, De Sacerdotio Ministeriali, abordando el asunto.

En una carta de 1979, el papa Juan Pablo II afirmó: «Fruto del equívoco -si no de mala fe- es la opinión, con frecuencia difundida, de que el celibato sacerdotal en la Iglesia católica es sólo una institución impuesta por ley a aquellos que reciben el sacramento de la Orden. Todos sabemos que no es así».

«Todo sacerdote que reciba el sacramento de la Orden se compromete al celibato con plena conciencia y libertad, después de la preparación de varios años, profunda reflexión y asidua oración», escribió el pontífice.

«Toma esa decisión sólo después de haber llegado a la firme convicción de que Cristo le concede ese ‘don’, por el bien de la Iglesia y para el servicio de los demás. Sólo entonces se compromete a observarlo toda la vida», explicó.

Su sucesor Benedicto XVI también hizo declaraciones acerca del celibato: «Para comprender bien lo que significa la castidad debemos partir de su contenido positivo, explicando que la misión de Cristo lo llevaba a una dedicación pura y total hacia los seres humanos». «Con el voto de castidad, los sacerdotes, religiosos y religiosas, no se consagran al individualismo o a una vida aislada, sino que prometen solemnemente poner las relaciones intensas de las cuales son capaces al servicio del Reino de Dios», dijo en una misa.


¿Qué dice el Papa Francisco?

Según sus declaraciones, el celibato clerical, no es un dogma de fe, sino un reglamento de la Iglesia.

Dogmas son cosas que la Iglesia considera «verdades absolutas»: puntos fundamentales e indiscutibles de su fe, que por lo tanto no pueden ser modificados. Son dogmas, por ejemplo, la resurrección de Cristo y la Santísima Trinidad.

«El celibato no es un dogma de fe, es una regla de vida que yo aprecio mucho y creo que es un don para la Iglesia. No siendo un dogma de fe, siempre tenemos la puerta abierta para cambiarlo», reconoció recientemente el Papa en una conversación con periodistas. «En este momento, sin embargo, no lo tenemos pensado», especificó.


¿Hay un dilema en la Iglesia?

En un artículo divulgado por la agencia estadounidense Religion News Service, que existe desde 1934, el padre jesuita Thomas Reese defendió que el celibato clerical fuera opcional.

«El Papa Francisco ha dicho que está abierto a la posibilidad, pero quiere que la demanda venga de conferencias episcopales nacionales», afirmó Reese ahí.
Reese dice que, a lo largo de la historia y alrededor del mundo, son muchos los religiosos que no siguen la norma.

La Iglesia, sin embargo, mantiene el celibato porque cree que así se desempeñan mejor las funciones religiosas.

Ceder a las presiones para que los sacerdotes se casen sería, según la Iglesia, facilitar la entrada de personas que no tienen verdadera vocación y que se acabarían convirtiendo en malos sacerdotes, explican sociólogo religiosos.


Celibato y pederastia

Según el Instituto de Estudios de la Sexualidad de Barcelona (IESB), el ser sacerdote o religioso célibe no supone una inclinación a la pederastia por sí misma, pero sí puede ser que personas con esta problemática psicológica se acerquen al sacerdocio o la vida religiosa.

Más del 95 % de los casos de pederastia ocurren al seno de la familia de las víctimas, como lo asegura la UNICEF, pero la Iglesia, sin pretenderlo, se ha convertido en un espacio que da cabida a pedófilos, dice el IESB.

Las personas que sienten atracción por las niñas y niños eligen profesiones o actividades que los acerquen a estos. Es el caso de entrenadores deportivos, monitores, profesores, sacerdotes y religiosos.

Escogen esas profesiones, “para enmarcar su pedofilia”, asegura la Asociación Española de Psiquiatría Legal (AEPL).

Este comportamiento está presente “en todos los contextos sociales, culturales y religiosos, y no solo en los católicos” y de tres de cuatro casos de pedofilia ya existía un contacto entre el niño y el adulto, afirma el IESB.

julio 29, 2021