Adriana Esteva
Especialista en Nutrición Emocional
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Nuestra yo delgada vive y ha vivido desde siempre en nosotros, es esa parte que sabe lo que necesitamos. Por circunstancias que en cada persona son diferentes, apareció este segundo personaje que es la yo no delgada con la “misión” de cubrir, proteger, alejar, agredir, huir….lo que en cada caso se le haya asignado. Esta yo no delgada se convirtió en una armadura que en su afán de protegernos, nos ha alejado de nosotros mismos.
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Aunque nuestra yo no delgada se ha nutrido de juicios, rechazo, miedo, malestar, frialdad, agresión, repulsión, maltrato, etc. lo que en verdad quiere, es protegernos y obedece simplemente a nuestro íntimo deseo de que permanezca con nosotros.
Haz el siguiente ejercicio:
- Anota todas las cosas que has dejado de hacer porque estás gorda o no tienes el cuerpo ideal.
- Y ahora cambia la oración: He usado al sobrepeso o la obsesión por el peso para no tener novio.
- Haciendo este ejercicio puedes empezar a ver, alguna de las misiones que tiene tu yo no delgada.
Dice Marianne Williamson en el libro “La Dieta del alma” que “SERÁ TU CAPACIDAD DE AMAR A TU YO NO DELGADA LA QUE HARA QUE DESAPAREZCA”
Para poder amar a alguien, necesitamos conocerlo, así que el primer paso será conectar con las dos.
Una vez que sabes que tu yo delgada sigue existiendo en ti, esperando regresar y que medio aceptas que tu yo no delgada está en ti porque tú la has necesitado, te invito a que escribas tres cartas: Una de tu yo delgada a tu yo no delgada, otra de tu yo no delgada a tu yo delgada y una tercera de ti a tu yo delgada y a tu yo no delgada.
Algunas de las chavas en el taller escribieron:
1. Mi yo delgada a mi yo no delgada: “¿Por qué un día decidiste quitarme la paz? Me dejaste sepultada y por poco olvidada, me llenaste de kilos y de traumas. Echaste a perder mi cuerpo, ese cuerpo perfecto, frágil y hermoso. Lo llenaste de kilos y cada kilo hacía que mi mamá me odiara más, cada kilo me alejaba de la felicidad de moverme, de ser ligera y aceptada…..
2.Mi yo no delgada a mi yo delgada: Yo no sabía que tú estabas aquí, yo solo sabía que tenía que estar pensando que era la única, me sentí muy sola, y saber que estabas aquí me hubiera ayudado mucho a aligerar la carga; he estado muy confundida, ha habido mucho ruido, muchos ojos, mucho peso. Yo no te quise robar tu lugar, pero tu tuviste miedo de salir, quiero irme, estoy cansada, me da tranquilidad saber que Adri se queda contigo…..
El peso de más no es más que una materialización de algo que ocurre en el terreno de tu alma y de tus emociones, así es que como su raíz está justamente ahí, es de ahí desde donde hay que partir. Haciendo el camino a la inversa, dándole la bienvenida a nuestra yo no delgada como nuestra invitada de honor, como esa mensajera que nos trae información sumamente valiosa acerca de nosotros . Para comenzar a amarme es necesario comenzar a habitarme, convertir mi cuerpo, mi vida y mi entorno en el mejor lugar en el que yo misma quiera estar.
Educando-te y educando a tu pareja en el amor
Tips para habitarte:
- Visualiza un lugar que te guste muchísimo, en el que te sientas realmente cómoda y haz una lista de las cosas que más te gustan de ese lugar: los sillones, los colores, los aromas, la luz, el orden, los sonidos, el trato, el ambiente…..
- Ahora haz una lista de 2 acciones concretas con las que puedas recrear lo que te gusta de ese espacio a nivel físico: poner flores en tu casa, darte un masaje diario en los pies, caminar 5 minutos; a nivel mental; leer frases positivas todas las mañanas, no decirme “mensa” y a nivel espíritu; meditar, leer un libro que te encante.
- Comienza a ponerte atención, a no dejarte a ti misma con la palabra en la boca, a verte, a validarte, a confiar en ti, a no voltearte la cara ni a hacerte groserías como no decirte ni buenos días.
- Comienza a reconocer tus sensaciones corporales
- Comienza a verte en el espejo todos los días; si no te conoces no te puedes habitar y por lo tanto amar.
- Escribe diario algo de ti: me gusta que me rasquen la pantorrilla derecha, amo el olor de las margaritas, soy morena….
- Al irte a dormir, reconócete por algo positivo que hayas hecho: me levanté en la mañana, me lave los dientes, fui a trabajar a pesar de mi flojera, no juzgué a mi jefe, contuve el impulso de servirme postre dos veces, puse música hermosa, pude decir que no, etc.
- El mejor momento para empezar a hacer algo, es cuando empiezas a hacerlo.
Patrones que atraen el rechazo