Ángeles Wolder Helling
Directora académica de la Escuela de Descodificación Biológica Original de España (EDBO).
Fisioterapeuta y Antropóloga
Master en Psicosociología y Ergonomía de la Salud.
TW: @angeleswolder
FB: Descodificación Biológica de las Enfermedades
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¿Qué onda con la autoestima?
Todos los seres humanos hemos venido a esta tierra a experimentar el amor. Pero para lograr esto nos tenemos que amar a nosotros mismos primero, y luego a los demás.
El amor forma parte de la supervivencia porque desde que nacemos un torrente de oxitocina se vuelca tanto en el cerebro de la madre como en el del niño.
Que los padres reciban al niño de forma amorosa va a permitir que ese ser humano consiga su propia autonomía. El apego es lo que permite al niño acercarse a sus padres y viceversa
Esta conexión emocional no es una cuestión de comprensión o empatía, es una cuestión de biología, habla de la supervivencia del ser humano.
Pero ¿qué pasa cuando hay padres que por sus propios traumas no han conseguido resolver los temas de sus vidas? ¿Cómo van a tener una relación sana de apego con sus propios hijos? ¿Qué pasará en los niños que tienen padres con una autoestima por los suelos? Si los padres no se valoran a sí mismos, ¿pueden aportar valor a sus hijos?
Venimos a la vida con una estructura cerebral. O sea, traemos unos hemisferios cerebrales y un sistema nervioso, pero sobre él construimos autopistas. Y cada pensamiento es un coche pasando por ellas. Pero el pensamiento pasa siempre por el mismo lugar, no se sale ni un milímetro de ese camino. Si hay un circuito establecido en mi cabeza -por ejemplo- que habla desvalorización, voy a seguir por la “autopista de la desvalorización”. Si habla de que nadie me reconoce por lo que soy, el pensamiento seguirá por la autopista del “no-reconocimiento”.
Una persona con baja autoestima cree que nunca conseguirá nada y que no vale lo suficiente para ser amado por sí mismo.
¿Te has sentido no reconocido, no merecedor de X, no válido para conseguir, incapaz de hacer algo o de obtener algo en la vida?
¿Cómo ayuda la descodificación a la superación de los trastornos emocionales alrededor de autoestima?
La descodificación biológica nos guía hacia la manera en que has interpretado determinados eventos en la vida. Cuando éstos tienen la coloración o matiz de sentirte menos o en desvalorización o que nunca llegarás a un rendimiento hablamos de conflictos de autoestima.
Son conflictos que sólo viven los humanos ya que los animales sólo pueden vivir el obtengo un determinado resultado en una cacería por ejemplo o no lo obtengo y tengo que espabilar a la siguiente vez. Ningún animal se desvaloriza. Los humanos sí y llevamos una existencia como de arrastrar los pies por no sentir que somos únicos e irrepetibles. Cuanto menos uno cree ser, más soporta.
Tienen su origen en la infancia temprana cuando nos dicen que no servimos para hacer determinadas cosas o eres bueno para nada
En descodificación siempre decimos: “Vayamos a ver lo que se puede reconocer que ha estado en el origen de una determinada conducta o comportamiento. Revisa el conflicto y busca tus puntos fuertes, ve al conflicto y aumenta los recursos”.
Alguien con falta de autoestima:
El tema central de la autoestima es la comparación, una comparación inútil.
El hombre vive midiéndose y tiene que comprender en algún momento que no es medida de nada ni tan siquiera de sí mismo.
Síntomas en relación a lo que se denomina conflictos de imagen cómo acné, sobrepeso, la no aceptación de las condiciones biológicas propias (peso, altura, biotipo, color de piel, etc.) y todo el abanico de enfermedades músculo esqueléticas (artrosis, artritis, dolores musculares, contracturas, roturas, esguinces ), de los ganglios linfáticos y de la sangre.
También hay trastornos de imagen como el que afectaba a Michael Jackson que no aceptaba su color de piel.
Y luego viene el abanico de reacciones y comportamientos alrededor de la falta o exceso de valor como por ejemplo la megalomanía.
Beneficios de la descodificación biológica en los problemas emocionales:
Comienza por aprender a entender que nos pasa y estar bien con nosotros mismos así como somos.
La buena comunicación es esencial para nuestro bienestar emocional.
Si vivimos una experiencia de connotación negativa y podemos hablar y contar lo que nos ha ocurrido la carga de estrés disminuye inmediatamente.
Nos vamos tranquilizando, calmando y sobre todo que lo que sale no queda dentro del cuerpo.
Liberar la carga tensional emocional comienza por aprender a expresarnos desde las tripas.
Lo que no se llora se sangra y no es lo mismo llorar con consciencia que sin ella.
Entender que la expresión no es desde lo mental sino desde lo biológico o corporal. Bien, mal, tranquilo, nervioso, angustiado, entristecido, etc. son solo clasificaciones mentales que no describen un estado interior.
Para comunicar desde lo emocional hemos de reconocer los estados emocionales, ver qué impacto tienen en el cuerpo y poder expresarlos.
Tampoco nos es muy útil cuando queremos describir lo que sentimos el hablar desde lo negativo o desde la negación.
El inconsciente no entiende el NO. Por ejemplo, no me siento mal, ya no estoy intranquilo, no siento tristeza, no estoy alterada,… no describen lo que se siente sino lo que no se siente. Pasarlo al positivo es una manera de reconectar con lo que sentimos: Cuándo no sientes tristeza, ¿Qué sientes?
Podemos ayudarnos y ayudar a los otros cuando hablamos desde lo más neutro. Un simple hecho que puede marcar una diferencia. Por ejemplo, solemos preguntar ¿Estás bien? o ¿Estás mal? En lugar de un simple: ¿Cómo estás?
Ejercicio:
¿Quién fue tu superhéroe?
¿Quién es tu personaje favorito?
¿Qué características tiene?
¿Eso que admira es lo que crees que te falta?
Tips
Sonríete mírate al espejo y reconoce que en ti hay una auténtica maravilla y que más allá de todo lo que no te gusta tienes que empezar a descubrir todo lo que sí te gusta.
Sonreír genera serotonina y facilita el que tu cerebro crea que estás viviendo una situación positiva y eso te lleva a cambiar la actitud en la vida.
Regálate palabras amorosas ya que el cuerpo es el reflejo de lo que le estás ordenando.
Se hizo un estudio en Boston y se observó como cuando la persona se dice palabras negativas entra el estrés generando más cortisol.
También se comprobó que un diálogo positivo genera endorfinas y la persona se relaja. Tú decides cómo te hablas.
