Hay un dicho que dice que lo que hay en el corazón es lo que hablará la boca. Martha Sánchez Navarro, Psicóloga y experta en metafísica, nos va a explicar cómo hablar con el corazón y entender lo que los demás nos dicen.
Texto por: Martha Sánchez Navarro
Se dice que tenemos 2 oídos y una boca, para escuchar el doble y hablar la mitad. Suena bien, ¿verdad? Pero la verdad es que no sabemos escuchar y ese es uno de los problemas principales en todas las relaciones, es decir, la falta de comunicación entre las personas. Hemos aprendido a oír para responder, más no para recibir.
Tenemos al día alrededor de 50 mil pensamientos, de los cuales el 80 % son en negativos y nuestra mente funciona como un aparato «formatorio», es decir, forma ideas y pensamientos con las cosas que conocemos y comparamos con la información que estamos recibiendo.
Esto sucede en décimas de segundos y nuestra atención está en qué vamos a contestar, tomando todos los datos que tenemos. Es un proceso súper complicado, por eso cuando no captamos el mensaje, hacemos el ping-pong de regreso como en un juego de tenis, la pelota para el otro lado, pero sin el menor análisis. Generalmente, lo único que queremos, es ganar.
¿Cómo hablar con el corazón?
¡También hay una enorme diferencia, cuando uno habla desde la mente, a cuando hablamos desde el corazón! Un típico error de comunicación es cuando uno habla desde la cabeza y el otro lo recibe desde la emoción.
¿Les ha pasado que quieren hablar con alguien para aclarar algo y la cosa sale peor? Generalmente, es esto lo que pasa y si no les ha pasado, entonces felicidades son expertos comunicadores.
Aprender a escuchar es un arte que podemos desarrollar, si logramos hacerlo, nuestras relaciones seguro mejorarán. A quién de ustedes no les encanta cuando alguien los escucha y los hace sentir importantes, porque toda su atención está en ustedes. A todos nos gusta ser reconocidos y tomados en cuenta. La regla de oro dice, «trata a los demás, cómo te gustaría ser tratado».
El no saber escuchar, es cerrarse al cambio y al progreso. Quizás no siempre nos guste lo que escuchamos, porque no necesariamente es verdad, ni es lo que tenemos que hacer, pero si no estamos abiertos a escuchar, nos cerramos a muchas posibilidades. La gente más sabía no habla tanto y escucha más.
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El ego no te deja escuchar
Si se dan cuenta, esa necesidad de hablar, así sin pensar mucho casi siempre viene del “ego”, el parloteo es la forma más evidente de cómo se manifiesta. Dense cuenta cómo a mucha gente le encanta hablar y repetir experiencia pasadas negativas.
Hay que aprender a ser más selectivos con la información que recibimos. No vale la pena engancharse y pelear, porque, aunque ganemos, perdemos mucha energía. Lo ideal sería poder escuchar desde nuestro centro y recordar que lo que nos dicen, podemos recibirlo sin juicio y regalarnos la posibilidad de análisis, dependiendo lo que creamos mejor, lo tomamos, lo guardamos o lo tiramos.
Las mismas palabras que usamos para describir el proceso digestivo, son las mismas que usamos para el proceso de análisis. Nos dicen algo nuevo y decimos, déjame masticarlo, igual me cuesta trabajo, pasarlo, deja lo digiero, lo estoy asimilando o finalmente, ya lo eliminé. Este sería el escucha ideal, dándonos el tiempo y la oportunidad de oír y tomar lo que nos sirve y lo que no, tirarlo fácilmente.
Los invito, sobre todo, a aprender a escuchar a su voz interna, su intuición, esa casi nunca se equivoca.
Especialista: Martha Sánchez Navarro. Licenciada en Psicología, Instructora en Metafísica, Reiki Master y Maestra de Meditación.Desde hace 30 años imparte el diagnóstico metafísico de la salud a través del curso “Conciencia de Salud” el cual lo han tomado más de 100 mil personas.
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