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2024-12-26 15:54:37
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Dime de qué te enfermas y te digo en qué andas pensando

Hoy les contamos todo lo que tienen que saber sobre enfermedades y emociones, así como lo que tienen que hacer para estar sanos.

julio 25, 2023

Hoy les vamos a explicar cómo es que se relacionan las enfermedades y sus emociones, así que pongan atención.

¿Se han puesto a pensar lo que esa enfermedad que están padeciendo puede significar en su vida? Como ya saben que en este programa creemos en que el conocimiento es poder y queremos siempre encontrar todas las explicaciones posibles a un tema, hoy viene Martha Sánchez Navarro para explicarnos las emociones que pueden estar detrás de esa enfermedad o padecimiento que tenemos y cómo podemos tomar el control.

¿Qué relación existe entre emociones y enfermedad?

El cuerpo se comunica a través de los síntomas de una enfermedad, por eso es importante poner atención a las emociones, actitudes y pensamientos negativos pueden causar estrés crónico y el estrés crónico puede restar años de vida al ser humano.

Las emociones reprimidas, la ira reprimida y las emociones mal gestionadas se han relacionado con numerosas afecciones de salud. Cada enfermedad es sólo un síntoma de una causa más profunda, algo con lo que se conecta, que no se acepta.

La enfermedad es un discurso de nuestro cuerpo que no para de hablar buscando el equilibrio. Es un conflicto entre quién somos y la vida que llevamos. La enfermedad (del tipo que sea) es un indicador de que algo no marcha bien en nuestra vida.

Christian Flèche, padre de la teoría de la descodificación biológica, decía que el estado de salud de una persona no es otra cosa que la manifestación exterior de su mundo interior, de cómo de bien (o mal) gestiona su mundo emocional.

No se atrae lo que se quiere, se atraes lo que se es

Todo lo que ocurre en nuestras vidas se atrae, aunque sea a un nivel inconsciente, sin darse cuenta. Los pensamientos y sentimientos, que se traducen en palabras y comportamientos de un signo (positivos o constructivos) u otro (negativos o destructivos), producen una cadena de consecuencias del mismo tipo.

Cada vez que permitimos que el descontento viva en nuestra mente, eso es lo que estamos alimentando. Si se quieren realizar cambios positivos en la vida hay una forma sencilla de empezar: siendo agradecido de manera explícita con todo lo bueno que ya se tiene. A la gente agradecida le van mejor las cosas.

Siempre tenemos que recordar que la principal debilidad humana es infravalorar y uno de los principales problemas que aqueja a la gente es no creerse lo suficientemente buenos, creemos que nuestras carencias son algo estructural que no se pueden cambiar, pero no es así.

La limitación no está en nuestra incapacidad para alcanzar lo que deseamos sino en la convicción de que somos incapaces, por eso debemos de entender que la conciencia es el único camino hacia la sanación y la curación.

Es muy difícil que cualquier cambio tenga lugar desde la no–conciencia pero ¿qué es la conciencia? La conciencia es aquel estado que permite saber por qué ocurren las cosas, es un estadio superior que permite entender el juego del Universo: por qué las cosas son como son, la conciencia es lo que queda cuando se elimina todo lo innecesario.

El camino para la auto-sanación

¿Qué podemos hacer para sanar nuestra mente y con ella nuestro cuerpo? Pues aquí algunas cosas que tienen que hacer para evitar estar enfermos todo el tiempo:

  • Meditación. La meditación diaria pone en contacto con la conciencia.
  • Respiración resonante. Hacer ejercicios de respiración con sonido por 5 o 10 minutos diariamente.
  • Escribir los pensamientos en un diario. Empezar con 15 o 20 minutos e ir aumentando el tiempo según se necesite. Llevar un diario aumenta la autoconciencia y permite acceder a tu subconsciente.
  • Visualización interior.
  • Cuidado del cuerpo.
  • Crear comportamientos saludables que favorezcan el crecimiento espiritual y personal.

Dime de qué te enfermas y te diré en qué estás pensando

Ahora bien ¿cómo podemos saber si estamos somatizando algo? Aquí algunas cosas que nos pueden estar delatando que en efecto traemos algo malo o estamos pasando por un proceso emocional difícil.

  • Espasmos abdominales. Miedo. Detención del proceso.
  • Aborto espontáneo. Miedo. Miedo del futuro. No ahora, más adelante.
  • Abscesos, tumores, heridas que vuelven a salir. Pensamiento constante sobre heridas, agravios y venganza, resentimiento.
  • Accidentes. Problemas sin resolver, aprendizaje forzoso, resistencias, pero depende del tipo de accidente: Si no pudiste frenar, estrés. Si te equivocaste de camino, falta de sentido. Si te dormiste, desidia, apatía.
  • Acidez. Miedo, miedo paralizante.
  • Acné. Desaprobación y no aceptación de uno mismo.
  • Adicciones. Huida de uno mismo. Miedo a uno mismo. No sabe amarse a si mismo.
  • Alergias. Rechazo a sentimientos, situaciones o personas no asumido. Para evitar las alergias se debe de combatir lo que se teme, pregúntate: ¿A quién o a qué sentimiento tienes alergia? Temor a temas que expresan vitalidad.
  • Alzheimer. Deseo de abandonar el planeta. Incapacidad de enfrentar la vida tal como es.
  • Amnesia, olvidos continuos. Huida de la vida, incapacidad de autodefensa.
  • Anemia. Actitud de “si pero”. Carencia de alegría. Miedo a la vida, sentimiento de no ser suficientemente bueno.
  • Angustia. Falta de confianza en el proceso de la vida.
  • Anorexia. Afán de ascetismo, conflicto entre espíritu y materia, pureza e instinto. Búsqueda de pureza, rechazo de lo material o corporal. Buscan la castidad, la asexualidad, rechazo del propio cuerpo, de la curvas, formas y sensualidad. Miedo a la proximidad y al calor. Egocentrismo disimulado. Detrás de todo ello está el deseo negado. Aprende a aceptar tu ansia de amor y de sexo, tu femineidad y tus instintos.
  • Ansiedad. La ansiedad puede acelerar la metástasis de cáncer, el aumento de la vulnerabilidad a las infecciones virales y la coagulación sanguínea que provoca el infarto de miocardio; aceleración del inicio de la diabetes de Tipo I y el curso de la diabetes de Tipo II, y el empeoramiento y desencadenamiento de los ataques de asma. Los estados de ansiedad prolongados son, obviamente, dañinos para el estómago, así como para otros órganos.
  • Apendicitis. Miedo de la vida, te sientes bloqueado, algo que no avanza.
  • Articulaciones. Falta fluidez, resistencia al cambio, exceso de control.
  • Artritis. Resentimiento, persona crítica y juzgadora, no se siente amada, por ejemplo en los dedos: se siente víctima, siente culpa, y deseos de castigar. Si es reumatoide: se siente muy explotado, profunda crítica de la autoridad.
  • Asma. Amor que sofoca, incapacidad de respirar solo, sensación de ahogo, llanto suprimido. Dificultad entre dar y recibir. Relación asfixiante.
  • Bazo. Obsesiones y miedos, desconfianza en la vida.
  • Bronquitis. Dificultades en el medio familiar. Discusiones y gritos, a veces silencio.
  • Dolor de cabeza. Personas ambiciosas, perfeccionistas que tratan de imponer su voluntad, controladoras.
  • Cadera. Miedo a tomar decisiones importantes, miedo a avanzar. Miedo a perder el equilibrio.
  • Calambres. Tensión, miedo, necesidad de aferrarse, de sujetarse.
  • Cálculos biliares. Amargura, pensamientos crueles, orgullo. Energía que quiere fluir. Situaciones familiares en las que no te atreves a liberarte.
  • Cáncer. Herida profunda, resentimiento que se arrastra. Un dolor o secreto profundo que te carcome. Carga de odios, creencia de que todo es inútil, o algo importante que nunca se ha atrevido a expresar. Pérdida de una relación emotiva importante (viudos, divorciados o separados). Pérdida de la razón de existencia (desesperanza, desamparo) incapacidad para expresar ira o resentimiento y la pérdida de una relación emocional importante. El cáncer tiende a presentarse en individuos apocados, no agresivos e incapaces de expresar adecuadamente sus emociones.
  • Cataratas. Incapacidad de mirar adelante con alegría. Futuro sombrío.
  • Celulitis. Alguien atascado en sufrimientos de la niñez que se aferra al pasado. Dificultad para avanzar. Miedo a escoger la propia dirección.
  • Cólicos. Irritación mental, impaciencia, fastidio con el medio. Te ves obligado a realizar lo que hasta ahora no te atreviste.
  • Colitis. Individuo hipócrita, adulador, renuncia a vivir su vida de manera responsable.
  • Columna. Incapacidad de fluir con el apoyo de la vida. Miedo e intento de aferrarse a viejas ideas. Falta de fe en la vida, falta de integridad. Alguien que no tiene el valor de seguir sus convicciones.
  • Conjuntivitis. Enojo, frustración por lo que uno ve en la vida.
  • Corazón. Problemas emocionales antiguos, falta de alegría. Endurecimiento del corazón. Tensión y estrés. Agresividad reprimida por medio del autodominio en exceso.
  • Cuello. Inflexiblidad, rigidez, terquedad. Se niega a mirar a otros aspectos, no quiere mirar atrás.

  • Dolor en los dedos. Pulgar: Intelecto y preocupación. índice: el yo y el miedo. medio: la cólera y la sexualidad. anular: uniones y duelos. meñique: familia y falsedad
  • Diabetes. Indica un deseo de ser amado, combinado con una inhabilidad para dejarse amar. El resultado es “hiperacidez” o sea, los que no aman, se vuelven ácidos. Falta el dulzor de la vida y añora el amor que no puede dar. Nostalgia de lo que pudo haber sido. Gran necesidad de controlar. Tristeza profunda.
  • Diarrea. Miedo, rechazo, huida.
  • Dientes, caries. Problemas relacionados con la expresión o la represión de la agresividad.
  • Epilepsia. Sentimiento de persecución y de intensa pugna. Rechazo de la vida. Violencia auto impuesta.
  • Erupciones. Irritación por demoras, manera infantil de llamar la atención.
  • Espalda. Parte alta: Falta de apoyo emocional, sensación de no ser querido. Retención del amor. Parte media: Atascado en un pasado que vive como una carga. Parte baja: Miedo a quedarse sin dinero, falta de apoyo financiero. Siente la carga de tener que sustentar materialmente a los suyos.
  • Estómago. Rehuye conflictos, añoranza de la niñez. Proyecta los sentimientos y agresividad hacia adentro.
  • Eructos. Agresión contra el exterior. Afán por tragarse la vida con demasiada rapidez.
  • Estreñimiento. Resistencias a dar, afán de retener, avaricia, aferrado a lo material, incapacidad de ceder. Miedo a dejar salir el inconsciente. Atascado en el pasado, no se adapta a lo nuevo.
  • Espinillas. Alguien que se siente sucio y no querido. Recuerda siempre en el mantra: «Soy digno de amor».
  • Retención de fluidos. ¿Qué tienes miedo de perder?
  • Garganta. Nudo: Miedo, falta de confianza en el proceso de la vida. Problemas: Incapacidad de hacerse valer, alguien que se traga su cólera, creatividad sofocada. Negativa a cambiar.
  • Gases. Contractura, miedo, ideas sin digerir.
  • Gastritis. Incertidumbre prolongada, sentimiento fatalista.
  • Gota. Necesidad de dominio, impaciencia, cólera.
  • Gripe. Pequeños conflictos, el resfriado nos permite apartarnos de la situación y de la gente (incomunicados). Crisis familiares.
  • Hemorragia. Ver por dónde se escapa tu vitalidad, cólera.
  • Hemorroides. Miedo a los plazos establecidos. Miedo a aflojarse. Sensación de estar recargado.
  • Hepatitis. Problemas de valoración, no sabe lo que es bueno o rechazable. Ideales demasiado ambiciosos, poca moderación. Falta de moderación y sosiego. Debe aprender continencia y abstinencia en el sexo, comida.
  • Hernia. Tensión. Cargas. Ruptura.
  • Hernia disco. Sensación de no recibir apoyo de la vida. Indecisión.
  • Herpes. Culpa sexual, necesidad de castigo. Vergüenza publica. Un conflicto mental que se hace material
  • Hígado. Relacionado con la cólera y emociones primitivas. Se hace la víctima con autoengaño, justificándose como exigente y se siente mal.
  • Hinchazón. Ideas atascadas, pegoteadas y dolorosas.
  • Hipertiroidismo. Decepción por no poder hacer lo que uno quiere. Alguien que intenta satisfacer a los demás y casi nunca a sí mismo.
  • Hipoglucemia. Alguien abrumado por las cargas de la vida que se pregunta continuamente, ¿de qué sirve?
  • Huesos, roturas. Dolor en los huesos: Rebelión contra la autoridad. Fracturas: Perdida de flexibilidad mental.  Muñeca: Representa el movimiento y la soltura. Codo: Falta de ánimo para abrirse paso en la vida. Brazos: se niega a abrazar y abrirse a los otros, huelga de brazos caídos, apatía. Rodillas: Demasiado orgullosa, no se arrodilla, no sabe pedir perdón. Cadera: Imposibilidad de sostener un equilibrio en su vida. Pies: no quiere seguir luchando por la vida, no quiere ponerse en pie.
  • Infecciones. Trata de liberarse un conflicto interior. No asume sus conflictos y se materializan.

  • Infección urinaria. Alguien que se siente irritado generalmente por un amante u otro individuo del sexo opuesto. Alguien que culpa a los demás.
  • Indigestión. Miedo visceral, terror, angustia.
  • Inflamación. Incitación a comprender algo y pretender, hacer visible un conflicto ignorado.
  • Insomnio. El sueño nos exige entrega y confianza, abandonarnos a lo desconocido. Se tiene dificultades y miedo de soltar el control consciente y abandonarse a su inconsciente. Debe aprender a preocuparse de las zonas de su inconsciente, para averiguar de dónde procede la ansiedad. El insomne carece de confianza y de capacidad de entrega. Él se considera “activo” y no puede abandonarse.
  • Somnolencia. Problemas para despertar y levantarse, debe analizar su temor a las exigencias del día, a la actividad y el esfuerzo. Despertar y empezar el día significa actuar y asumir responsabilidades. La persona que tiene dificultad para pasar a la conciencia del día pretende huir al mundo de los sueños y a la inconsciencia de la niñez y evitar los desafíos y responsabilidades de la vida.
  • Intestino. Delgado: El individuo está analizando demasiado, angustias vitales. Angustia de no recibir lo suficiente y morir de hambre. El miedo siempre está asociado con lo estrecho y con el afán de aferrarse. Grueso: Indica un exagerado afán de aferrarse a lo material y la incapacidad de ceder.
  • Laringitis. Alguien que está tan furioso que no puede hablar. Grito de socorro. Miedo de hacerse valer. Resentimiento con la autoridad. Algo que no puedes expresar.
  • Sistema linfático. Se siente indefenso, no se siente capaz de dar respuesta a los agentes extraños.
  • Mal aliento. Ideas de cólera y venganza. Experiencias que las respaldan.
  • Mandíbula. Cólera, resentimiento, deseo de venganza.
  • Problemas de menopausia. Miedo de dejar de ser querida y de envejecer. Rechazo de sí misma “no sirvo”.
  • Problemas mestruales. Rechazo de la propia feminidad. Culpa, miedo. Prejuicios sexuales.
  • Migraña. Se resiste a fluir, sustituye la acción por el pensamiento.
  • Nariz, hemorragia nasal. Necesidad de reconocimiento. Sensación de no ser reconocido y pasar inadvertido. Alguien que clama por amor.
  • Neumonía. Alguien desesperado, cansado de la vida. Heridas emocionales a las que no se permite curar.
  • Neuralgia. Sentimiento de culpa, autocastigo. Angustia por la comunicación.
  • Oídos. Sordera: egocentrismo, no prestar atención a otros. Otitis: Perdida de flexibilidad y adaptación. Necesidad escuchar la voz interior. Se queda sordo el que ya lo estaba para escucharse a si mismo. Mastoiditis: Deseo de no oír lo que está pasando. El miedo afecta al entendimiento. Dolor de oídos: Alguien que no quiere oír. Discusiones entre los padres.
  • Ojos. Astigmatismo: Yo perturbo, miedo de verse realmente a si mismo. Cataratas: Es para no ver lo que no quieres ver. Futuro sombrío. Miopía: subjetividad exagerada, le afecta cualquier tema personalmente, susceptibilidad, irritabilidad, desconocimiento de si mismo, no quiere verse. Falta de visión de conjunto. Miedo al futuro. Presbicia: No quiere ver lo mas cercano. Miedo al presente. Daltonismo: Ceguera para la diversidad y colorido de la vida, todo lo ven pardo, tienden a despreciar las diferencias, seres grises.
  • Conjuntivitis: Denota conflicto, cerrar los ojos ante un conflicto que no queremos afrontar.
  • Estrabismo: visión unilateral del mundo, visión parcial, perdida de relieve y perspectiva de las cosas. Propósitos contradictorios o temor a mirar el presente, el aquí y ahora.
  • Olor corporal. Aleja a los demás porque les teme. Disgusto consigo mismo.
  • Páncreas. Rechazo. Frustración y cólera porque la vida parece haber perdido su dulzura.
  • Parálisis. Temor, terror. Huida de una situación o de una persona. Resistencias.
  • Parkinson. Miedo e intenso deseo de controlarlo todo y a todos.
  • Pechos, problemas, bultos, quistes… Exageración de la actitud maternal. Sobreprotección. Retiro del alimento.
  • Sobrepeso. Necesidad de protección. Huida de los sentimientos. Inseguridad y rechazo de sí.
  • Piel. Conflicto entre tu vida interior y el mundo. Cuanto más robusta la defensa y más gruesa la coraza, mayor es la sensibilidad y el miedo.
  • Dermatitis: Abandono sufrido.
  • Erupciones, manchas: Algo psicológico aflora al exterior.
  • Picores: una pasión ardiente, una exaltación, un amor fogoso o, también, la llama de la ira. No es de extrañar que el picor esté acompañado de erupciones cutáneas, manchas rojas e inflamaciones. Uno se blinda por los cuatro costados. Uno no quiere que nada entre ni salga.
  • Granos: Vergüenza por la propia sexualidad.
  • Problemas en las piernas parte superior: alguien que se aferra a viejos traumas infantiles. Parte inferior: miedo al futuro, negativa a moverse.
  • Pies. Miedos al futuro y a no avanzar en la vida. Momento de paralización.
  • Presión sanguínea. Alta: Problema emocional antiguo, no resuelto. Baja: Falta de amor en la infancia. Derrotismo. Alguien que se dice “de que sirve, igual no funcionará”.
  • Próstata. Miedos mentales que debilitan la masculinidad. Masculinidad menospreciada o desatendida. Renuncia, presión sexual y culpa. Alguien que ya no es apreciado por su pareja. O alguien que cree no poder conseguirla. Sensación de vejez.
  • Pulmón. Depresión, duelo. Miedo de inspirar la vida. Alguien que se siente indigno de vivir plenamente.

  • Quemaduras. Cólera. Alguien que arde de furia.
  • Quistes. Alguien que vuelve a pasar una vieja película dolorosa y cultiva agravios. Falsos crecimientos.
  • Resfriados. Conflicto emocional que aflora.
  • Problemas de respiración. Conflicto entre lo que das y lo que recibes. Sientes que no tienes tu espacio.
  • Reumatismo. Sentimiento de víctima. Falta de amor. Amargura crónica, resentimiento.
  • Riñones. Representan la convivencia y la armonía.
  • Cálculo renal: acumulación de temas de los que el individuo hubiera tenido que aligerarse hace tiempo, ya que no eran necesarios para su desarrollo y que bloquean la corriente del desarrollo y producen congestión.
  • Ronquidos. Negativa obstinada a abandonar viejos modelos mentales. Resistencia a crecer.
  • Trombosis. Un individuo rígido en el orden mental, si sus opiniones se hacen lema y sentencia inflexible, también en lo corporal se condensará y solidificará lo que debe ser fluido.
  • Tuberculosis. Alguien carcomido por el egoísmo, posesivo. Sentimientos crueles. Venganza.
  • Tumores. Alguien que nutre viejas heridas y genera remordimiento.
  • Úlceras. Miedo a alguien que cree no servir. ¿Qué es lo que te carcome? Debe aprender a tomar conciencia de sus sentimientos, afrontar los conflictos y sus deseos de protección materna.
  • Urticaria. Pequeños miedos ocultos. Granos de arena se convierten en montañas.
  • Uñas mordidas. Frustración, alguien que se come a sí mismo. Resentimiento con uno de los padres o con la pareja.
  • Problemas de vejiga. Angustia, alguien aferrado a viejas ideas, miedo a aflojarse, alguien que se siente irritado.
  • Enfermedades venéreas. Culpa sexual. Necesidad de castigo. Vive la sexualidad como pecaminoso.
  • Verrugas. Pequeñas expresiones de odio. Convicción de fealdad.

Información de Heal Your Body de Louise Hay

Fuente: Martha Sánchez Navarro. Licenciada en Psicología, Instructora en Metafísica, Reiki Master y Maestra de Meditación.Desde hace 30 años imparte el diagnóstico metafísico de la salud a través del curso “Conciencia de Salud” el cual lo han tomado más de 100 mil personas.

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