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2024-11-17 13:32:23
Bio

Impostor no more

No sé por qué da tanta satisfacción ponerle nombre a algo. No sé si es porque confirmas que no estás loco y te puedes sentir tranquilo de que tu “condición” existe.

marzo 16, 2020

Así con el síndrome del impostor. Hasta hace poco supe que este padecimiento estaba debidamente investigado, estudiado y documentado. Viví tantos años pensando no solo que era la única, sino que era algún trauma existencial infligido en mí genéticamente. Ese mal que implica una inseguridad tremenda y dudas de ti mismo; esa incapacidad para internalizar tus logros; esa ansiedad de sentir que en cualquier momento van a descubrir que eres un fraude; y esa pena cuando eres alabado o reconocido. Eso, lo siento casi todos los días. Qué grueso, ¿no? Por supuesto que todos sentimos dudas de vez en cuando. A veces hasta te da pena que te den un súper regalo en tu cumpleaños, y pues, ¡es tu cumpleaños! Pero esto va más allá. Aquellos que sufrimos de este síndrome, sentimos que no merecemos lo que hemos logrado, que medio nos churreamos, minimizamos nuestros logros por creer que no son tan grandiosos como parecen. Ejemplo, cero me siento tan exitosa como la gente cree que soy, me cuesta recibir halagos, es más, les confieso que en lo más profundo de mi ser todavía me da mucha pena cuando me piden una foto o un autógrafo.

Eso sí, confío mucho en mis métodos probados y comprobados: trabajar como loca, ser disciplinada, ser constante y valiente. Pero si me siento a pensar cómo logré algo, lo úuultimo que me pasa por la mente es darme todos los créditos a mí. Una cosa rarísima. ¿Saben por qué hasta la fecha no he podido escribir un libro? Justamente porque tengo síndrome del impostor y no me atrevo a creer que lo que yo pueda decir es tan relevante ¡como para dejarlo impreso en papel para la posteridad!

Si me preguntan si es algo que se quita o nada más se aprende a vivir con él, yo les diría que ni una cosa ni la otra. Si de plano,
leen esta edición y nomás no se sienten ni poquito identificados ¡aguas! Podrían ser verdaderos impostores, jajajaja. Pero si se
dan cuenta de que lo tienen, ¡trabájenlo!¡Cáchense! ¡Y háblenle! Cuando llegue esa voz que cuestiona y aplasta, ¡NO LA ESCUCHEN! Repítanse todo lo que han chambeado y lo valiosos que son para haber llegado hasta a donde están. Yo estoy trabajando en ello. ¡CRÉ-AN-SE-LA!

marzo 16, 2020