Los llevaba a mi casa y de ahí al veterinario, les dábamos de comer, los bañábamos, los perfumábamos y a los pocos días el jardinero decía que se habían escapado. Sabíamos que seguramente él los sacaba a escondidas, de patitas en la calle. Mi mamá un día le dijo: “se pierde un perro más y usted se va”, y así fue, Cruz fue despedido.
Ahora me doy cuenta de lo afortunada que fui de crecer con dos papás tan amorosos con los perros. Mi papá era orgulloso dueño de un Labrador negro que se llamaba Ram, por Martha al revés –les digo que siento que siempre he sido su consentida– y hasta la fecha es el más perrero. Yo veo raro ese amor que les tenían mis papás, porque pienso que, en general, las generaciones anteriores como que no eran tan de perros o gatos, ¿o es mi imaginación?
En fin, así es como han pasado por mi vida 28 canes, entre recogidos, adoptados y de raza. Cuando tuve hijas, lo primero que entró a la casa después de ellas fue un perro nuevo, porque para mí siempre fue lo más importante que crecieran con perros y aprendieran a amarlos y cuidarlos.
Yo no puedo creer su nobleza, su amor desbordado por sus humanos, su alegría, su alma tan pura y desinteresada, su manera de perdonar, de seguirte y de quererte. No puedo creer que existan y creo que tenemos mu- cho que aprenderles.
No concibo la vida sin ellos y fíjense que quienes no los quieren, no pueden ser parte cercana de mi vida, porque para mí dice tan- to de quiénes son. De hecho, el FBI lleva mu- cho tiempo estudiando la correlación entre la crueldad animal y la violencia adulta y han descubierto que básicamente todos los asesinos seriales empezaron lastimando o matan- do animales desde chicos. Ahora, no digo que todo aquel que no conecta con los animales es un matón, pero sí creo que hay una falta de empatía y ternura, difícil de explicar.
Hoy en México hay más de 52 millones de perros y gatos en situación de calle y esperando hogar, por eso y por todo el amor que les tenemos en el equipo moi, decidimos dedicarles una edición completa a ellos; para entenderlos mejor, cuidarlos mejor y ayudar en lo que podamos.
Ringo, Sandro, Lapo y, sobre todo, Gastón y Jack (donde quiera que estén), esta es para ustedes.
Enjoy!
