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2024-12-22 19:28:50

Daddy´s girl

Mi papá. El hombre que se involucra, el que me comparte su sabiduría, su inteligencia, su sentido del humor, su fuerza y, sobre todo, el hombre que me enseñó a amar a los hombres.

junio 18, 2021

Constantemente hablo de lo maravilloso que me parece mi papá. Y no solo porque nos caigamos y entendamos tan bien sino porque, a mi criterio y en retrospectiva, fue todo lo que yo necesitaba de un papá en su momento. Ya lo que haya pasado entre mis papás fue otra historia.
Hace poco platicaba en el programa con Vidal Schmill, nuestro pedagogo de cabecera, sobre lo que pasa cuando los papás constantemente tratan a sus hijos como si fueran una decepción. Le conté que cuando me metieron a una escuela de monjas, yo viví un infierno porque nomás no encajaba, y mi papá un buen día dijo, “se acabó, la vamos a cambiar de escuela porque yo no quiero que mi hija crezca creyendo que ella es un problema”. Ese es mi papá. El hombre que se involucra, el que me comparte su sabiduría, su inteligencia, su sentido del humor, su fuerza y, sobre todo, el hombre que me enseñó a amar a los hombres.

Pero justamente por eso y por lo mucho que lo han pedido, se me hacía tan importante hacer una edición sobre el tema de los papás. En este país vivimos en un absoluto matriarcado y es lógico tener esa adoración a la figura materna si ellas fueron las que nos criaron, nos cuidaron, nos proveyeron,¡hicieron todo! Y es que como cultura seguimos tan atrasados en nuestra visión de lo que tiene que ser un padre, de sus responsabilidades, tanto físicas como emocionales, que a veces hasta se nos olvida que existen los papás.

Por eso hay tantas personas que cojean de esa pata. Si hoy apenas empiezan a poner cambiadores para bebés en los baños de hombres, ¡imagínense cómo les tocó educarnos a los nuestros! Y no digo que hoy no hayamos avanzado mucho, ¡muchísimo! Hoy sabemos que el padre no solo es el que procrea, provee y es “la autoridad” cuando llega a la casa. Hoy sabemos que el hombre también tiene que cambiar pañales, desvelarse para que coman, hablar con ellos y comerse a besos a sus hijos. Pero a los muchísimos que no les tocaron papás presentes, accesibles, amorosos, porque eso es lo que les podían dar o incluso, a los que no les tocó tener un papá porque se fue, los quiero invitar a sanar esa herida. Por sus hijos, por sus parejas, por sus familias, pero sobre todo, POR USTEDES.

Si de algo les sirve, yo les aseguro que hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tenían y lo que sabían. Así que digámosles “gracias” por lo que sí y “te perdono” por lo que no.

 

junio 18, 2021