El éxito, una palabra enorme, con definiciones muy subjetivas y personales que nos hacen sentir que hay que alcanzarlo como sea porque si no, pareciera que nuestra vida fue inútil. Éxito viene del latín éxitus que significa “salida” y en teoría, el llegar al fin de la vida sería por sí solo nuestro éxito. Sin embargo, la definición oficial es “resultado feliz”, y ahí es donde se nos complica todo, porque también la felicidad es sumamente personal y parcial. Por eso, la gran mayoría de nosotros nos hemos vivido con la idea de que el éxito se mide en poder, dinero y reconocimiento. Eso nos enseñaron y, por lo tanto, a eso aspiramos sin cuestionarlo.
Creo que hay mucho trabajo por hacer para que nuestra cultura —y me incluyo— acabe de entender el éxito como un estado interno de plenitud. Sea como sea, hagas lo que hagas, te dediques a lo que te dediques, estar en paz, feliz y contento en tu propia piel y vida. Juan, mi esposo, dice una frase perfecta para estos casos, “es mejor querer lo que tienes, que tener lo que quieres”. Creo que por ahí va la cosa.
Hablaba con el Dr. Enrique Tamés, Doctor en Filosofía del Tec de Monterrey, sobre la relación entre el éxito y la felicidad, y decíamos que, por ejemplo, cuando el éxito lo mides con el reconocimiento de los demás, no hay forma de ganar, porque el espejo siempre gana. Ellos, llámense tu familia, tus amigos, tus papás, tu pareja, son tu espejo, y ellos siempre van a tener ese poder sobre ti. ¡Imagínate no poder controlar ni tu opinión de ti mismo!
Se me hacía muy importante dedicarle una edición a este tema, porque es mucho más complejo de lo que creemos. Es muy complicado entender que la forma en que nos medimos determina la forma en que nos valoramos y eso a su vez determina cómo nos vivimos y, por ende, lo que creemos que merecemos.
La autora Maya Angelou también tiene una frase apropiada para esta conversación, “éxito es cuando te gusta quién eres, cuando te gusta lo que haces y cuando te gusta cómo lo haces”. Y es casi exactamente igual a lo que dice mi querido y admirado Eugenio Derbez, nuestro personaje de portada: “El éxito es poder estar feliz con la vida que te has construido. Sea cual sea”. No puedo estar más de acuerdo.
Empecemos a medir el éxito de forma diferente, a repensarlo y a voltear a ver lo que sí somos, lo que sí hemos logrado y lo lejos que hemos llegado.
Todos somos exitosos de una forma o de otra, solo es cuestión de revisitar nuestra propia definición, la vara con la que nos estamos midiendo y replantearnos si sirve para acercarnos al verdadero fondo del éxito: la felicidad y la paz personal.