Yo antes tenía una palabra favorita: accountability, que es básicamente responder y hacerte responsable de absolutamente todo lo que hagas. Y la sigo amando, pero es que aunque llevamos siglos en el programa hablando de las emociones, que la inteligencia emocional, que el reconocimiento y control de emociones, últimamente NO PUEDO CREER lo importante que es el autogobierno.
Esta palabra no solo pasa a ser de mi top 5, sino que no doy crédito ser, conocer o vivir con alguien que no se autogobierna. Me pasó igual con el Síndrome del impostor; como que ya lo sabía, pero una vez que le das al clavo, que sabes que existe, que le pones nombre y lo ves con tanta claridad, ¡YA NO LO PUEDES DEJAR DE VER! Ni en ti ni en los demás.
Lo bonito es que, como dice Daniel Goleman, Doctor en psicología por la Universidad de Harvard, autor del bestseller de 1995, Emotional Intelligence, lo primero es darte cuenta de que te falta este autocontrol y quererlo cambiar, lo demás es practicar y practicar hasta que nuestro cerebro cambie.
Me parece fascinante toda la información que ya hay allá afuera, lo mucho que ahora hablamos del tema, incluso y súper importante en la educación temprana de los niños, porque como les digo yo y nos lo dice la portada, el buen manejo de nuestras emociones es, sin temor a equivocarme, la clave, no solo del éxito, ¡sino también de la felicidad!
Goleman dice que la inteligencia emocional se mide en cómo te conduces y qué tan exitosas son tus relaciones, desde las de pareja, de amistad, de familia, hasta las laborales; para que vean la importancia de conocernos, de regularnos, de vernos, de GO-BER-NAR-NOS.
Lo increíble es que, a diferencia del IQ, tooodas y cada una de las habilidades emocionales son aprendidas. Por eso, con esta edición los queremos invitar a echarse un clavado hacia adentro, a mirar en lo más profundo de su ser y realmente darse cuenta de qué pata están cojeando. Y mucho ojo: esto es para y por ustedes, cuando cambien, su alrededor irá cambiando.
Empiecen desde hoy mismo.
Happy journey!
