Por revista Expansión
J. Bigio, S. Álvarez y A. Sánchez
Un descalabro emocional hizo que Martha Debayle fortaleciera su identidad. Su éxito consistió en aplicar a su negocio la misma filosofía que en su vida diaria.
Cuando Martha Debayle tenía 12 años, su papá le dijo que algún día sería una gran empresaria. Ella no pudo contener la risa: «Mi visión de un empresario era un hombre de 50 años sentado atrás de un escritorio fumando puro», cuenta. «No había nada más alejado de mí que eso».
Hoy, desde la posición que su papá profetizó, en sus oficinas de Polanco, supervisa tres revistas, coordina un programa de radio y prepara el lanzamiento de su próxima línea para el hogar.
La estrategia que utiliza Martha Debayle se llama house of brands, en la que cada una de las submarcas que dependen de la marca principal operan por separado, son independientes en el mercado y en los beneficios o ganancias que reciben, explica la experta en personal branding Helga Knoderer.
Actualmente, Debayle está institucionalizando su modelo de negocio para que cada revista, programa, producto o contenido que ella haga, tenga vida propia y no dependa de su rostro ni de su presencia.
«Las cosas deben perdurar y permanecer a pesar de ti, esas marcas, tienen que vivir solas y es parte del destete en el que estamos ahora», comenta.