Dificilísimo tratar de resumir los cientos de horas que le hemos invertido muchas de mis amigas y yo al tema de Mr. Perfect. Bien lo dijo Charlotte en Sex and the City: “!¿Dónde está¡?” ¡Llevo quince años saliendo en dates buscando al hombre perfecto, estoy agotada!» Sobra decir que no existe el hombre perfecto, pero sí existe el hombre perfecto para uno.
¿Por qué leo a tantas de ustedes que se auto bautizan #foreveralone?, ¿Por qué conozco a tantas en busca del hombre de sus sueños? Y nomás no lo encuentran.
“Ya no hay hombres”, “no hay hombres que se quieran comprometer”, “todos son iguales”, “todos son unos patanes”, son frases que he escuchado mil veces y que me niego a creer que sean verdad.
Quiero dejar esto claro, el problema no es que no haya buenos hombres, deslindémoslos de ese karma, porque sí hay, yo estoy casada con uno y conozco a muchos más. Mejor asumamos que el problema somos nosotras, y explico por qué, no crean que las voy a dejar así nomás, traumadas y abandonadas.
Somos el problema porque, de entrada, no “casteamos” bien, porque no tenemos claras nuestras prioridades, porque no estamos dispuestas a pagar el precio que hay que pagar, pero, sobre todo , porque no nos damos cuenta que las chanclas vienen en pares, y que antes de pedir una gran pareja, tienes que ser una gran pareja. Pero esa parte hay que pulirla, trabajarla, invertirle y ahí sí ya se nos complica y no le queremos chambear, por ende, resulta mucho más fácil decir: “No hay hombres allá afuera” en vez de mirarnos, auto observarnos, entender por qué y cómo tomamos las decisiones que tomamos, cómo tendemos a relacionarnos con los hombres, por qué acabamos repitiendo los mismos patrones y por qué, una y otra vez, nos acaba pasando lo mismo, no importa si se llama Pedro, Pablo o Víctor.
¿Tiene que ver con ellos? NO, tiene que ver con nosotras. Con nuestras elecciones. Con cómo nos vivimos, cómo nos tratamos y la auto imagen que tenemos, ¿de dónde creen que sale el dicho “como te ven te tratan”? Justo de ahí. ¿Por qué hay mujeres a las que las tratan como si fueran una flor?, ¿por qué hay mujeres a las que jamás se atreverían a hacerles una patanada? Porque no lo permiten, porque nunca dan entrada a que eso suceda, y no porque lo dijo abiertamente, sino porque lo exudan, porque eso emanan, ¡por que así de VIVEN!
¿Por qué hay mujeres a las que de a tiro por viaje les proponen matrimonio, casa, hijos, perros, y los hombres besan el piso por donde caminan? Porque así se VIVEN ellas, porque así se venden, porque están convencidas que son unas reinas, porque se la creen, y así las tratan. Simple como 2 + 2.
Y no estoy hablando de las guapas, alzadas o creídas, son las que saben lo que valen, las que saben lo que son con o sin fulano, las que se quieren por encima de todo, las asertivas, las seguras de sí mismas, las que están cómodas en su propia piel, las que no necesitan que les digan que son una joya, porque ya lo saben.
La maravilla de verlo y vivirlo así es que nos pone el control de nuestra vida en la mano, no en la de quien sabe quién.
Encontrarán en nuestro texto centra. Muchas ideas para “castear” al hombre de sus sueños, para no ahuyentarlo, para saber si vale la pena, si en realidad eso es lo que quieres. Lo que les quiero decir es que sin Mrs. Perfect no hay Mr. Perfect.