Por EL PAÍS
El Teatro del Liceo de Barcelona fue anoche el escenario donde se premió lo más brillante de los mundos de la radio, la televisión, la publicidad y la música. Los Premios Ondas, una de las citas obligadas cada otoño en el calendario cultural de la capital catalana, reconoció en su 60ª edición —que se cerró con un gran pastel de aniversario— el oficio de periodista a los galardonados como las principales firmas y voces del país. Julia Otero, María Escario, Pedro Piqueras y Jordi Évole formaban parte de una lista coronada por los premios especiales que otorgó el público a Iñaki Gabilondo, como el mejor comunicador, y al concurso Un, dos, tres como mejor programa de televisión.
Una gala en la que se habló mucho de periodismo y comunicación. Empezando por Iñaki Gabilondo: “Creo que debería haber sido Luis [en referecia a Luis del Olmo, que fue otro de los finalistas al premio especial popular] porque fue él quien abrió el camino”. El periodista desgranó su credo: “El oyente es el primer mandamiento”. Y a los jóvenes periodistas les aconsejó: “Escuchad bien. Lo que contáis es lo que está pasando. ¿Qué viene después? No está escrito. No permitáis que nadie lo escriba por vosotros”.
Tampoco faltaron las referencias al debate Cataluña-España. Oscar Dalmau y Oscar Andreu, que recogieron el premio al mejor programa radiofónico por La competència (RAC1), tras realizar los agradecimientos —uno en catalán y otro en castellano— comentaron con ironía: “Vamos a hablar en lengua castellana, pero comprenderán que tras tantos años de inmersión lingüística no nos será fácil”, dijo Dalmau. La broma provocó una enorme carcajada y una sonora ovación entre el público.
La gala arrancó tras el tradicional desfile de premiados en la alfombra roja del coliseo lírico barcelonés, este año estuvo conducida por Àngels Barceló y Manu Carreño, que contaron con la colaboración de Raquel Sánchez Silva y Juanra Bonet. El imprescindible apartado humorístico lo puso José Corbacho muy en su línea al referirse a la actualidad: la crisis, el paro y la precariedad del poco empleo juvenil que hay, pero también el caso Bárcenas: “Esta gala se retransmite en diferido, pero no sé si en diferido normal o en diferido María Dolores de Cospedal”.
Los Ondas, que concede Radio Barcelona, emisora decana de la SER y del Grupo PRISA (editor de EL PAÍS), se rindieron ayer a la profesión periodística al premiar también dos trabajos que narraron sendas tragedias desde el rigor informativo. La delegación en Galicia de la Cadena SER recibió el premio al mejor tratamiento informativo por la cobertura “rigurosa y medida” que realizó del descarrilamiento del tren Alvia el pasado mes de julio. “Hicimos lo que mejor sabemos hacer en la SER, informar”, resumieron los premiados. Salvados (La Sexta), presentado por Jordi Évole, se llevó el caballo alado que reconoce la mejor cobertura informativa o especial en televisión con un reportaje que puso al descubierto las maniobras políticas que se emplearon en la Comunidad Valenciana para ocultar las causas del accidente del metro de Valencia en julio de 2006. El mensaje más claro de este episodio lo dio la presidenta de las víctimas de ese accidente al Gobierno regional por haber “perdido la capacidad de asumir responsabilidades”. “Señor Fabra, nunca es tarde para rectificar”, le recordó.
El foco en esta edición de los Ondas estaba, no obstante, en los dos premios especiales que reconocían al mejor comunicador y al programa más destacado de todos cuanto habían recibido el Ondas durante los 60 años de historia. La elección estaba en manos del público, que pudo votarlos a través de la página web de la Cadena SER a partir de una lista confeccionada por un jurado especial. En la primera categoría, la que reconoce la labor del mejor comunicador, llegaron a la final Iñaki Gabilondo, Jesús Hermida y Luis del Olmo. Protagonistas e Informe semanal competían con Un, dos, tres por el mejor programa. Fue el histórico concurso televisivo el que se alzó con el Ondas especial. Alejandro Ibáñez Serrador, hijo del creador del programa, Chicho Ibáñez Serrador, dedicó el premio a su padre: “Intentaremos volver a Barcelona lo antes posible… y hasta aquí puedo leer”, bromeó al aludir a una frase mítica del concurso de TVE.
Las actuaciones musicales corrieron a cargo de Miguel Poveda, Manel y Rozalén. También cantó la cubana Gloria Estefan. En plena promoción en Europa de su nuevo trabajo, The Standards, acudió a Barcelona a recoger el premio a la música. María Dolores Pradera fue galardonada por su trayectoria que lo celebró con ironía: “Han tardado los del Grupo PRISA, pero ya sabía yo que me lo darían aunque fuera a título póstumo”.
El resto de los premios de radio fueron para La competència (RAC1) como mejor programa; El extrarradio y Yu: no te pierdas nada (40 Principales) como espacios innovadores, y Disco grande, de Julio Ruiz, como mejor programa musical. En el apartado de televisión, MasterChef se llevó el premio al mejor formato de entretenimiento, mientras que El Gran Wyoming compartió con Pedro Piqueras el galardón al mejor presentador. Polseres Vermelles, de TV3, fue reconocida como mejor serie, y por segundo año consecutivo un actor de Aída (Telecinco), en esta ocasión Pepe Viyuela, se llevó un caballo alado. El actor, que hizo extensivo el premio “a toda la ficción española”, agradeció un galardón que, en su opinión, “valora el trabajo hecho y sirve para dar un impulso hacia adelante y reconocer el trabajo de guion y el equipo entero que hay detrás de los personajes”.
El Ondas a la mejor actriz fue para Michelle Jenner, protagonista de la serie Isabel (TVE). “Para mí el premio de verdad fue conseguir el papel de Isabel. Y el Ondas me ha encantado porque no me lo esperaba”, comentaba Jenner. Barcelonesa de nacimiento, la actriz reconoció que le hubiese gustado mucho rodar en el Palacio del Tinell de Barcelona —algo que no se pudo hacer porque no lo permitió el Museo de Historia de la ciudad— pero no quiso entrar en polémicas: “Yo de esas cuestiones no hablo”.
Los Ondas volvieron a cruzar el Atlántico para premiar a Marta Debayle en W Radio México como mejor espacio en las ondas iberoamericanas y para reconocer a Roberto Gómez Bolaños Chespirito, creador de personajes tan populares en Latinoamérica como El Chavo del Ocho y Chapulín Colorado.
Fue en al acto de la mañana, en la tradicional foto de familia antes de la recepción que ofrece el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, a los galardonados donde estos comentaron qué significaba recibir la estatuilla. Muy valorada por ser la decana de los reconocimientos que, en su primera época —cuando los instituyeron el director de Radio Barcelona, Ramón Barbat, y el de la revista Ondas, Manuel Tarín Iglesias en 1953— se limitaba a premiar los programas y profesionales de la radio. Pocos años después, en 1957, incluyeron los premios de televisión y más recientemente, en 1993, ampliaron los galardones al apartado musical y publicitario.
Los jardines del Palacete Albéniz glosaban la dualidad de las generaciones premiadas. Veteranos y jóvenes. A eso precisamente se refirió María Escario (TVE) que recibió el Ondas a la mejor presentadora de televisión y lo dedicó a la periodista recientemente fallecida Concha García Campoy: “Me encanta trabajar con las nuevas generaciones de periodistas que están muy bien preparados y me encanta recibir el premio por lo que supone de reconocimiento al trabajo periodístico honesto”, apuntaba. “El periodismo es un oficio muy vocacional y algunos empresarios aprovechan para bajar el listón salarial”, añadió la periodista deportiva.
Pedro Piqueras se sumó a la reflexión sobre la labor de los medios de comunicación en un momento de crisis económica. Para Piqueras, la profesión no está en crisis, el problema son las empresas propietarias de los medios que pueden ceder a las presiones. Esa necesidad de no ceder también fue remarcada por otro de los premiados, Jordi Évole (Salvados de La Sexta): “Hace falta un periodismo de calidad que no se doblegue a presiones económicas o políticas”.