Estoy sentada enfrente de esta computadora desde hace 20 minutos, ya me paré al baño y regresé. Contesté una llamada, colgué y regresé. Me peiné lo que hay en la tv, zapping sin parar, y regresé. Le hice cariñitos a Sandro, el nuevo pomerania del hogar, y regresé. Ya le di dos tragos a mi té negro con una de Splenda, y sigo sin tener claro qué les puedo decir que no sea el clásico choro infernal de fin de año, de cerrar círculos y de propósitos venideros que, la neta, al final todo el mundo intenta pero nadie hace.
Lo que sí les puedo decir es que esta idea de repetir la franquicia de “128”, con cosas que tienes que hacer y dejar de hacer, en realidad es solo una inyección de conciencia.
Al final, uno puede hacer lo que se le dé la regalada gana, pero lo importante es, por lo menos, ser totalmente consciente de por qué y para qué lo estás haciendo. Son 12 paginas para que de un tirón, mayateando, papaloteando o a pedacitos dosificados, lean estas ideas increíbles de todo eso que a lo mejor nunca se nos hubiera ocurrido. Cosas simples pero que nunca nos hemos detenido a pensar. Cosas que nos urge hacer o sacar de nuestras vidas.
Por eso exprimimos a nuestros mejores y más queridos especialistas, cuates y colaboradores, para que nos compartan las suyas.
Ojalá que al terminar esta revista, 160 páginas después, tengamos más ideas, más conciencia y más inspiración para, ahora sí neta, vivir mejor de lo que lo soñamos.
Bottom line, no hay formula, no hay consejo, no hay motor, hack, chocho ni receta perfecta, ¿quieres tener lo que siempre soñaste?