Cada año la Navidad llega con mucha anticipación a la mayoría de las tiendas y centros comerciales. Todo son regalos y copias de Santa Claus, aunque no estoy muy contento con el uso que se le da a mi imagen y reputación. Usan mi nombre sin pagar derechos, ofrecen regalos que yo jamás daría y se adelantan lo más que pueden a la fecha cada año. Estoy harto.
Navidad es en diciembre… punto
Me molesta de sobremanera que tengo todo perfectamente organizado para empezar a trabajar en la creación, supervisión y empaque de juguetes a partir de finales de noviembre (sí, mis duendes andan en friega) y que en países como México me cambien el itinerario y nos pongan a parir cubitos de hielo empezando con su Navidad desde septiembre. ¿Cuál es la prisa?
¡El que hace los regalos soy YO!
¿Por qué todo el mundo se adueña de la Navidad? ¿Qué es eso de “este diciembre, Navidad está en Telas Panchita” o “Esta Navidad el mejor regalo es de Zapaterías Tres Carnales”? ¡Sólo confunden a los niños! Ya sé que Navidad tiene que ver con el nacimiento del niño Jesús, pero así como los Reyes Magos le llevaron regalos (que, por cierto, ¿quién le regala incienso, oro y mirra a un recién nacido?, ¡qué poco tacto!), déjenme a mí hacer mi chamba como se debe.
Me usan de amenaza con sus hijos
Soy un viejito bonachón que sólo sabe hacer dos cosas: reír sin razón aparente y regalarle juguetes a los niños. Me retuerce que las señoras que no saben cómo controlar a sus hijos me usen de amenaza diciendo que si no se portan bien no les voy a traer nada… ¿Yo por qué? A mí me gusta regalarle a los chiquitines lo que piden y ver su sonrisa al recibirlo, claro, si es que se portaron bien, si no, no les llevo nada, tampoco me gustan los mocosos jetones, respondones y pelados. Pero el que toma la decisión soy yo, no las mamás.
Las “sexy santas”
Siempre en estas fechas las edecanes de la mayoría de las marcas se visten de… no sé de qué, porque es una versión mía pero en mujer facilona. Ya saben, con minifalda y pierna de trompo al pastor, escote muy pronunciado enseñando un buche que de navideño no tiene nada, botas con tacón y pintarrajeadas como si fueran a audicionar para Cats. ¿Qué es eso? ¡¿Eso qué tiene que ver conmigo, por Dios?! Yo, Santa, soy hombre. Machín. Tengo a mi viejita que es Mary Christmas, estoy muy panzón, tengo barba blanca, no oigo muy bien de un oído y tengo várices. No soy ninguna edecán de farmacia.
¿Y las chimeneas?
Antes era muy fácil bajar por el ducto de las casas que conectaba el techo con la sala. Hoy, con la inseguridad y la paranoia colectiva, las casas o departamentos modernos cada vez son más herméticos y no hay por dónde entrar. He tenido que tomar varios tutoriales de YouTube para aprender a abrir chapas y cerrojos y desactivar alarmas… Ya me han llevado detenido más de una vez. Hagan un huequito en Navidad, no manchen.
Dejen cosas buenas en el árbol para mí, no sean tacaños
Yo me esmero por llevarles lo que pidieron y no les cobro ni la alfalfa de los renos ¿Para qué? ¿Para que me lo agradezcan dejándome cualquier sobra de la comida en un platito con un letrerito que dice “Para Santa”? Déjenme algo bueno y llenador, no galletas de animalitos o pan dulce duro que además ya chupó el perro.
Contado a Jesús Guzmán
TW @SoyJesusGuzman
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