Como saben, soy una traumada con el tema de la salud, especialmente después de la pandemia de Covid-19. Y como se siguen registrando casos, me interesa cuidar mucho a la gente que me rodea por eso, constantemente, busco que les realicen pruebas para saber que no están contagiados.
Entonces cuando me puse a ver qué opciones había, encontré que existen unas pruebas de antígenos caseras y obvio las quise probar, investigué cómo se aplicaban y todo, les cuento mi experiencia.
Para empezar, encontré que las autopruebas de antígeno de Abbott funcionan como una prueba profesional, ya que la única diferencia es que podemos aplicarlas rápida y cómodamente en la oficina o en la casa.
Además, es súper sencillo hacer la prueba, solamente deben conseguir uno de los kits y seguir las instrucciones para que en 15 minutos tengan los resultados.
Y si les preocupa qué tan eficientes son, les cuento que las de Abbott tienen 95,2% de eficiencia en las muestras positivas y el 100% de las muestras negativas (nasofaríngea). Además de que cuentan con el certificado CE, que asegura que cumple con la implementación de un sistema de aseguramiento de la calidad para el diseño, fabricación e inspección de la autoprueba de antígeno COVID-19, en concordancia con la Directiva Europea de Dispositivos Médicos.
Ahora bien, ¿qué onda con los resultados? Al ser un diagnóstico in vitro, el resultado positivo sirve de referencia y es importante que lo comuniquen a su médico o servicio de salud local de inmediato y seguir las indicaciones que les den, nada de andar esparciendo el virus por todos lados o de automedicarse.
Así que ya saben, si quieren tener a la mano sus autopruebas, entren a: abbottienda.com o vayan a la farmacia o tienda de auto-servicio más cercana.