Está cañón que nada más cumplimos 40 y el cuerpo, el cerebro, las hormonas, el sueño… ¡cambian! Es una montaña rusa que provoca muchos, pero muchos más síntomas que los famosos bochornos, es el ciclo que va de la perimenopausia, la menopausia y la postmenopausia.

Empecemos por lo primero: el cuerpo. Aunque se maten en el gym, tiene una razón de ser que les cueste más trabajo mantener el peso que tuvieron durante años. El Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (JCEM) dice que alrededor del 65 % de las mujeres ganan entre 2 y 5 kg durante la perimenopausia y menopausia, ¿poooooor?

La gran ausente

Durante esas etapas, los niveles de estrógenos (las tres hormonas más famosas de las mujeres) y de progesterona (la hormona más abundante y predominante en el cuerpo de las mujeres) son súper irregulares y eso puede generar cambios no solo físicos también hormonales que modifican al metabolismo, a veces gradualmente y a veces por completo.

Básicamente, que no haya suficientes estrógenos y progesterona hace que se presenten irregularidades menstruales, los malditos bochornos, insomnio, sudoración nocturna, falta de libido (algo que puede hacer que su relación padezca), ansiedad, depresión y la Cerebropausia®… ¿le sigo? pues ahí va:

  • Aumento de la grasa visceral, que ya les he dicho que es sumamente peligrosa, porque incrementa los riesgos de desarrollar resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares.
  • Aumento de peso, porque no queman la misma cantidad de energía que antes.
  • Que pierdan músculo, porque estas hormonas hacen match con la pequeña cantidad de testosterona en las mujeres, y ya hemos platicado en el programa que ayuda a crear y a mantener la masa muscular.
  • Que aumente el colesterol “malo” (LDL) y los triglicéridos, porque la falta de estrógenos afecta negativamente al perfil lipídico.
  • Y que retengan líquidos donde no deben, porque la falta de progesterona provoca que salgan bolsas debajo de los ojos, se hinchen piernas y brazos, y al mismo tiempo se reseque toda la piel.

En fin, la menopausia y perimenopausia pueden parecer dos jinetes del apocalipsis, pero verán que con los cuidados correctos no es así.

Ni deprimidas ni devastadas

Les comparto un listado de cosas que pueden hacer para que estar en esas etapas no signifique una sentencia.

Busquen una guía personalizada para controlar su menopausia. Les sugiero Centro Engel®, una clínica con doctoras y nutriólogas expertas que ayudan a los desequilibrios multi-hormonales, a los estragos del estrés e insomnio y demás vicisitudes.

Además de que les enseñan a comer de acuerdo a su tipo de sangre, mientras les explican cuáles son las mejores vitaminas, minerales y fitoquímicos para ustedes, y lo mejor es que no tienen nada que ver con hormonas sintéticas, porque ya sé el pavor que les provoca.

Así que métanse a las redes de Centro Engel®, los encuentran en @centroengelmx en IG, en FB como Centro Engel o en centroengel.com.

Cuiden lo que comen. Que su dieta esté equilibrada, rica en nutrientes, proteína y fibra, y bajarle a los carbohidratos y azúcares refinados. Incluyan suplementos, como la vitamina D, el calcio y los ácidos grasos omega-3, que son buenos para la salud ósea y reducir la inflamación.

Métanle al gym. Pero, ojo, no solo se desgasten en la caminadora, hay que hacer músculo.

Mantengan a raya el estrés. No importa si es yoga, meditación o respiración profunda, lo que les sirva para no aumentar el cortisol.

Buena higiene del sueño. Dormir entre 7 y 9 horas por noche es crucial para la regulación hormonal. Establecer una rutina de sueño regular y evitar la exposición a pantallas antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño.