Si están planeando su próximo viaje, les tengo un dato que les va a volar la cabeza: viajar no solo nos llena el alma, también revitaliza el cerebro. Y hace poco platiqué con mi filósofo favorito, Enrique Tamés, y me contó que cada vez que nos exponemos a nuevos lugares y experiencias, se activan conexiones entre las células nerviosas, lo que mantiene nuestra mente más ágil y sana.
Pero ahí no acaba la cosa. Viajar a destinos rodeados de naturaleza —especialmente en invierno— puede ayudar a combatir los síntomas del trastorno afectivo estacional (TAE), ese bajón anímico que llega con esa temporada. Además, fortalece el sistema inmunológico, sobre todo en los niños. Así que ya saben, no es solo un placer, es medicina para el alma y el cuerpo. Entonces, si van a viajar, les tengo dos destinos que, personalmente, me hicieron tocar el cielo: Alberta y la Columbia Británica en Canadá.
Alberta: aventura al límite y postales vivientes
Si son de los que buscan happy spots, Alberta tiene que estar en su lista sí o sí. Imaginen esto: el Moraine Lake, completamente congelado, en el corazón del Banff National Park. Podrán patinar sobre el hielo mientras las montañas imponentes los rodean. Toda la escena parece sacada de una película de Navidad.
¿Quieren algo aún más emocionante? Banff Sunshine Village es el lugar. Pistas de esquí y snowboard con vistas que parecen sacadas de un sueño. Y si les gusta la adrenalina, tienen que probar el tubing, experiencia que inicia con una especie de grúa que los lleva hasta la cima para luego subirse a su inflable, y ¡vámonos para abajo! Deslizándose por la nieve, rodeados de paisajes que les va a quitar el aliento.
Al terminar de esquiar, se quitan las botas, se sientan frente a un ventanal con vista a las montañas, le piden al mesero su drink favorito y simplemente disfrutan del momento. Perfecto, ¿no?
Y si son de los que buscan los mejores ángulos, tienen que subirse a la Banff Gondola. Desde lo más alto, verán las Rocky Mountains en todo su esplendor. Pero si quieren vivir algo que, les juro, jamás van a olvidar, vayan a Grotto Canyon. Ahí, con crampones en los zapatos, caminan entre cascadas congeladas de un azul impresionante. Es una de esas experiencias que marcan la vida.
British Columbia: diseño, gastronomía y naturaleza en su máxima expresión
Ahora, si lo suyo es el buen comer, el diseño y las experiencias que van más allá de lo común, la Columbia Británica los va a enamorar. Para una escapada de lujo, Whistler es la opción. Dependiendo de tu nivel de esquí, te puedes pasar todo el día esquiando, haciendo caminatas en la nieve, o disfrutar de spas espectaculares y resorts que redefinen lo que significa el descanso.
Ponte las raquetas de nieve y adéntrate en los paisajes invernales de la Columbia Británica. Siente cómo cada paso en la nieve crujiente te acerca a vistas panorámicas de montañas cubiertas y bosques serenos. Explora los senderos de Grouse Mountain, donde podrás disfrutar de increíbles vistas de la ciudad mientras te sumerges en la quietud del bosque nevado. Si buscas algo más remoto, Cypress Mountain te ofrece rutas que serpentean entre árboles cubiertos de nieve. Whistler, con su amplia red de senderos como los de Lost Lake y Callaghan Valley, te invita a explorar su majestuoso paisaje montañoso. Y no olvides Mount Seymour, ideal para quienes desean una experiencia tranquila a solo unos kilómetros de Vancouver.
Sin duda, esta es una de mis provincias favoritas en Canadá. Me fascina porque pueden llegar a Whistler Blackcomb, esquiar todo el día y, si quieren una experiencia verdaderamente espectacular, subirse al teleférico Peak-to-Peak para un recorrido entre las majestuosas montañas Whistler y Blackcomb. Desde ahí, tendrán vistas impresionantes de picos volcánicos y glaciares milenarios que, literalmente, los están esperando para que los esquíen.
Ahora, si siempre han soñado con ver nieve tan ligera y etérea como para llamarla «polvo de champagne», tienen que ir a la región de Thompson Okanagan, donde encontrarán el hielo más suave de toda Norteamérica. Y lo mejor de todo: es perfecta para esquiar ¡Una joya escondida para los amantes del invierno!
Y si están planeando un viaje con su significant other, déjenme decirles que Vancouver es el destino perfecto. Deslícense juntos en un trineo por las pendientes de la Sliding Zone, patinen de la mano en una pista de hielo rodeada de un paisaje invernal de ensueño y, para cerrar con broche de oro, maravíllense con un paseo mágico en el Light Walk, un sendero iluminado que rodea el impresionante Blue Grouse Lake, donde la nieve, las luces y el ambiente crean un escenario absolutamente inolvidable. ¡El plan más romántico del invierno!
Si lo que buscan es desconectarse del mundo, entonces tienen que ir a Tofino, en la Isla de Vancouver. Caminar por la playa mientras ven tormentas chocar contra la costa… simplemente mágico. Desde la comodidad de una habitación ultra cozy, con chimenea y una bebida caliente en la mano, pueden admirar las tormentas invernales más espectaculares, con rayos iluminando el cielo mientras la naturaleza hace lo suyo. Un espectáculo de otro nivel.