Lucy Romero
Terapeuta clínica
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• Un padre amoroso, protector, alentador y honorable hace que una hija busque hombres que posean las mismas cualidades.
• Un padre es esencial para el proceso de construcción de auto-confianza y auto-estima de una hija. También son quienes les muestran el peso de los éxitos, asertividad y aventura.
Mujeres con un lazo sano entre padre e hija son menos propensas a:
a. ser madres adolescentes, experimentar depresión
b. experimentar con drogas y alcohol
c. desarrollar problemas alimenticios
d. desarrollar problemas de imagen corporal
e. tener baja autoestima
f. involucrarse en actividades delictivas
Cuando un padre tiene una hija mujer, comúnmente, se desarrollan en él sentimientos de preocupación y apego que lo llevan a cuidarle y sobreprotegerle incluso hasta la vida adulta.
Princesitas consentidas
• Si bien un padre busca siempre la prolongación de su legado en un hijo varón, las hijas mujeres representan para él un lazo de ternura infinita e inagotable, que solo está allí para proporcionar felicidad y obtener éxitos y alegrías
• Una princesa consentida no experimenta la exigencia de sus hermanos varones u otras hermanas, generalmente todos sus logros (grandes o pequeños) son percibidos como éxitos totales que enaltecen y enorgullecen a su padre
• El padre percibe a su hija como un ente perfecto, y ningún hombre es capaz de semejarse a su “Princesa”, pues a todos les falta inteligencia, fuerza, carácter, buen aspecto, o capacidades financieras para darle a su hija lo que merece
• Comúnmente la percepción de hijita de cristal cambia conforme su hija crece, comenzando a verla con las capacidades de independencia que se les exigían a los hijos varones, pero sin pedir de ella ninguna prueba o trabajo extra
• Normalmente se le darán privilegios especiales desde niña, elegir dónde van de vacaciones, qué película verán, el sitio donde la familia cena, mismos privilegios que pueden transformarse en un sitio privilegiado en la empresa del padre, ser quien toma todas las decisiones en casa, o apoyo financiero para todos sus proyectos (por descabellados que estos sean) sin importar la edad que tenga
• Una vez que la princesa de papá establece una relación seria o llega al matrimonio, su padre buscará todas las formas para emascular al hombre “indigno” que ha venido a tratar de “controlar” a su hija perfecta, demostrando que él, su padre, tiene mayor capacidad financiera, intentando ser quien pague por la boda, compre la casa, o haciendo sutiles pero constantes comentarios sobre lo “pequeño que es su auto” o “lo poco que viaja desde que se casó”
• Las hijas de la princesa consentida de papá, serán percibidas como las nietas favoritas en la casa, obteniendo los mimos o incluso más privilegios que su madre, mientras que los hijos varones son recibidos sin grandes ovaciones, al ser percibidos como los ganadores totales del afecto de la hija