Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta
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En nosotros estos ciclos se dan también en las relaciones, en las situaciones de trabajo, en nuestras diferentes etapas de vida, en las experiencias de vida.
Y en cada uno de los ciclos hay algo que muere, para permitir que viva lo que sigue.
El arte de dejar ir no tiene que ser tan dificil. Es abrir la mano y soltar.
Desde que nacemos tenemos que soltar. La vida es una escuela y el aprender a soltar es un aprendizaje. Darnos cuenta que la no-permanencia de las cosas.
Los ciclos tienen un comienzo, una maduración y un final..
Y es preciso saber el tiempo de cada cosa, porque si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Te quedas atorad@ en el pasado y no experiencias el aqui y ahora. Tu vida se vuelve pesada con todas las piedras que vienes cargando o con las puertas que dejas abiertas en el camino.
Un ejemplo de esto lo vemos en nuestras propias etapas de vida : niñez, adolescencia, adultez y vejez.
Para muchas personas es dificil dejar atrás la juventud, de repente llegan los 40-50 y nos sumimos en tremendas crisis. Nos cuesta trabajo ese cambio de ser adultos jóvenes a ser adultos maduros y sobre todo, aceptar el hecho de que nuestro cuerpo ya no es tan sexy y fuerte como antes. Nos empezamos a operar los senos, la cara, los labios. Nos pintamos el pelo, comprarmos un tupé. Muchas personas se gastan fortunas tratando de mantener la ilusión de la juventud, tanto en operaciones, como en comprar cosas, como a coches deportivos y en algunos casos, perseguir gente joven como vampiros sedientos de esa energía fresca.
Necesitamos entender que la vida es como un buen mango. Permites que se madure, que llegue a su punto y lo comes. Si lo comes antes de tiempo o después, te enfermas.
Si te aferras a algo que ya no toca, lo que estás haciendo es vivir una dolorosa agonía, prolongando una muerte que de cualquier manera, llegará. Estiras la liga, pero llega un momento en que la liga si tenía que romperse se va a romper. Y eso es lo que hacemos en esas relaciones que ya no pertenecen al presente. Nos aferramos y simplemente alargamos el dolor, convirtiéndolo en sufrimiento sin fin.
Es importante ir cerrando ciclos para seguir moviéndonos en la vida.
Como saber cuándo es el tiempo?
Cuando ya es tiempo de soltar, hay una sensación molesta, como cuando ya no cabes en esos zapatos, por hermosos que hayan sido, por bien que te hayas sentido con ellos, hoy te duelen. Si miras bien, te puedes dar cuenta que esa relación te limita, no te apoya a hacia el crecimiento. Te sientes mal, enojado, triste, frustrado.
La vida es muy sabia, hay muchas maneras que la vida nos lo dice, nos lo hace saber. Pero no queremos escuchar, somos bien talentosos para justificar estas alertas. Es como si tu casa se estuviera incendiando pero tú no lo quieres ver y te reshúsas a salir.
¿POR QUÉ CUESTA TANTO TRABAJO SOLTAR?
La verdad es que no es tan fácil soltar
Nuestro ser, nuestra parte sabia sabe que ya es tiempo de soltar. Pero no queremos sentir el dolor de la separación y por no sentir ese dolor, continuamos cargando con un cadáver que ya apesta.
Qué son las cosas que nos dificultan soltar y cerrar ciclos?
Tenemos profundas creencias que no nos dejan soltar
Son como voces internas que te dicen que soltar está mal, que hay que aferrarse a las personas.
“Mas vale malo conocido que bueno por conocer”. “El matrimonio es para siempre”. “si lo dejas , te vas a quedar sol@”. “Es otro fracaso”. Etc.
El apego también que ver con heridas emocionales o con una perdida traumática de la infancia
Hemos vivido abandonos y rechazos de parte de nuestros seres queridos y ahora tememos volver a vivir ese dolor, a perder lo que esa persona nos da a nuestra tu vida, tenemos miedo de que nadie mas nos lo de. Es esa parte infantil, media terca que quiere que “esa persona” se lo de.
No confiamos y queremos controlar
Dados nuestros numerosos traumas de infancial, la mayoría vemos la vida con una gran desconfianza. Y por lo mismo, son pocos los que confian en el proceso natural de la vida. Ej. ¿Por qué tendria que confiar en la vida si mi padre me abandono y nunca regreso por mi?
Estamos llenos de miedos, y esos miedos nos quitan la confianza y desde esta falta de confianza pensamos que si controlamos, entonces el futuro será como queremos.
Nos da miedo el caos, nos pone ante el vacío que no sabemos como manejar
Controlo y no suelto porque no veo donde agarrarme. No confío. No quiero soltar hasta que llegue algo más. Ese vacio nos asusta, pero sin él nada nuevo nace. Se necesita el vacíop para crear algo nuevo.
QUE TENEMOS QUE HACER PARA CERRAR
Lamentarnos no sirve y entender el por qué no siempre nos lleva a dejar el asunto en paz. La pregunta que nos lleva a la transformación es el
PARA QUE:
No se trata de entender por qué me abandonó, es ¿para que me dejó en libertad?
¿Qué necesito hacer, aprender, cambiar, transformar?
¿Qué verdades de mi, de la vida tengo que encontrar?
¿Qué me ayuda a completar ese ciclo que me jala al pasado, que no me deja estar en mi presente y me impide avanzar hacia mi futuro?
Ese ciclo que necesitas cerrar, no lo veas como un callejón sin salida, velo como un reto, un desafio que tienes en tu vida.
10 claves para superar un desamor
1. ¡Desahógate! Escribe, grita, llora, baila, expresa todas las emociones que surjan a partir de este rompimiento , saca todo, no tiene caso quedarte con esta energía dentro de ti.. si no la sueltas, se transforma en pensamientos obsesivos que te perseguirán como una jauría de lobos hambrientos.
2. Escribe 20 cosas que no te gustaban de la relación y 20 cosas que estés ganando por dejar a esa persona o situación. Mantenla cerca y cada vez que entre el deseo de llamarle, de saber de el /ella, revisa esta lista , punto por punto.
3. Deshazte de todas las cosas que te recuerdan a esa persona. Fotos, cartas, correos electrónicos, regalos. Puedes quemar estas cosas y hacer todo un ritual, enterrar fotos, como si esta persona ya hubiera muerto, en fin, se creativa para crealizar los rituales necesarios para liberarte de todo este peso muerto.
4. No te regodees pensando en las cosas que hubieras podido hacer o decir. No te dejes atrapar por la culpa. Si te equivocaste, reconocelo y tómalo como experiencia para no repetir los mismos errores, pero acéptate como una persona falible, admite tu responsabilidad y aprende para mejorar. No te tortures .
5. Rodéate de personas positivas y apoyadoras. Busca amistades que te ayuden a atravesar este proceso, con quienes puedas hablar cuando lo necesites, que te puedan escuchar y que no te llenen de consejos, a menos que tú los pidas, y no pidas demasiados, mejor aprende a escucharte a ti misma.
6. Reconstrúyete. Este es un tiempo perfecto para tomar esas piezas tuyas y crear esa persona que te gustaría ser: ir al gimnasio, tomar ese proceso terapéutico que he aplazado, leer ese libro de auto ayuda para el cual no tenia tiempo. Abrazar nuevos proyectos, nuevas aventuras. Abre bien los ojos y observa todas las maravillosas oportunidades que se abren ante ti.
7. Recuerda que estar triste, estar enojada, no es “estar mal”. Estás en un proceso de duelo y vendrán diferentes emociones-. No trates de evadirlas, ni tampoco te ahogues en ellas, son simplemente emociones y puedes irlas viviendo a como lleguen, es el arte de aprender a surfear las olas.
8. Haz lo posible por estar en el aquí y ahora– No te pases horas recordando todos los detalles de la relación ni tampoco te apachurres porque no estará en Navidad, o en tu cumpleaños, uno nunca sabe lo que la vida traerá. Mantente presente y abiert@.
9. Agradece profundamente la experiencia. Quizá hoy no lo veas, pero llegará el momento que reconozcas todo lo que creciste gracias a esta vivencia.
10. No hay atajos para sanar el corazón, el tiempo se hará cargo de esto. El dolor irá desapareciendo, y poco a poco llegará la paz y un día te levantarás y te darás cuenta que ya no duele , que ya has olvidado.
Evita sentirte víctima, deja de quejarte, hablar y actuar como una. Aprovecha este tiempo para recapacitar acerca de lo que realmente quieres en una relación. Ábrete a la vida y aprende a ver lo que si hay y deja de llorar por lo que ya no está- Durante un mes, todos los días agradece por diez cosas en tu vida. El agradecimiento es la mejor medicina para la amargura, para aquellos que se sienten victimas.
Paulo Coelho
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Es importante ir cerrando ciclos para seguir moviéndonos en la vida.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente «revolcándote» en los por qué y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
Pero el entender el por qué no siempre nos lleva al cambio.
A veces nos mantiene siendo víctimas cuando nos preguntamos: por qué a mí?
La pregunta que nos lleva a la transformación es el para qué?
- ¿Qué necesito hacer, aprender, transformar?
- La vida es un eterno cambio.
- Lo único que permanece es la impermanencia.
Si te aferras a que las cosas permanezcan te vas a desgastar, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos estamos encaminados a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante, ya que todo tiene su tiempo.
- No podemos estar en el presente añorando el pasado.
- No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener relaciones con quien no quiere estar relacionado a nosotros.
- Los hechos pasan y hay que dejarlos ir
- Hay que aprender a perder y a ganar. Y a vivir con lo que tenemos en el presente…
- La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando «puertas abiertas» por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
- El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan. Tu ya no encajas en ese lugar, en en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
- Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver.
- Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
- No esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Hay que soltar el resentimiento, ya que lo único que consigue es envenenarte y amargarte.
- Nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir. Tu no llegaste con eso al mundo. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.
- Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
- ¡Esa es la vida!