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2024-11-17 15:49:01

Lo que nos desquicia de nuestros hijos adolescentes

Lidiar con adolescentes es complicado. El primer paso para mejorar la relación es entenderlos y aquí te decimos cómo.

mayo 27, 2013

adolescentesLucy Romero
Terapeuta clínica
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  • El adolescente vive una difícil «postura existencial». Ello puede ayudar a comprender las «inestabilidades» y «vaivenes emocionales» a los que se ve sometido expresa en su conducta.
  • El adolescente suele tener una afectividad muy rica pero inestable, extremista en sus estados de ánimo (grandes alegrías y/o tristezas) y ambivalente en sus acciones.
  • A veces, se muestran irreflexivos, se angustian, o entran el pánico. Por eso, su conducta resulta algo extraña y muchas veces desconcertante.

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Datos:

  • 20% pretende no tener ninguna dificultad con sus padres y, si las ha tenido, han sido más que superadas.
  • El 50% admite la presencia de problemas momentáneos, conoce el origen de las discusiones y emite reproches menores en relación con sus padres.
  • El 20% habla de conflictos serios y constantes y confiesa ser víctima de una cierta incomprensión.
  • Una minoría (5-10%) vive conflictos agudos, sufre un sentimiento de rechazo, desaprueba la actitud de incomprensión y la rigidez de los padres y manifiesta diferencias profundas de opinión. Este grupo presenta crisis abiertas, enfrentamientos violentos y hasta fugas del domicilio.

Tipos de personalidades de los adolescentes:

  • Impulsiva: Las consecuencias siempre le caen de sorpresa, no piensa con detenimiento, su filosofía es “más vale pedir perdón que pedir permiso”. La responsabilidad es el punto a trabajar.
  • Rebelde: Siempre intenta estirar los límites, poniéndolos a pueba y rompiendo las reglas, busca formas de comunicación “secreta” y actúa de forma agresiva al intentar esconder algo.
  • Obsesionado con la moda: Parece vivir en una eterna pasarela, todo tiene que ver con la marca de “moda”.
  • Temperamental: Pasa de la risa a carcajada a la depresión, es agotador vivir su montaña rusa de emociones y siempre buscará culpar a los padres de su tristeza… espera… oh, no importa ¡Eso es una sonrisa!
  • El silencioso: “¿Qué tal estuvo tu día?” “Bien”. “¿Qué quieres cenar?” “Lo que sea”. ¡Perfecto! Si hablara menos, su hijo sería un mimo. Pero bastante que habla con sus amigos todo el tiempo. Y usted lo sabe…cuando llega la cuenta del teléfono.
  • Amistoso: (el BFF). Pasa todo el tiempo posible conectado a las redes sociales, aislado de la familia y embebido con su círculo de amistades.
  • Tomador de riesgos: Le gusta sentir adrenalina en deportes EXTREMOS, experimentación EXTREMA, y aparentemente el no escuchar sus consejos llevado al grado extremo. Cualquier cosa que haga, la hace emocionante (para él) y aterrador (para usted).
  • Privado de sueño: Tiene un número excesivo de actividades, es demasiado acelerado y le hace falta una buena noche de descanso. Se acuesta muy tarde, luego duerme hasta el mediodía. Es como si hubiera volado desde el otro lado del mundo, y sigue viviendo en una zona horaria diferente.

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¿Qué influye en los problemas entre padres e hijos?

  • La personalidad de los padres o del hijo (dura y poco comprensiva).
  • Inconsistencia en las exigencias.
  • Discrepancia de los padres en  cuestiones importantes.
  • Inexistencia de  normas y roles claros.
  • Ausencia de  un desaguadero para expresar los sentimientos.
  • Una crisis de la pareja  que afecta a los hijos.
  • Se acumulan, sin resolver, tensiones familiares.

¿Cómo tener un hijo adolescente y ser feliz?

  • No tome los problemas de sus hijos como propios: deje que él maneje su vida y tome sus decisiones. Pero exíjale que éstas  no afecten a los demás.
  • Establezca con su hijo (gano-ganas) los límites y normas necesarias para vivir en armonía.
  • Si su hijo tiene un problema serio, ayúdele, pero no se amargue usted  la vida: no añada un problema a otro problema.
  • No se puede “obligar” a nadie a ser bueno: hay que venderle la idea y ayudarle con ideas y con acompañamiento.
  • El bien de la familia está antes que el bien del adolescente. Conviene, sin embargo, conseguir las dos cosas.
  • Desconcierte de vez en cuando a su hijo. No sea tan predecible que su hijo/a sabe siempre qué esperar de usted.
  • No tome decisiones sobre la marcha, ni acepte hechos cumplidos.
  • Calma, paciencia, reflexión…y después actuar con firmeza.
  • Si usted se sale de casillas, su hijo lo manipula y lo domina, ganó la batalla.
  • Tenga un interés real y genuino por las cosas del adolescente.

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