Alessia Di Bari
Sexóloga
Consulta a nuestra especialista
PASO 1. ¡No pierdas la calma!
Actúa con tranquilidad y naturalidad. Respira profundo, pregúntate qué te pasa, qué estás escuchando y una vez que hayas logrado lo anterior, entonces sí, vuelve a preguntar a tu hijo(a) qué necesita saber. Pregunta hasta que esté claro cuál es la duda real de tu hijo(a).
PASO 2. Da explicaciones sencillas
Los niños tienen pensamiento concreto, es importa que le expliques con palabras que pueda entender acorde a su edad y que no des más información de la que está pidiendo. El truco está en contestar lo que pregunta, ni más ni menos.
PASO 3. Enséñale la diferencia entre público y privado
Y tú necesitas aprender a respetar su privacidad, una vez que le enseñes la diferencia.
PASO 4. Fomenta su confianza hacia ti
Contesta todo lo que pregunte y sé honesto(a) con él o ella, eso lo(la) hará sentir cercano(a) a ti. Cumple tus promesas y sabrá que eres consistente y confiable.
PASO 5. Aprovecha las oportunidades
Habrá momentos donde puedas sacar el tema para darle el enfoque que es importante para ti, antes de que se “informe” por otras fuentes. Por ejemplo, la vez que fueron al zoológico y te preguntó acerca de cabrita que estaba amamantando a sus bebés.
Algunos consejos nunca están de más… cuando llegue el momento:
1. Intenta no reírte ni burlarte de él o ella.
2. Trata de no verte demasiado seria(o) y/o avergonzado con respecto al tema.
3. Se breve, en general, no necesitan tanto detalle.
4. Honestidad ante todo; a las cosas por su nombre.
5. Indaga sobre sus dudas, asegúrate de haberlas resuelto satisfactoriamente. Un “¿Resolví tu pregunta?” puede funcionar.
6. Nota las reacciones de tu hijo(a)
7. Prepárate para repetir la información las veces que sea necesario.
Si de plano no se te da…
Si te incomoda, pídele a alguien –en quien confíes y cuente con las herramientas adecuadas- que le explique por ti, ve a una consulta sexual o llévala(o) con un(a) sexólogo(a) para que pueda resolver todas sus dudas.
Si algún tema en particular te pone nerviosa(o), está bien, no tienes que poder hablar de absolutamente todos los temas, pero sí es importante que puedas solucionarle las dudas. Sé honesta(o) con tu hijo(a) y busquen una solución que funcione para todos.