Álvaro Gordoa
Consultor en Imagen Pública, rector del Colegio de Imagen Pública. Autor de los libros Imagen Cool, El Método H.A.B.L.A y La Biblia Godínez.
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Lee más, y más rápido
No importa que sea un libro o wikipedia: te sorprenderá cuánto puedes aprender si mantienes tu vista ocupada en la lectura.
¡Habla!
Mientras más aportas a una conversación, más inteligente pareces. Incluso si eso implica hacer preguntas o resaltar que tienes dudas: admitir que no sabes algo preguntándolo da la impresión de que, por lo menos, estás poniendo atención a tus interlocutores e involucrándote en la conversación.
Aprende a elegir el momento de tus intervenciones.
Pregunta
La gente confunde que al preguntar comunicará ignorancia y es al contrario.
De hecho, los alumnos percibidos como los más inteligentes son los que más preguntan, al igual que en la oficina y en las conversaciones sociales.
Ten una pulida ortografía
Aprende sobre el tema y autocorrígete cada vez que te detectes algún error. La gente relaciona la buena ortografía con cultura e inteligencia.
Escucha más de lo que hablas
Sigue las noticias día a día
Entérate de lo que pasa en todos los sectores (económico, político, social, espectáculos, deportes, etc.).
Las pláticas del día a día se basan en los aconteceres diarios, si estás enterado comunicarás inteligencia y cultura.
Enfócate en escuchar o leer a líderes de opinión.
Practica cuentas numéricas sencillas
Ej: porcentaje de propinas. Estamos tan acostumbrados a hacer operaciones sencillas con la calculadora del celular que cuando alguien hace las cuentas en público, comunica inteligencia.
Comparte contenidos de interés y sigue perfiles que aporten a tu inteligencia
Esto además de cultivarte, generará la percepción en los demás de que eres inteligente. Las redes son una extensión de nuestra personalidad.
Enfócate en lo que SÍ sabes
Proyecta confianza: “Fake it till you make it”. Encuentra un área de interés y profundiza en ella; convertirte en un experto proyectará inteligencia. Ej: si te gusta el cine, estudia todo lo relacionado a ello y actualízate.
Háblate a ti mismo
Hablar en voz alta con uno mismo puede ayudar a hacer las cosas mejor: ponerle etiquetas verbales a las tareas ayuda a concentrarte y, por ende, a llevarlas a cabo más rápidamente.
Aprende un segundo idioma (¡o un tercero, o un cuarto!)
Las personas que hablan más de un idioma suelen ser percibidas como inteligentes. Saber otro idioma EN EFECTO puede hacerte más inteligente. Cuando aprendes otros idiomas te vuelves más hábil al adaptar la mente a diversas tareas distintas, en comparación con quienes sólo hablan una lengua.
Haz las cosas del modo “difícil”
La tecnología ha hecho nuestra vida más fácil, pero a veces vale la pena intentar hacer las cosas del modo “difícil”: Operaciones simples a mano, llegar a un lugar siguiendo instrucciones habladas o en un mapa, sin ayuda del GPS, tomar notas, etc. Estas simples acciones refrescan habilidades que seguro olvidaste que tenías.
Créetela: puedes ser más inteligente
No se trata de ser soberbio, sino de creer que puedes ser mejor de lo que eres hoy.