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Dinámicas en el amor: reflejo de nuestras etapas infantiles no desarrolladas

Nuestras formas de ser y actuar con nuestra pareja tiene mucho que ver con lo que vivimos en la infancia.

marzo 13, 2015

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Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta
Consulta a nuestro especialista

Inspirado en el libro de Ellyn Baden y Peter Pearson: In Quest of the Mythical Mate; y en el trabajo del Learning Love Institut de Krishnanada y Amana Trobe

Observando el juego en los niños, Mahler describió las etapas más importantes en su desarrollo normal:

Primera: Etapa autista (0-2 meses) el niño vive su mundo propio, no se percata del exterior.
• Segunda: ¨Período simbiótico (2 a 6 meses) el niño está estrechamente ligado a su madre y desarrolla un poderoso apego no verbal con la madre
• Tercera: (6 s 24 meses). Etapa de separación e individuación. El niño empieza a convertirse en un ser ´único e individual.

Usando este modelo en las relaciones

• Casi nadie de nosotros tuvimos un desarrollo tan fluido y sano.
• Casi todos crecimos con profundas heridas infringidas en estas etapas, consecuencias de necesidades esenciales no cubiertas. Y en el presente nuestras relaciones reflejarán esas mismas heridas.
• La falta de un vínculo adecuado con nuestra madre durante la etapa simbiótica nos deja con una profunda hambre emocional de ese tipo de vínculo amoroso e incondicional que no tuvimos.
• La falta de uno adecuado apoyo, guía y estímulo durante la etapa de separación e individuación nos lleva a la creencia que el amor es dependencia y manipulación.

1. Estas dos heridas crean dos personalidades:

• La persona dependiente está hambrienta de ese vínculo simbiótico y su miedo a la soledad y su falta de autonomía se debe a que no completó esa fase y por lo mismo se quedó estancada/o en ella. (herida de abandono)
• El antidependiente está hambriento de separación e individuación. Su miedo a la intimidad , a la cercanía nace de la manipulación y control de uno de los progenitores. (Herida de engullimiento)

Si actúas desde la herida de abandono, (sin darte cuenta), te conviertes en gran dependiente. Ruegas: “dame, dame”, tomas el rol del dependiente.

La otra herida te lleva al rol del antidependiente, y encuentras cualquier excusa para empujar al otro: adicciones, trabajo, amigos.

Personalidad dependiente:

• Están hambrientos de contacto; buscan llenar el vacío creado en la etapa de la simbiosis.
• La única manera como saben llenar este gran hueco emocional es a través de sentirse amados y apoyados por la otra persona.
• Esta hambre insaciable y su gran terror de no ver cubiertas sus necesidades con frecuencia aleja ese amor tan anhelado.
• Viven con la creencia que su único camino a ser felices es encontrar la cercanía de otros y en particular de una pareja.

Las estrategias más comunes son:

• Suplicar
• Quejarse
• Culpar
• Demandar
• Resignarse y deprimirse

Viven convencidos que el problema es la incapacidad del otro para abrirse y entregarse.

Personalidad antidependiente:

• Temen a la cercanía porque representa el ser controlados, manipulados y exigidos: para estas personas la intimidad representa la pérdida de la libertad
• Al estar en una relación, existe la obsesión de “necesitar más espacio” hay una constante sensación de estar siendo sofocados por el otro.

Sus estrategias más comunes son:

• Acercarse y retirarse
• Controlar a través de no estar disponible
• Colocándose en un lugar de superioridad convenciéndose que son personas que no necesitan a nadie.
• Avasallando

Viven convencidos que el problema es que la otra persona no sabe estar bien en soledad.

2. Atrapados en la simbiosis.

• La mayoría de los seres humanos vivimos con una profunda necesidad de vincularnos, de conectarnos con otros seres humanos.
• Esto hace que sea frecuente que al iniciar una relación, nos quedemos atrapados en la simbiosis. Casi siempre las relaciones inician con una manera de vincularnos muy simbiótica.
• Esto lo vemos en las primeras etapas de la relación: La luna de miel. Durante este período ambas personas experimentamos el tipo de amor incondicional que no recibimos durante la época de la infancia y por el cual todos estamos muy hambrientos.
• Desafortunadamente, esta es sólo una ilusión que termina más temprano que tarde.

3. Parejas en diferentes etapas.

• Una de las dos personas sale de este vínculo y pasa a la siguiente, la de la separación e individuación mientras que la otra permanece en la simbiosis.
• Es en este momento cuando los conflictos inician, ya que el compañero “simbiótico” quiere mantener al otro “pegado” mientras este desea separase, tomar su espacio.

Trabajando con el modelo en tus relaciones:

1. Darte cuenta de la necesidad infantil detrás de la personalidad

• Persona simbiótica o dependiente: desea un vínculo y presencia incondicional
• Persona que se separa o antidependiente: desea apoyo y comprensión incondicional para buscarse a sí mismo.
• No es posible satisfacer estas necesidades entre si. Deben buscarlas en otro lugar: terapia, amigos o en si mismos, comprendiendo y validando su propio proceso

2. Separación de la familia de origen.

• En el proceso de terapia, necesitamos separarnos, “matar” (en sentido figurado) a los padres internos.

3. Aprendiendo el uno del otro

• Cuando ambos aprenden acerca de las heridas de desarrollo, entendiendo cual están viviendo en el presente, son más capaces de ser sensibles a las necesidades del otro.

4. Separarnos y vincularnos.

• Una relación sana es aquella en la que dos personas se apoyan en su separación e individuación pero al mismo tiempo son capaces de compartir un profundo vinculo simbiótico, y este no debe interferir con la expansión y libertad del otro.

marzo 13, 2015