Álvaro Gordoa
Socio y Director del Colegio de Imagen Pública
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Compréndelo: Es parte de su genética
• Su condición viene de desconfianza e inseguridades tan profundas que nunca entenderás.
• No te enojes: crece ante tu enojo
Juega con él: No de desgastes ni pelees, terminarás agotado.
• Toréalo diciéndole cosas como “Gracias por la sugerencia”.
Vacúnate contra él: Verifica los hechos.
• El conocimiento y los argumentos son tus mejores armas para evitar que te quite la palabra todo el tiempo.
Ponlo a Prueba: Pregúntale su opinión, pídele sustento o fuentes.
• Desármalo en tono respetuoso y amable.
• OJO: Al sentirse descubierto puede ponerse agresivo.
Acorrálalo: Pon las reglas.
• Acuerden cuánto tiempo tiene cada persona para hablar, así no podrá interrumpir ni robar la palabra tan fácilmente.
Sácale provecho: Puede hacer muchas cosas por ti.
• Ponle retos tipo “¿Tú qué harías?”
• Pídele consejos, se sentirá útil
• Acéptalo: no todas sus aportaciones son malas.