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2024-12-18 16:49:07

¿Eres una persona “Ansiosita”?

Ansiedad: Viene del latín Anxietas, que significa estrecho o doloroso. es como algo que sucede que no te deja pasar, que te obstruye.

mayo 28, 2019

Mario Guerra
Terapeuta
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Sufres esperando la llegada del elevador, y picas el botón una y mil veces con la esperanza de que eso acelere su llegada.
No puedes soportar que alguien no se apure a arrancar en cuanto el semáforo ha cambiado a verde y qué desesperación dá cuando la gente no entiende una explicación de algo que le has dado (según tú) “con toda claridad”.
¿Es acaso que el universo confabula en tu contra poniéndote toda clase de obstáculos que enlentecen tu vida?
¿O será que eres una persona “superior” que siempre está lista, atenta y dispuesta a resolver lo más rápido posible lo que se le presente? “Yo a lo que vengo”, podría ser tu lema en este caso.

Nada de eso, lo más probable es que seas una personas “ansiosita”

¿Qué es ser “ansiosito”?
• En realidad no se trata de una entidad clínica que se pueda diagnosticar; es más bien un término coloquial para definir a personas que son impacientes o que se ponen intolerantes o angustiadas cuando las cosas no salen como o cuando quieren.
• Son personas que tienen la necesidad de obtener aquello que desean, tan pronto como lo han deseado.
• El ansiosito se exige mucho a sí mismo y espera demasiado de los otros. No se puede desconectar o relajarse una vez que ha entrado en su modalidad de reaccionar, hacer o resolver sino hasta que reacciona, hace o resuelve. Claro, espera que otros hagan lo mismo.

¿Es esto lo mismo que el trastorno de ansiedad?
• No; para nada. Pero ni a este trastorno, las fobias o a los ataques de pánico nos vamos a referir en este programa el día de hoy. Hoy hablaremos de la ansiedad como un término más psicológico que psiquiátrico, por así decirlo.

¿Entonces qué es en este caso la ansiedad?
• Viene del latín Anxietas, que significa estrecho o doloroso. es como algo que sucede que no te deja pasar, que te obstruye.
• Desde el punto de vista clínico, la ansiedad es una respuesta emotiva psicobiológica que nos pone en acción ante una potencial amenaza o problema. Nos pone en un estado acorde a lo que se cree que se está viviendo y nos hace responder en consecuencia.

¿Por qué se le ve como un problema?
• Todo cuando es adaptativo nos es de utilidad, pero si deja de serlo se convierte en un problema; por ejemplo:
• Una persona que muestra ansiedad frente a un problema puede resolverlo porque se pone alerta y activa.
• Pero con “cero ansiedad”, dejaría crecer el problema y ni siquiera se movería de su lugar para actuar, pues para ella, “no habría necesidad o urgencia”.
• Con una ansiedad desmedida, una persona podría tomar decisiones precipitadas e incluso sentirse angustiada si no pudiera resolver de inmediato el problema que se le presente.

¿De dónde viene sentirnos ansiosos?
• Normalmente la ansiedad viene acompañada con angustia, que es un miedo a algo difuso o imaginado.
• La ansiedad que acompaña a la prisa o al perfeccionismo viene más de la mano del miedo a la frustración de que nuestros deseos no se puedan satisfacer o no de la manera o en el tiempo en que queremos.
• Es un claro error de cálculo acerca del costo que tendrá (tiempo, esfuerzo o proceso) aquello que queremos obtener.
• Esto es lo mismo que les pasa a las personas que tienen ansiedad al momento de tomar decisiones.
• Como piensan que pueden equivocarse al decidir, y si eso pasa su deseo no será cumplido, entonces evitan tomar una decisión bajo la fantasía que así siempre tendrán la posibilidad de conseguir lo que buscan, pero si se hubieran equivocado “no”.

¿Cuál es el proceso de la ansiedad impaciente?
• Condiciones previas:
1. Tienes un objetivo o algo quieres.
2. Mentalmente has calculado cuánto tiempo o esfuerzo (de acuerdo a tu lógica), debería llevarse obtener tu deseo.
–  Generalmente un cálculo de “cuentas alegres”.
3. Mentalmente sabes que tienes muchas otras cosas que hacer.
– Así que es necesario resolver esto para pasar a lo que sigue.
• Disparador
4. Hasta acá todo iba bien, pero de pronto te das cuenta que algo o alguien interfiere con la obtención de tu meta en el tiempo o forma que habías calculado (muy probablemente una incorrecta alineación planetaria o algún imbécil que se topó en tu camino).
• Respuesta
5. Buscas atajos o formas de “acelerar” el proceso.
o “quítate, yo lo hago”
o “apúrate”
– “el botón rojo tarado, el botón rojo, ¿¿¿qué no lo ves????”
– Rompes la tapa las pilas de tu control remoto porque, según tú, estaba atorada o mal diseñada y por eso no podías abrirla.
– Te pasas un alto, rebasas en zona prohibida, tocas el claxon como loco, te pegas al timbre de una casa o insultas al dependiente de una tienda por no atenderte rápido.
6. Consideras cambiar el objetivo
– Si de plano no lo puedes resolver, lo dejas para luego o buscas otra cosa en la cual centrarte (luego que ya te creaste un problema a partir de tus formas de acelerar el proceso en el punto anterior).

¿Por qué al ansioso le cuesta cambiar?
• Primero, porque generalmente no lo desea, pues si lo deseara, ya hubiera puesto manos a la obra.
• Porque aún deseándolo, quiere que eso cese ya, con sólo desearlo, y si hay algo que implique un proceso largo, es el proceso de cambiar o matizar conductas ansiosas en una persona.
• Porque se describen a sí mismos como personas “apasionadas”, “proactivas” o “rápidas”, en vez de ansiosos e intolerantes.
o Esto agravado con el hecho de que a los demás los definen como lentos, torpes, flojos o inútiles (en comparación con lo que esperan de ellos, por supuesto).

¿Entonces esta ansiedad es mala?
• Ya vimos que a veces ayuda y a veces no; pero hablemos de beneficios y costos…
• BENEFICIOS
– Motivas a tu gente a realizar tareas.
– Te ayuda a querer probar cosas nuevas.
– Te mantienes activo y creativo pensando siempre cómo resolver problemas o alcanzar metas nuevas.
• COSTOS
– Frustración por no poder alcanzar las metas en el tiempo o forma en que lo pensaste
– Te impide disfrutar otras cosas
– Niveles de estrés más altos que la media poblacional.
– Empiezas a volverte perfeccionista, demasiado exigente e impaciente.
– Puedes abandonar metas si no puedes alcanzarlas rápidamente.
– Deteriora tus relaciones.
      • Puedes maltratar a la gente “más lenta” o “menos lista” que tú.
      • Dejas de escucharles porque no van al grano o les apresuras hasta para acabar una frase.
      • En un restaurante, eres el primero que termina y te molestas porque otros no van a tu ritmo.
      • Lo mismo es cuando vas a viajar, al teatro o a una reunión. Buscas controlar la manera en que los demás planean sus actividades bajo el lema “es mejor estar una hora antes que 5 minutos tarde”.
– La impaciencia está ya documentada como un factor de riesgo para hipertensión por la Asociación Médica Americana, incluso entre jóvenes.
 También se descubrió que las personas ansiosas tienden a padecer más obesidad que las personas que saben esperar.
– Dos estudios diferentes demuestran que, en general, la impaciencia puede conducirnos a tomar peores decisiones.

¿Qué hacer?
• Cambiar el proceso de entendimiento del costo/beneficio de una meta:
1. Tienes una meta
2. Aceptas que obtener esa meta tendrá ciertos costos.
3. Te topas con que esos costos son mayores que lo que habías calculado.
4. Tratas de evitar costos adicionales (acabar peleando con alguien, romper algo, abandonar tu meta, etc.)
5. Ajustas tus expectativas y métodos de manera razonable y sigues actuando.
• Pon más atención al resultado que al proceso.
– Si te la pasas tan atento a cómo se están haciendo, o debieron haberse hecho las cosas, a veces tú mismo serás un obstáculo para el logro de tu meta o de menos te sentirás con más ansiedad por darte cuenta todo lo que te falta.
 Como cuando vas muy atento a los kilómetros o tiempo que te falta para llegar a un sitio o a los avances de un proyecto que delegaste a alguien más.

“Puedes ser un ansioso feliz, siempre que
te lleves las cosas con la calma necesaria”

mayo 28, 2019