Eduardo Calixto
Neurofisiólogo
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‘Llorar’ viene del anglosajón «wop» el significado primario es «protesta».
• El cerebro obtiene 1 litro de sangre por minuto, el 25% del volumen que el corazón le otorga.
• Ninguna emoción (reír, enojarnos, asco) le exige al metabolismo cerebral como el llanto.
• Al llorar elevamos las necesidades de glucosa y oxigeno por parte de la corteza cerebral y el sistema límbico hasta en un 32%
• Por eso cuando lloramos nos cansamos: es un desgaste similar al de correr 5 Km inmediatos o no dormir.
• No podemos llorar por más de 10 minutos. Es la única emoción que más rápido se auto-limita: lloramos en episodios y no podemos mantener el gasto de energía al llorar con lágrimas, tensionados y carentes de lógica por más de 10 minutos.
• El desgaste del llanto nos produce hambre y sueño: necesitamos recuperar la energía que perdimos.
• Llorar es una conducta innata que evoluciona en los primeros meses de vida para asociar señales de alarma, dolor o hambre.
• Llorar es una expresión emocional, que después de los 6 meses el cerebro aprende a manipular.
Cómo es el llanto
Su repertorio sonoro se divide en 2 procesos los cuales pueden ser variados en su acústica, pero generalmente son universales:
• el llanto de vocalizaciones cortas
• el llanto de grandes espiraciones
• A cada persona la distingue su llanto, no hay llantos iguales.
Llorar tiene un componente consciente y uno inconsciente. Este último es el que mantiene la emoción, inicia el reflejo de influjo de sangre al cerebro y procesa condicionamientos y reforzamientos: sin saberlo, aprendemos de lo malo:
• Evitamos la culpa/vergüenza
• Procesamos conductas de defensa
• la atención solemos llevarla al iniciador de nuestro llanto nos tardamos 300 mseg en sacar nuestras primeras lagrimas.
• En cambio, el llanto consciente es razonado, acompañado de recuerdos y en muchos casos, es la catarsis de la tristeza o el proceso controlado de la emoción, podemos llorar cuando queremos, si el medio lo favorece, pero a través del proceso consciente también manipulamos. Este evento, tarda minutos en llevarse a cabo.
Llorar para relajarnos
• El ciclo biológico indica que llorar por la tarde es más relajante que antes de mediodía.
• El llanto se inicia con un proceso de atención, activa el tallo cerebral, cerebelo, los núcleos de los pares craneales III, IV, V y VII, incrementa la función reticular ascendente, activa la amígdala cerebral, hipotálamo. hipocampo, ínsula, giro del cíngulo y finalmente la corteza cerebral temporal izquierda. Llorar lleva un componente atención y memoria.
• Quien ve nuestro llanto, activa sus neuronas en espejo, disminuyendo la agresión, el enojo y enfado, activa más su hemisferio derecho.
• Si la salud mental es la adecuada, se tranquiliza y procesa un incremento de sus neuronas espejo y su cerebro libera oxitocina. Es un principio de socialización, de generar apego.
• Los sociópatas, neuróticos u obsesivos/compulsivos no ven las señales del llanto, y no paran en su agresión o violencia ante las lágrimas de su víctima.
¿Adictos al llanto?
Llorar tiene un componente neuroquímico cerebral, pues liberamos: • Adrenalina, GABA, opiodes, anandamida, vasopresina y oxitocina.
• Nos tranquiliza, pero bajo ciertas condiciones, el llanto y la tristeza pueden generar cierta adicción al proceso.
¿Por qué las mujeres lloran más?
• Las hormonas femeninas, en especial los estrógenos favorecen la actividad de la amígdala izquierda, por lo que hace mas fuerte el llanto en el proceso de inspiración.
• En contraste, los hombres al tener testosterona, disminuyen el llanto en su origen y su duración.
¿Sólo los humanos lloramos?
• Llorar es un proceso activo fisiológico que no es exclusivo de los seres humanos.
• Somos la única especie que asocia el llanto con la proyección de tristeza, asociamos llorar con dolor físico como un proceso de disminuir la tensión.
• Relacionamos el llanto a dolor moral, a la pérdida irreconciliable y al abandono/separación.
• El cerebro humano asocia la aflicción y la emoción, la proyecta para reducir la amenaza o en su defecto obtiene ganancias secundarias sociales o psicológicas.
