– Convivencia intensiva
Parejas que trabajan juntas o una convivencia muy estrecha sin espacios para lo individual.
– La sensación de cierta independencia y autonomía son fundamentales para la realización personal y para tener una buena autoestima, pero sin caer en el abandono o el distanciamiento emocional.
– Lucha de poder en la relación.
– Las relaciones de pareja suelen ser simétricas; es decir, ambos tienen igual jerarquía y poder de decisión dentro de la relación.
– Cuando los esperados conflictos o diferencias surgen, se suele buscar tener la razón para afianzar un lugar de respeto y/o admiración dentro de la relación.
– Una forma de demostrar el poder es precisamente haciendo uso de nuestras habilidades o puntos fuertes para que el otro lo note, pero también atacando o minimizando las cualidades del otro, para que nuestra “victoria” sea aún más grande.
– Confianza y sinceridad distorsionadas.
– Cuando estamos en una relación con una persona amada, la urbanidad y buenas maneras que se dan en ciertos contextos sociales no se consideran tan necesarios.
– Dejas de pedir las cosas por favor, dejas de ceder el paso, dejas de colaborar en lo doméstico…
– Nos hacemos no necesariamente groseros, pero sí menos cuidadosos en la forma de actuar, decir y pedir las cosas.
– Mecanismos de defensa.
– Mecanismos inconscientes que hemos construído para lidiar y sobrellevar pensamientos y sentimientos que son inaceptables en nuestra consciencia o necesidades insatisfechas de la infancia.
– Negación, represión y desplazamiento son mecanismos para protegerte de la envidia, la vergüenza o la ira.
– Ley del hielo, actitud pasivo agresiva o sumisión, por ejemplo.
– Por ejemplo, buscar el cariño y la intimidad con las personas pero a la vez temer ser lastimados, entonces actuamos de manera que se alejan y nos lamentamos de estar solos.
– Reprimir las emociones y tragarse el enojo y la frustración, en vez de hablarlo, y actuar de maneras agresivas.
– Los mecanismos de defensa operan en el aquí y el ahora; su tarea es protegerte del dolor hoy. Su problema es que bajo su influencia no piensas en las consecuencias que tus métodos de protección ocasionarán a futuro en tu relación.
– La manera en que te relacionas con las personas que amas, y te aman, nos dice mucho acerca de los mecanismos de defensa que usas.
– Lo que no se dice, se actúa.
– Si bloqueas la consciencia de tus necesidades y de tu vulnerabilidad, no podrás construir verdadera intimidad en tus relaciones.
– Ser narcisista o demasiado autocentrado.
– Se busca sólo el disfrute o beneficio personal.
– Actividades que al otro no le gustan y que no comparten o que, al hacerlo, tu pareja hasta las sufre.
– No es que quiera lastimar al otro, simplemente no se piensa en él.
– Pobre conocimiento y/o minimización de lo que para el otro es importante.
– Si somos poco sensibles o interesados, pensamos que nuestra pareja comparte nuestros mismos estándares y umbrales de tolerancia.
– Si nuestra pareja nos hace un reclamo o una petición, podemos pensar que eso no es tan importante y fácilmente podemos transgredir o ignorar la solicitud.
– Cuando nuestra pareja nos reclama esto solemos responder con un “no es para tanto” o incluso buscamos reparar la acción con un: “ya, ahorita voy por tu pan que se me olvidó, no vayas a desmayarte…”, sin tomar en cuenta que lo que puede ser que lastime no es la acción, sino la falta de atención o el mensaje que se recibe con la falta de ésta, que puede ser un: “no te importo”
– Momento de vida y/o distintas prioridades.
– Proyectos personales y/o profesionales.
– El trabajo como una prioridad.
Causas
– Inmadurez
– Falta de empatía
– Pobre inteligencia emocional
– Heridas de la infancia
¿Qué hacer?
– Conversa con tu pareja para que conozcas lo que le es importante.
No siempre lo entenderás, pero con el hecho de que sepas que le es importante ya es digno de tomarse en cuenta.