Aura Medina de Witt
Terapeuta
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Hay dos razones básicas:
• Cuando alguien querido nos rechaza, cuando se va, cuando no nos hace caso, tocamos nuestros más profundos sentimientos de poca valía personal, sentimientos que hemos enterrado dentro y que la mayoría no queremos ver.
• Esto lo conocemos como la herida de vergüenza, este espacio en el cual nos sentimos inadecuados, deficientes, insuficientes y fundamentalmente mal.
• La segunda razón es que activa otra profunda herida que está también abierta en nuestro inconsciente: la herida de abandono.
• Esta herida es una profunda sensación de sentirnos no queridos, solos, abandonados y sin el cuidado que necesitamos.
• Ambas heridas tienen su origen en la infancia: en las comparaciones, juicios, amenazas, presiones, negligencias, etc., sufridos en esa época cuando somos tan vulnerables y todo nos marca y nos forma.
¿Por qué repetimos estos patrones?
• Hay muchos diferentes patrones y en general no son fáciles de reconocer, pero en la superficie los patrones que creamos son muy similares a como el padre del sexo opuesto se comportaba y nos trataba.
• Pero de hecho, estos patrones reflejan una mezcla muy confusa de lo que recibimos de ambos padres y lo que aprendimos de cómo es la relación entre un hombre y una mujer.
Hay muchos tipos de patrones y no son tan fáciles de reconocer pero podemos ver que la mayoría en su esencia están basados en.
• Lo que aprendimos acerca del amor de las experiencias de estar amados o no amados cuando éramos niños.
• Lo que aprendimos de cómo ser un hombre o una mujer
• Lo que llegamos a sentir acerca de nosotros como personas, o como mujer u hombre
• Lo que creemos que es el amor.
Ejemplo
La mayoría entramos en las relaciones en un estado conocido como “estado de conciencia del niño o niña lastimados”: este estado contiene una serie de creencias totalmente infantiles hacia la pareja, veamos algunos de estos pensamientos:
• “Busco a alguien que me sane de mis miedos y de mi soledad”
• “Busco a alguien quien incondicionalmente respete mis necesidades, mis límites, mi integridad sin que yo tenga que decir o hacer nada”.
• “Quiero alguien que me llene y me haga sentir amada/o”
• “He encontrado al amor de mi vida. Mi alma gemela, ese (esa) a quién he esperado toda mi vida”.
• “Esta persona es perfecta! Tan sensible, fuerte, inteligente, valiente…etc.”
• “Si esta persona realmente me ama, él o ella estarán siempre para mi, será amable, respetuoso/a, y dispuesto/a a dar. Será extremadamente sensible a mis necesidades y sentimientos”.
• “Seremos felices para siempre”.
• “Nunca me sentiré sola/o de nuevo”.
• “Somos tan parecidos, es increíble”.
• “Este es el mejor sexo que he tenido y así será para siempre”.
Estas creencias mistificadas y de creernos con derechos a… vienen de esa parte infantil lastimada que vive en un mundo de fantasía. Desde esa parte pretendemos que el mundo es un cuento de hadas en el cual el príncipe y la princesa viven felices se encuentran y viven felices para siempre y entonces el dolor, la soledad, los rechazos, miedos y el aburrimiento se van para siempre.
Ejemplos:
• Estamos totalmente convencidos de que alguien que dice que nos ama, debe comportarse de ciertas maneras.
• Cuando no llenan nuestras expectativas nos sentimos profundamente traicionados.
• Aprendemos juegos de poder y utilizamos estrategias de control, usamos la manipulación para obtener lo que queremos porque es lo que siempre hemos hecho y no vemos otra manera.
• Normalmente tomamos venganza cuando nos sentimos heridos.
Además de este estado de conciencia, de niños berrinchudos y fantasiosos, también tenemos otro aspecto nacido de nuestra profunda vergüenza que dirige nuestro comportamiento: Este es otro aspecto de nuestra parte infantil que piensa y se comporta de una manera que determina a quien atraemos como pareja y como los atraemos:
Ejemplos
• “No puedo creer que esta persona me quiera o que le guste. ¿Por qué yo?”
• “No soy lo suficientemente bueno/a para esa persona”.
• “Quizá no sea un/a buen/a amante para esa persona”.
• “Tengo que probar que soy una buena pareja”.
• “Si esta persona se acerca demasiado, se dará cuenta de mis secretos y dejará de amarme”.
• “Si esta persona me trata de manera irrespetuosa, es que lo merezco”.
Esto es justo cuando decimos que “la vergüenza va de compras” (Shame goes shopping) porque estas creencias y nuestro comportamiento están dirigidos por nuestra sensación de no valía.
Y una vez en una relación, este pensamiento de vergüenza tiene un profundo efecto en nuestras vidas.
• No podemos expresar o incluso sentir nuestras necesidades
• Estamos convencidos que esto es demasiado bueno para que sea cierto, algo malo va a suceder.
• Creemos que no merecemos la felicidad.
• Concedemos constantemente y cedemos nuestro poder por estos fuertes miedos al rechazo o al abuso.
• Aceptamos la humillación porque es lo que sentimos que merecemos.
• No podemos poner límites porque ni siquiera nos damos cuenta que estos han sido traspasados.
Existen muchas conductas que son motivadas por esta parte infantil que cree que merece, que tiene miedo, que vive en la fantasía y que se siente muy insegura.
Y el problema es que estas conductas crean exactamente eso a lo que tanto tememos que suceda y que de alguna manera esperamos.
Ejercicio
• ¿Cuáles son tus creencias de como debes comportarte con esta persona?
• ¿Piensas que mereces ser amada por esta persona?
• ¿Cómo te sientes contigo cuando estás con esta persona- cedes continuamente, le ruegas, demandas, tienes expectativas o te enojas o te alejas cuando no consigues lo que quieres?
• ¿Es difícil para ti sentir tus propias necesidades cuando estás con esta persona?