Les vienen a contar qué onda con la pobreza y desigualdad en México, desde cómo se mide hasta cómo es que podemos combatirla.
¿Cómo se mide la pobreza y desigualdad en México? Resultados del Vonsejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social (CONEVAL) 2020.
Este 10 de agosto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) se publicaron los resultados de pobreza en 2022, que dan un panorama amplio de la población en situaciones de pobreza o vulnerabilidad en el país.
A diferencia de algunos indicadores de pobreza que se publican de manera más frecuente (como la pobreza laboral), la medición multidimensional de la pobreza que se publica el 10 de agosto.
Sale cada dos años, ya que depende de datos de ingresos y gastos de los hogares que se publican con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que publica el INEGI (cuyos resultados 2022 salieron el pasado 26 de julio).
La medición multidimensional de la pobreza va más allá de los ingresos: para identificar a la población en pobreza o pobreza extrema, se toman en cuenta diferentes aspectos de las condiciones de vida de las personas, que están relacionados con los derechos humanos y son fundamentales para garantizar la dignidad humana.
Los aspectos para medir la pobreza y la desigualdad en México
La medición del CONEVAL publicada hoy reporta dos tipos de pobreza: la pobreza y la pobreza extrema. Para ello, toma en cuenta el nivel total de ingresos de las personas (tomando en cuenta los ingresos por trabajo y cualquier otro), así como 6 carencias sociales que afectan la calidad de vida:
- 1) rezago educativo,
- 2) acceso a los servicios de salud,
- 3) acceso a la seguridad social,
- 4) calidad y espacios de la vivienda, 5) acceso a los servicios básicos en la vivienda
- 6) acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
Estas variables permiten al CONEVAL tener un panorama más amplio de la pobreza en el país, que no sólo toma en cuenta los recursos económicos, sino el acceso de las personas a elementos básicos como educación, salud y vivienda, los cuales no sólo afectan el presente sino el futuro de las condiciones socioeconómicas de la población.
En 2020 -la última cifra publicada por el Coneval-, hubo 7 millones de personas en situación de pobreza; esto significa que esas personas (que representaron 43.9% de la población en ese año) tuvieron ingresos por debajo de la Línea de Bienestar Económico (LBE) y, además, tuvieron al menos una de las seis carencias sociales contempladas por el CONEVAL en su medición.
La LBE (Línea de Bienestar Económico) se refiere a un ingreso mínimo necesario para poder adquirir dos canastas básicas: la alimentaria y la no alimentaria, que incluye bienes y servicios adicionales. Vivir con una carencia social e ingresos insuficientes para comprar bienes y servicios básicos resultan en una situación de pobreza.
En 2020, en el contexto de la crisis, el % de la población mexicana en pobreza incrementó en 2 puntos porcentuales, al pasar de 41.9% en 2018 a 43.9% en 2020. Dentro de la pobreza, el CONEVAL mide dos tipos: la moderada, y la extrema.
En la pobreza moderada se mide la cantidad de personas que tiene entre 1 o 3 carencias sociales y cuyos ingresos son insuficientes para comprar ambas canastas básicas (alimentaria y no alimentaria), pero sí alcanzan para comprar únicamente la canasta alimentaria. En ese grupo, en 2020 hubo 44.9 millones de personas en pobreza moderada (35.4% de la población).
En 2020, las personas en pobreza representaron 5% de la población, o 10.8 millones de personas- se enfrentan a 3 o más carencias sociales y tienen ingresos que no son suficientes siquiera para cubrir el valor de la canasta alimentaria.
¿Cómo se compara con las mediciones de pobreza alrededor del mundo?
La manera de medir a la población en pobreza difiere en los países del mundo. En América Latina, hay dos métodos más utilizados. El primero se basa en la “Línea de pobreza”, y utiliza el ingreso o el gasto de consumo para medir el nivel de bienestar de las personas. (ya sea alimentario o no alimentario).
Aquellas personas que no pueden cubrir el valor de esa canasta básica, se consideran en estado de pobreza. El segundo método es el de las Necesidades básicas insatisfechas toma en cuenta indicadores relacionados con necesidades básicas estructurales como:
- la vivienda
- educación
- salud
- infraestructura pública
Todas estas se requieren para evaluar el bienestar individual, más allá del poder adquisitivo de las personas. Con este método se considera población en pobreza a aquella que tiene al menos una necesidad básica insatisfecha, y como pobres extremos a los que presentan dos o más indicadores en esa situación.
El tercer método, denominado “Método de medición integrada”, que combina los dos anteriores, clasificando la población total en 4 grupos:
“pobres crónicos”: (identificados como “personas en pobreza” en el caso mexicano), que son los más vulnerables porque tienen al menos una necesidad básica insatisfecha e ingresos o gastos por debajo de la línea de pobreza.
“pobres recientes”: (en México no están en pobreza pero son “vulnerables por ingreso”), quienes tienen sus necesidades básicas satisfechas pero sus ingresos son inferiores a la línea de pobreza (canasta básica alimentaria y no alimentaria).
“pobres inerciales”: (vulnerables por carencia social), quienes tienen al menos una necesidad básica insatisfecha pero sus ingresos están por encima de la línea de pobreza.
“integrados socialmente”: (no pobres), es decir, quienes no tienen necesidades básicas insatisfechas y sus ingresos superan la línea de pobreza.
El tercer método es el que se utiliza en México para medir la pobreza y la desigualdad
Desigualdad. De acuerdo con Oxfam, la desigualdad económica se refiere a la disponibilidad de recursos disparentre las personas.
Esto implica que algunas personas o sectores tienen acceso a más recursos u oportunidades que otras; como resultado, se crea un desequilibrio en cómo se reparte la riqueza y los ingresos.
La desigualdad económica no se limita al poder adquisitivo, también considera el acceso a servicios básicos, como a la salud o a la educación.
Coeficiente de Gini: Mide la desigualdad de ingresos, donde 0 corresponde a la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 a la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).
El índice de Gini es el coeficiente expresado en referencia a 100 como máximo. De acuerdo con la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) 2022, el valor del coeficiente de Gini para México fue de 0.402 en 2022, en contraste con 0.415 en 2020 y con 0.449 en 2016. Lo que muestra que la desigualdad está disminuyendo. A nivel estatal (ENIGH 2022), estados con menor desigualdad:
- Veracruz (0.33)
- Baja California Sur (0.35)
- Estado de México (0.35)
- Chiapas (0.35)
- Guerrero (0.35)
Estados con mayor desigualdad:
- Puebla (0.42)
- Ciudad de México (0.42)
- Chihuahua (0.41)
- Hidalgo (0.41)
- Durango (0.40)
Países OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) Última estimación 2019):
Países con menor desigualdad:
- Eslovaquia (0.23)
- República Checa (0.24)
- Eslovenia (0.24)
- Islandia (0.25)
- Bélgica (0.25)
Países con mayor desigualdad:
- Costa Rica (0.47)
- Chile (0.46)
- México (0.45)
- Bulgaria (0.40)
- Estados Unidos (0.39)
Dispersión por decil: Permite analizar la distribución del ingreso entre las personas de un mismo grupo, al dividirlo en diez partes iguales, desde los que tienen menores ingresos (decil 1) hasta las que tienen ingresos más altos (decil 10). Esta manera nos permite identificar si hay diferencias significativas en los ingresos que las personas reciben.
De acuerdo con la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares), en 2022, los hogares con mayores ingresos del país percibieron 66 mil 899 pesos mensuales; en contraste, aquellos con menores recursos registraron ingresos promedio de 4 mil 470 pesos.
Es decir, los hogares del decil 10 (el 10% de los hogares con mayores ingresos) percibieron 15 veces más ingresos que los del decil 1 (el 10% con menores ingresos).
Invitada
Valeria Moy. Directora General del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad). Es economista por el ITAM, con posgrado en la London School of Economics. Analista en el programa de Así Las Cosas con Carlos Loret. Forbes la ha nombrado una de las 100 mujeres más poderosas de México.
TW: @valeriamoy // IG: @valeriamoymx // Pódcast en @asícomosuenamx: Peras y Manzanas