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2024-10-17 21:34:01
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No me valoran en mi trabajo ¿qué hago?

Si son de los que no valoran en su trabajo, entonces tienen que leer estos consejos que nos trajo Julieta Manzano, experta en recursos humanos.

octubre 8, 2024

Son de los que piensan: «no me valoran en mi trabajo ¿qué hago?» entonces tienen que leer esto y escuchar el podcast. 

Chéquense esto: una encuesta de Gallup encontró que el 70% de los empleados considera que no recibe suficiente reconocimiento por su trabajo. Si se han sentido así, Julieta Manzano les va a explicar qué podemos hacer cuando no nos sentimos valorados en la chamba.

Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aproximadamente el 25% de las personas en el mundo no se sienten valoradas en su trabajo. Una encuesta de Gallup encontró que el 70% de los empleados considera que no recibe suficiente reconocimiento o elogios por su trabajo.

A lo largo de la vida, existen uno o varios momentos o etapas en las que sentimos que no somos tan bien apreciados como nos gustaría. Se trata de un estado temporal que suele superarse cuando descubrimos qué se espera de nosotros, por ejemplo, en la escuela, la universidad y, desde luego, en el ámbito laboral; y en la medida en que aceptamos trabajar para ofrecer lo que nos solicitan y acceder a las recompensas.

En el mundo del trabajo, se trata, en buena medida, de una interacción entre los objetivos de la empresa (lo que busca), nuestros objetivos (lo que buscamos), y qué estamos dispuestos a hacer en conjunto para que haya alineación y los esfuerzos se vean correspondidos; tanto en lo económico como en lo emocional.

¿Por qué no me valoran en mi trabajo?

Es importante reflexionar acerca de nuestra forma de ser como colaboradores, y para eso hay que responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Hay o no hay profesionalismo? ¿Eres respetuoso con tus colegas y superiores? ¿Eres puntual y honras tu palabra? ¿Eres ordenado? ¿Te organizas bien? ¿Eres disciplinado? ¿Entregas en tiempo y forma
  • ¿Actitud, arrogancia o sigilo? ¿Eres entusiasta, cómplice y apoyador? ¿Propones, sumas tanto a los proyectos como al clima del ecosistema? O más bien, confrontas, te quejas y pones cara. ¿Tus actitudes suman o restan? A nadie le encanta la persona estilo “me las sé de todas, todas”… Pero tampoco conquista quien evade, es tímido y nunca participa.
  • ¿Errores, borrones o productividad, calidad y precisión? No se trata únicamente de entregar a tiempo, sino de hacerlo cubriendo los requerimientos de la solicitud. Idealmente, dando un extra; sin errores, con la revisión previa de colegas vinculados con la materia, buscando siempre que el trabajo resulte impecable.
  • ¿Me limito a “mi cuadrito” o busco trascender mi rol? Una posición en la empresa es valorada a través del sistema de valuación de puestos. Su impacto en la organización determina la compensación que puede alcanzar. Mientras tu rol no haga más, no puede definirse distinto ni ganar distinto. Se valoran posiciones y no personas. ¿Cómo podrías ensanchar la función? ¿Analizas necesidades? ¿Mejoras reportes? ¿Propones reuniones más efectivas? ¿Circulas material de contenido valioso en tu área?
  • ¿Buena, mala o nula relación con tu jefe? ¿Confía en ti? ¿Te encuentras cercano? ¿Sostienes una relación cordial o incluso, “cordial plus”? ¿Existe un buen concepto de tu desempeño? ¿Cuentas con estrategias para que, a través de los resultados, construyas una relación sólida de colaboración y crecimiento mutuo y constante?

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¿Qué debo hacer para mejorar?

Si todo lo anterior, mayor o medianamente no se cumple, debes identificar conductas que van en contra de tu marca personal. Posteriormente, se puede avanzar hacia una mejora en cómo “vendes” tu nivel de desempeño, tus entregables, tus relaciones y contribuciones al ecosistema.

Es decir, que se trabaja primero una marca personal y después se imprime la milla extra de manera cotidiana, permanente, para diferenciarte y destacar.

¿Por dónde comenzar para evitar que se te ignore en el trabajo?

Plantea un objetivo concreto: Planea, marca dirección, evalúa la carrera que puede haber para ti en la organización; siempre con objetividad y explorando las posibilidades tanto inmediatas y locales, como aquellas que requieren más tiempo y pudieran ser en otras sedes de la empresa.

Construye un plan detallado: Aunque tengas claro lo que deseas, sin un plan específico para alcanzarlo, es probable llegar a fracasar. Esboza una ruta crítica que desglose cada paso necesario para lograr tu objetivo. Recuerda que las metas son muros de carga esenciales y que, los pequeños avances cotidianos conducen a grandes cambios. Aquí lo fundamental es que vayan de la mano tanto la dirección como la acción.

Fortalece la confianza: La autoconfianza es un atributo común en las personas exitosas. Se debe nutrir la mentalidad de ser capaz de alcanzar las metas. ¿Es cuestión de entrenamiento? ¿De estudio? ¿De actitud? ¿De fondo? ¿De forma? Recordemos siempre que la mente es la torre de control más poderosa y debemos mantenerla fortalecida. Aliméntala con material que la enriquezca, no que la debilite.

Hábitos de calidad y ascendentes: Los hábitos se convierten en rutinas y las rutinas en sistemas que simplifican enormemente la vida. Los sistemas eliminan las dudas y proporcionan un proceso claro y paso a paso. Incluso, proyectos tan especiales como desarrollar una carrera en la empresa, exige comportamientos y hábitos específicos. ¿Los has identificado? ¿Cuentas con ellos? ¿Qué tienes que hacer para desarrollarlos? ¿Qué más se requiere?

Gestiona el tiempo con eficiencia: A menudo escuchamos a las personas decir «no tengo tiempo», mientras pasan horas desplazándose sin rumbo. Evita caer en esa trampa. Comienza por planificar tu día, con un objetivo claro y medible en mente y concéntrate en lograrlo. En menos de lo que imaginas, habrás desarrollado el hábito de estructurar el plan de trabajo de la semana, la quincena, el mes y el año. Gestionar el tiempo de manera efectiva permite organizar y conseguir cada tarea importante, incluyendo tus momentos de bienestar y ocio que dan equilibrio.

Comienza con pasos pequeños: La falta de disciplina a menudo surge cuando pensamos que debemos hacer todo “de una vez”. Aprende a dividir las tareas en partes manejables. Cuando somos capaces de visualizar cada acción o paso requerido para llegar a una meta o consolidar un entregable, logramos mayor efectividad.

Rinde cuentas: Domina tu propia responsabilidad siendo honesto contigo mismo al evaluarte. Puedes identificar tus errores y abordarlos adecuadamente. Además, permanece abierto a recibir retroalimentación. Esta apertura ayudará a que mejores tu desempeño y marca, afinando los detalles que hacen la diferencia.

Reportes con historias que ilustren, breves pero asertivas, la fuerza del qué, cómo, para qué y costo beneficio. Adquiere y desarrolla herramientas narrativas para infundir confianza en el proyecto y cómo lo manejas, en el proceso y en los resultados.

Por ejemplo:

  • Hemos generado un reporte de las piezas vendidas (QUÉ)…
  • En una hoja de cálculo, hemos sumado comentarios del cliente para considerar el por qué compran (CÓMO)
  • Para determinar si el inventario requiere un nuevo orden (PARA QUÉ)
  • Historias con impacto;  gracias a dicho reporte hemos logrado…

La consistencia y el desempeño sostenibles son la clave: Habrá días difíciles, pero no permitas que eso arruine tu plan. Vuelve a enfocarte y sigue adelante con determinación. Las personas podemos desarrollar la capacidad de ser resilientes y, navegar por la tormenta, sea mediana o grande, sin perder la brújula o la confianza del equipo y la organización.

Potencia la emoción: La emocionalidad es la base de la motivación, pero hay que saber utilizarla para obtener ese impulso extra, precisamente, cuando se requiere. Recordemos que el éxito no depende de ese momento placentero, sino de la estructura y la disciplina.

Supera las expectativas. Nunca entregues el mínimo esfuerzo en tu empleo. De manera razonada, establece diferentes niveles de cumplimiento de las expectativas. Por ejemplo, ¿qué entregarás en un nivel básico que cumple con lo solicitado? ¿Y qué entregarías en un nivel “plus”? ¿Y en un nivel “premium”? ¿Qué se requiere para que adoptes cada uno de esos niveles de compromiso contigo y con tu jefe, tu cliente interno o externo?

Otras herramientas que te servirán para destacar, sobresalir y ser contemplado en la organización: 

  • Trabaja en equipo y genera un ambiente laboral más sencillo, libre de complejidades innecesarias.
  • Demuestra flexibilidad y prueba nuevas estrategias para gestionar el tiempo.
  • Compórtate como embajador de la marca.
  • Enfócate en los resultados sin olvidar el valor de las personas.
  • Declárate en entrenamiento constante.
  • Establece prioridades y enfócate en el trabajo importante, el que genera los mejores resultados.
  • Libérate de las distracciones e incluso, reduce la cantidad de notificaciones que recibes.
  • Cuestiona el trabajo rutinario y evita caer en la trampa de realizar varias tareas al mismo tiempo.

Especialista: Julieta Manzano. 30 años de experiencia en Recursos Humanos con Maestría en el ITAM y en Ashridge, Londres. Es responsable de nuevos negocios, negociaciones comerciales y desarrollo de nuevos productos en Mercer México. Conferencista y autora del libro «Street Smart. ¿Cómo descifrar el líder que puedes ser?».

TW y LinkedIn: @julietamanzano / FB, IG: @julietamanzanooficial / WEB: julietamanzano.com / Teléfono para conferencias: 55-4571-1852

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