Recibir un diagnóstico de cáncer infantil es una de las noticias más difíciles que los padres puede enfrentar. Y lo primero que tienen que saber es que NO es culpa de nadie y aquí les vamos a explicar las razones.
Es natural que surjan preguntas, miedos y, muchas veces, un sentimiento de culpa. “¿Hicimos algo mal?”, “¿Pudimos haberlo evitado?” Son dudas que cualquier padre o madre tendría. Pero lo primero que queremos decirles es esto: no es culpa de nadie. Sabemos que el cáncer es una enfermedad complicada, pero vamos a explicarlo de la manera más clara posible.
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¿Cómo aparece el cáncer en los niños?
El cáncer ocurre cuando algunas células del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. Normalmente, nuestro cuerpo es muy bueno detectando y eliminando estas células antes de que se conviertan en un problema. Pero en el caso del cáncer, algo falla en ese proceso y las células afectadas siguen multiplicándose sin control, formando tumores o invadiendo la sangre, como ocurre en la leucemia.
Lo que no sabemos con certeza es por qué sucede esto en los niños. En los adultos, hay ciertos hábitos o exposiciones que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, como el tabaquismo o una mala alimentación. Pero en los niños, esos factores no aplican.
¿Por qué algunos niños desarrollan cáncer y otros no?
Esa es la gran pregunta que todavía no tiene una respuesta clara. Lo que sí sabemos es que, en la mayoría de los casos, el cáncer infantil no tiene que ver con la herencia genética ni con algo que los padres hayan hecho o dejado de hacer.
Los científicos han investigado de todo: la alimentación de la madre durante el embarazo, la contaminación del ambiente, los lugares donde viven las familias, el trabajo de los padres… y hasta ahora, no han encontrado una causa concreta.
Lo que sí sabemos es que la mayoría de los cánceres infantiles ocurren por mutaciones aleatorias en el ADN de las células, es decir, cambios que suceden sin razón aparente. No es algo que se hereda ni algo que pueda prevenirse. Simplemente, pasa.
Por eso, los médicos siempre insisten en lo mismo: esto no es culpa de nadie. No hay algo que los niños hayan hecho para enfermarse, ni algo que los papás hayan podido evitar.
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Los tipos de cáncer más comunes en niños
Aunque el cáncer infantil es poco frecuente, hay ciertos tipos que se presentan con más frecuencia en los pequeños. Entre ellos, los más comunes son:
- Leucemia: Es el cáncer infantil más frecuente y afecta la sangre y la médula ósea. Representa alrededor del 30% de los casos.
- Tumores cerebrales y del sistema nervioso: Son el segundo tipo más común y pueden afectar diferentes partes del cerebro.
- Linfomas: Cánceres que afectan el sistema linfático, una parte clave del sistema inmunológico.
Otros tumores sólidos, como el tumor de Wilms (en los riñones), el neuroblastoma (que afecta el desarrollo de células nerviosas) o el osteosarcoma (cáncer de hueso).
¿Es posible sobrevivir al cáncer infantil?
¡Sí! Gracias a los avances médicos, el cáncer infantil es muy tratable y las tasas de supervivencia han mejorado muchísimo en las últimas décadas. Hoy en día, 8 de cada 10 niños con cáncer logran superarlo y llegan a la edad adulta.
Esto se debe a que, en general, los niños responden mejor a los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia que los adultos. Además, los médicos han perfeccionado las estrategias para combatir esta enfermedad, aumentando las probabilidades de éxito.
Lo más importante: apoyo, información y esperanza
Sabemos que un diagnóstico de cáncer cambia por completo la vida de una familia. Es un camino lleno de incertidumbre, pero también de muchas posibilidades.
Lo mejor que pueden hacer es mantenerse bien informados y confiar en los médicos. Pregunten todo lo que necesiten saber, anoten dudas y respuestas, y sobre todo, recuerden que no están solos en esto.
El cáncer infantil sigue siendo un misterio en muchos sentidos, pero algo es seguro: no hay culpa que cargar. Es una batalla difícil, sí, pero hay muchas razones para tener esperanza.
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