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2025-04-17 10:16:11
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Las creencias que sabotean tus propósitos (y cómo superarlas)

No permitan que las creencias autolimitantes saboteen sus propósitos. Aquí unos pro tips para alcanzar el éxito.

abril 8, 2025

¿A mitad de año y atascado? Las creencias que sabotean tus propósitos (y cómo superarlas para que los logres) 

A mitad de año, muchos hacemos una pausa para reflexionar sobre esos ambiciosos propósitos que nos marcamos al inicio.

¿Por qué no cumplimos nuestros propósitos nunca?

¿Les suena familiar la sensación de que, una vez más, no cumplieron los propósitos? La Dra. Safia Debar, experta en resiliencia de Mayo Clinic Healthcare en Londres, señala un culpable silencioso y poderoso: las creencias autolimitantes.

Estos pensamientos arraigados pueden estar influyendo en sus acciones sin que siquiera se den cuenta, especialmente cuando se trata de objetivos de salud como hacer ejercicio o comer mejor.

Si aún no empiezan, no importa, el chiste es hacerlo incluso si ya estamos a mitad de año, la Dra. Debar les va a dar estrategias clave para identificar y neutralizar estas barreras invisibles que impiden alcanzar el éxito.

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¿Qué son las creencias autolimitantes?

«Una creencia autolimitante es un pensamiento o creencia que vemos como una verdad sobre nosotras mismas o sobre el mundo a nuestro alrededor, y que nos restringe de alcanzar todo el potencial que tenemos», explica la Dra. Debar. En esencia, son «verdades» (sí, entre comillas) que internalizamos sobre nosotras mismas y que, lejos de impulsarnos, nos frenan.

Ejemplos comunes pueden ser: «no puedo perder peso, porque no soy disciplinada», «no sirvo para el ejercicio», o incluso «odio ir al gimnasio», cuando hay muchas otras formas de ejercitarse.

El primer paso: Tomar conciencia de la narrativa interna

La clave para superar estas creencias es, en primer lugar, identificarlas. Esto requiere una profunda reflexión, ya que a menudo están en nuestro subconsciente. Nuestra mente, además, es experta en buscar (e incluso inventar) «pruebas» que confirmen estas creencias limitantes.

La Dra. Debar nos da un ejemplo revelador: «Si una persona siente que quiere comer de manera más saludable o moverse más, pero en el fondo cree que no es lo suficientemente buena o no merece cuidarse, saboteará esos cambios positivos. ¿Por qué comería bien si no lo merezco? ¿Por qué me pondría como prioridad?»

Para desenterrar estas creencias ocultas, la experta recomienda llevar un diario de pensamientos o hablar con alguien de confianza. Ante situaciones cargadas emocionalmente, pregúntense: «¿Cuál es la historia que me estoy contando? ¿Qué creo sobre mí mismo?». Este «volcado de pensamientos» o «flujo de conciencia» les permitirá identificar patrones y posibles distorsiones cognitivas que señalen una creencia limitante.

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Cuestionando sus «verdades»: Un ejercicio de introspección a mitad de año

Una vez identificada una creencia limitante, es crucial cuestionarla. Tomemos como ejemplo la creencia de «no puedo perder peso». Pregúntense:

  • ¿Dónde aprendí esta idea?
  • ¿Tengo toda la información sobre el proceso real de pérdida de peso?
  • ¿Qué emoción estoy tratando de sentir o evitar al aferrarme a esta creencia?

A menudo, descubrimos que estas creencias no son propias, sino que provienen de nuestro entorno: figuras de autoridad, familiares, la sociedad o la cultura.

Pequeños pasos, grandes cambios: La estrategia para avanzar en los propósitos

El cerebro tiende a resistirse a los cambios bruscos. Por ello, la Dra. Debar recomienda enfocarse en pequeños pasos consistentes hacia sus objetivos. En lugar de intentar una transformación radical de la noche a la mañana, implementa acciones pequeñas y habituales.

«Cinco minutos de ejercicio al día pueden parecer insignificantes, pero crean un hábito y fortalecen la creencia de que cumples tus promesas«, explica. «Has cumplido tu promesa, eres coherente».

Si su propósito de mitad de año es comer más saludable, empiecen por añadir una porción extra de fruta o verdura al día. Cuando este hábito esté consolidado, podrán avanzar hacia otros cambios. Esta estrategia gradual contrasta con el intento fallido de «hacerlo todo» desde el principio, que suele llevar a la desmotivación y al abandono de los objetivos.

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Más allá del impulso inicial: La constancia es clave

Aunque el inicio de año nos da un impulso de motivación, la Dra. Debar enfatiza que la fuerza de voluntad no es suficiente para un cambio de comportamiento duradero. La clave reside en empezar con cambios pequeños, graduales y, sobre todo, constantes.

Así que, a mitad de año, en lugar de lamentar los propósitos incumplidos, tómense un momento para identificar esas creencias autolimitantes que las están frenando. Cuestiónalas, establezcan pequeños pasos alcanzables y celebren cada avance. Recuerden que la constancia, incluso en pequeñas acciones, es la base para construir hábitos sólidos y, finalmente, alcanzar sus metas.

abril 8, 2025