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2025-03-29 05:37:21
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Soledad: el primer paso a la depresión

Un estudio reveló que la soledad puede ser el primer paso a la depresión y esto nos pasa sin darnos cuenta. Reconozcan las señales.

marzo 25, 2025

¿Cómo se relaciona la soledad con la depresión? Al parecer si les encanta la soledad, es momento de empezar a revisar esos ánimos.

Sabemos que la vida moderna nos tiene en modo multitask todo el tiempo. Que si el trabajo, que si la uni, que si el gym, que si los planes que armamos (pero a los que luego cancelamos porque… pereza). Y en medio de todo esto, hay algo que muchos sienten pero pocos dicen en voz alta: la soledad. Sí, esa amiga no tan cool que a veces nos visita sin invitación y se instala más tiempo del que quisiéramos.

El problema real no es tanto estar solos, porque la soledad en pequeñas dosis hasta puede ser deliciosa (hello, noche de Netflix sin interrupciones). El tema es cuando ese sentimiento se vuelve crónico, cuando empieza a pesar y, peor aún, cuando nos obsesionamos con él. Y aquí viene la bomba de realidad: según estudios recientes, pensar constantemente en lo solos que estamos puede ser un detonante clave para desarrollar depresión.

De “estoy solo” a “mi vida apesta” en 3, 2, 1…

¿Les ha pasado que un día sienten que nadie los pela y de repente su mente entra en un túnel oscuro? Suena como algo así como: “Nadie me escribió hoy” “Seguro no le importo a nadie”  “Nadie me quiere”  “Me voy a morir solo”.

Boom! Ya estamos en el mood triste, escuchando canciones dramáticas y stalkeando en Instagram a la gente que parece tener una vida social increíble.

Esto no lo inventamos nosotros. Según un estudio publicado en Nature Mental Health, la soledad es más peligrosa cuando nos la pasamos dándole vueltas en la cabeza. O sea, no es solo el hecho de estar solos, sino el loop infinito de pensamientos negativos, lo que nos hunde aún más.

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Un dato para ponerlo en perspectiva

Según el estudio, una de cada cinco personas se siente sola, y de ese grupo, casi el 70% lleva más de dos años así. O sea, es un problema real, no solo un mal día. Y ojo con esto: los jóvenes son los más afectados. Entre 18 y 24 años, el 34,6% dice sentirse solo, y entre los 25 y 34 años, el 27,1%.

Es decir, no es que nuestros papás y abuelos sean los únicos que lidian con la soledad. Irónicamente, en la era del WhatsApp, TikTok y los voice notes de cinco minutos, hay un montón de gente sintiéndose sola.

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La soledad vs. La depresión

Aquí viene lo importante: la soledad y la depresión son como esas parejas tóxicas que se separan y vuelven todo el tiempo. Una puede causar la otra, y viceversa.

Cuando nos sentimos solos, tendemos a ver todo con un filtro gris. Malinterpretamos interacciones sociales, nos convencemos de que nadie nos quiere y, al final, terminamos alejándonos más. Y entre más solos estamos, más pensamos en lo solos que estamos. Y ahí es donde entra la depresión, con su combo de tristeza y apatía.

Según estudios, las personas con soledad crónica tienen hasta cinco veces más probabilidades de desarrollar depresión. Y lo peor es que esto puede convertirse en un círculo vicioso del que es difícil salir.

¿Y entonces, qué hacemos?

Hay formas de romper con esta dinámica y empezar a ver la soledad de otra manera.

Dejen de sobrepensar la soledad

La clave está en no convertirla en el centro de nuestras vidas. Sí, puede ser incómodo sentirse solos, pero obsesionarnos con eso solo lo hace peor. Es como un grano en la cara: si lo tocas y lo ves en el espejo cada cinco minutos, se pone peor.

Cuiden su narrativa interna

En lugar de decirse “nadie me quiere”, intenten cambiar el discurso: “Hoy no he hablado con nadie, pero eso no significa que nadie me quiera”. Lo que nos decimos a nosotros mismos importa más de lo que creemos.

Busquen conexión real, no solo en redes

Mandar memes a amigos en WhatsApp es lindo, pero no es lo mismo que compartir tiempo cara a cara. Intentemos retomar las llamadas, los cafés, el cinito. La cercanía física genera otro tipo de conexión.

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No se autoexilien

A veces, cuando nos sentimos solos, evitamos salir porque creemos que no encajamos. Pero si esperamos a sentirnos mejor para socializar, podemos quedarnos atrapados en nuestra burbuja. Hay que romper el ciclo.

Terapia, terapia, terapia

Si sienten que la soledad los está afectando demasiado, buscar ayuda profesional es una gran opción. Como dicen los expertos, no solo se trata de rodearse de más gente, sino de trabajar en cómo interpretamos nuestra situación.

En resumen…

La soledad y la depresión pueden ser una dupla peligrosa, pero hay formas de romper con ese ciclo. Lo importante es no dejarnos arrastrar por los pensamientos negativos y buscar maneras de conectar con los demás y con nosotros mismos.

Estar solos a ratos es normal y hasta necesario. El problema no es la soledad en sí, sino cómo la vivimos y la pensamos. Así que, en lugar de hundirse en el loop de pensamientos negativos, mejor usen ese tiempo para algo que les haga bien. Saquen a pasear al perro, tomen ese libro abandonado junto a su cama o escríbanle a un amigo con el hace mucho no hablan.

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