Van a aprender qué onda con los trastornos mentales que se desatan por el consumo de drogas, pero también de por qué una persona elige un tipo de droga u otra, y que también tiene que ver con la salud mental.
De acuerdo con el nuevo Reporte Mundial de Drogas de 2024 de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) que se publica el 26 de junio de cada año desde 1997, hay 292 millones de personas que usan drogas ilícitas y pueden desarrollar trastornos mentales. De ellas:
- 228 millones usan cannabis
- 60 millones usan opioides
- 30 millones usan anfetaminas
- 23 millones y medio usan cocaína
- 20 millones usan éxtasis (MDMA)
Según este estudio, el consumo de drogas, en general, aumentó un 20% en los últimos 10 años. Casi 14 millones de personas consumen drogas por vía intravenosa.
La mayor parte de usuarios de drogas son hombres. Entre 15 y 30% aproximadamente de los usuarios de drogas son mujeres. 64 millones de personas tienen trastornos psicológicos por uso de sustancias y sólo una de cada 11 está en tratamiento.
Hay 566 “nuevas sustancias psicoactivas” en el mercado. La producción de cocaína alcanzó un récord histórico de 2700 toneladas. El consumo de cannabis ha aumentado, especialmente en vapeadores, productos comestibles y concentrados (como la cera).
Los usuarios más jóvenes compran sus productos a domicilio usando plataformas sociales. En 2022, más de 74,000 personas murieron por sobredosis de opioides sintéticos en Estados Unidos.
¿Qué onda con los trastornos mentales y el uso de drogas?
En México, la prevalencia de trastornos por uso de sustancias (TUS) y trastornos mentales (TM) constituye un problema de salud pública que exige atención inmediata. La comorbilidad (tener dos enfermedades) entre estas afecciones dificulta el diagnóstico y el tratamiento, lo que hace necesario un enfoque integral que considere tanto la dependencia a sustancias como las condiciones psicológicas latentes.
Hay tres tipos de condiciones que se pueden presentar entre las enfermedades mentales y el consumo de drogas:
- Consumo de drogas inducido por trastornos mentales
- Trastornos mentales provocados por el consumo de drogas
- Trastornos mentales simultáneos durante el uso de drogas
Pueden distinguirse por el inicio de síntomas (temporalidad), cómo se desarrollan y criterios diagnósticos específicos. En la mayoría de los casos es posible establecer correlaciones, más que relaciones precisas causa-efecto.
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¿Cómo afecta el consumo de drogas en los trastornos mentales?
Trastornos de Ansiedad y Depresión
La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos mentales más prevalentes en México. Estos trastornos, cuando no son tratados adecuadamente, pueden llevar al uso de sustancias psicoactivas como una forma de automedicación.
Las personas con ansiedad o depresión a menudo recurren al alcohol, benzodiazepinas, o incluso a sustancias ilegales para aliviar sus síntomas. Sin embargo, el uso prolongado de estas sustancias puede llevar a la dependencia y exacerbar los síntomas de los trastornos mentales, creando un ciclo destructivo.
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Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
El TDAH es otro trastorno mental comúnmente asociado con el uso de sustancias. Los individuos con TDAH presentan dificultades para concentrarse, controlar impulsos y manejar la hiperactividad.
En un intento de mejorar su rendimiento o controlar sus síntomas, pueden recurrir al uso de estimulantes, como la metanfetamina o la cocaína, lo que aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno por uso de sustancias.
En México, se ha observado un aumento en la prevalencia del TDAH y, en consecuencia, un incremento en el uso de sustancias entre esta población.
Trastornos de la Personalidad
Los trastornos de la personalidad, especialmente el trastorno límite de la personalidad (TLP), son condiciones que predisponen al uso problemático de sustancias. Las personas con TLP experimentan inestabilidad emocional, impulsividad y dificultades en las relaciones interpersonales.
Estas características aumentan la probabilidad de que recurran al alcohol, drogas u otras conductas adictivas como un mecanismo de afrontamiento. En México, el trastorno límite de la personalidad es diagnosticado con creciente frecuencia, y se ha observado una alta tasa de comorbilidad con trastornos por uso de sustancias.
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Síndrome de estrés postraumático
El alcohol es la sustancia más consumida en México y está estrechamente relacionada con una amplia gama de trastornos mentales. Por ejemplo, las personas que han sufrido eventos traumáticos pueden utilizar el alcohol para adormecer el dolor emocional, lo que a su vez puede exacerbar los síntomas del trastorno de estrés postraumático y llevar a un trastorno por uso de alcohol.
¿Cómo afectan las drogas en la salud mental?
El consumo de drogas no solo transforma el cuerpo, sino que también desata un torbellino en la mente, trastocando su equilibrio y generando una serie de trastornos mentales que a menudo son devastadores.
El cerebro, ese órgano que nos define, se ve envuelto en una batalla constante entre la euforia temporal y la oscuridad persistente que sigue. Hay antecedentes personales y hallazgos clínicos de que el trastorno se desarrolló durante la intoxicación o dentro de un periodo de un mes después de dejar de consumir la sustancia (asociados a la abstinencia).
Se sabe que la sustancia puede producir ese trastorno, el trastorno no existía antes del consumo y no perdura mucho tiempo (más de un mes) después de consumir la sustancia (excepto en el caso de los flashbacks por alucinógenos) por ejemplo:
Cannabis
El cannabis es una de las drogas ilegales más consumidas en México. Aunque su uso recreativo es ampliamente tolerado en algunos círculos sociales, el cannabis está asociado con una serie de trastornos mentales, incluyendo la psicosis inducida por sustancias.
En personas con predisposición genética o antecedentes familiares de trastornos mentales, el consumo de cannabis puede precipitar episodios psicóticos, paranoias y otros síntomas graves.
¿Cómo funciona en un caso clínico?
Joven de 22 años, sin antecedentes familiares conocidos de trastornos mentales, es llevado a urgencias por un episodio psicótico agudo. Los familiares informan que ha estado consumiendo cannabis de manera regular durante los últimos dos años.
Durante el episodio, el paciente experimentó alucinaciones auditivas y paranoia extrema, creyendo que estaba siendo perseguido por fuerzas invisibles. Después de un periodo de abstinencia y tratamiento antipsicótico, los síntomas disminuyeron, pero el joven sigue en riesgo de desarrollar un trastorno psicótico persistente.
Metanfetaminas
El uso de metanfetaminas ha crecido de manera alarmante en México, especialmente en zonas urbanas. Esta droga es conocida por sus efectos devastadores en el cerebro, incluyendo la inducción de psicosis, paranoia, y síntomas depresivos graves. El uso prolongado de metanfetaminas puede llevar a un deterioro cognitivo significativo y a un alto riesgo de suicidio.
Un ejemplo clínico fue el de una mujer de 30 años, uso de metanfetaminas durante cinco años, acude a un centro de rehabilitación tras un intento de suicidio.
Durante su uso de la droga, experimentó episodios de paranoia, alucinaciones visuales y depresión severa. A pesar de haber dejado de usar metanfetaminas seis meses antes de su intento de suicidio, continuaba experimentando síntomas depresivos y pensamientos suicidas.
Cocaína
La cocaína es otra sustancia con alta prevalencia en México, particularmente entre la población joven y urbana. El uso de cocaína está asociado con una serie de trastornos mentales, incluyendo la psicosis, trastornos de ansiedad, y depresión.
La naturaleza estimulante de la cocaína puede desencadenar episodios de agresividad y violencia, además de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por ejemplo: Hombre de 40 años, empresario, se presenta en un hospital psiquiátrico tras un episodio violento en el que golpeó a un compañero de trabajo. Admite haber usado cocaína durante más de 10 años para manejar el estrés relacionado con su trabajo. Comenzó a experimentar paranoia y episodios de ira incontrolable.
Ketamina
La ketamina, un anestésico disociativo, es capaz de provocar estados alterados de conciencia que, si bien pueden parecer liberadores en un primer momento, a largo plazo pueden desencadenar trastornos como la depresión severa, ansiedad, y en casos extremos, psicosis.
Los usuarios a menudo se encuentran atrapados entre la realidad y una distorsión de la misma, lo que deteriora gravemente su salud mental.
Un ejemplo clínico es el de un hombre de 32 años comenzó a usar ketamina recreativamente en fiestas, por sus efectos disociativos y la sensación de «escape». Experimentó sensaciones de euforia y una desconexión placentera de la realidad, lo que lo llevó a aumentar la frecuencia de uso.
Tras varios meses, comenzó a experimentar episodios de ansiedad intensa, acompañados de sentimientos de desesperanza y aislamiento. Desarrolló dificultades para distinguir entre la realidad, experimentó alucinaciones visuales y auditivas, así como un cuadro de depresión severa y pensamientos suicidas.
Metilmetcatinona
La mefedrona, conocida científicamente como metilmetcatinona, es una droga sintética con efectos estimulantes que promete euforia, pero ofrece un alto precio: paranoia, ataques de pánico y trastornos psicóticos. La mente queda atrapada en un ciclo de sobreestimulación y agotamiento, que eventualmente desgasta la psique.
Un ejemplo clínico es el de una mujer de 25 años, estudiante universitaria, comenzó a usar mefedrona durante eventos sociales y fiestas para mantenerse alerta y experimentar euforia. Al principio, reportó sentirse más confiada y sociable, disfrutando del aumento en energía que la droga le proporcionaba.
Desarrolló episodios de paranoia, ataques de pánico recurrentes, caracterizados por palpitaciones, sudoración y miedo intenso de perder el control. Comenzó a tener alucinaciones auditivas y visuales.
Fentanilo y opioides sintéticos
El fentanilo y otros opioides sintéticos, conocidos por su extrema potencia, no solo acarrean un alto riesgo de sobredosis, sino que también sumergen al individuo en un estado de dependencia que va acompañado de ansiedad extrema, depresión y un vacío existencial profundo. Estos trastornos mentales son difíciles de tratar, dejando al individuo en un estado de vulnerabilidad constante.
Un ejemplo es el de un hombre de 29 años, previamente sano, comenzó a utilizar fentanilo hace un año tras sufrir una lesión laboral que le provocó un dolor crónico significativo.
Desarrolló una tolerancia y comenzó a aumentar la dosis por su cuenta. Comenzó a experimentar una fuerte dependencia al fentanilo, caracterizada por episodios de abstinencia severa, incluyendo ansiedad extrema, insomnio, y una profunda sensación de desesperanza, un cuadro depresivo grave, acompañado de pensamientos suicidas recurrentes.
Tabaco
El tabaco es otra sustancia legal ampliamente consumida en México. A menudo se subestima su impacto en la salud mental, pero el tabaco puede actuar como un factor de riesgo significativo para el inicio de otros trastornos por uso de sustancias.
El ejemplo clínico es el de una mujer de 28 años que fuma una caja de cigarros al día. Desarrolló síntomas de ansiedad severa y dificultad para relajarse, lo que la lleva a fumar más como una forma de aliviar la tensión. Sin embargo, en lugar de calmarse, experimenta una mayor irritabilidad y dependencia de la nicotina.
La importancia de la intervención temprana
La intervención temprana en casos de comorbilidad entre trastornos mentales y el uso de sustancias es crucial para prevenir el deterioro de la salud mental y física del paciente.
La detección a tiempo de los trastornos mentales y la implementación de tratamientos adecuados pueden reducir significativamente el riesgo de que estos pacientes desarrollen un trastorno por uso de sustancias.
Además, la educación y concienciación de la población sobre los riesgos asociados con el consumo de sustancias y la importancia de buscar ayuda profesional son fundamentales para prevenir la progresión de estos trastornos.
Programas de prevención y tratamiento integrales que aborden tanto el uso de sustancias como los trastornos mentales pueden ayudar a mitigar el impacto de estas condiciones en la sociedad.
¿Dónde pedir ayuda?
Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA)
Sitio: gob.mx/conasama y la línea de la vida: 800 911 2000
Grupo Punto de Partida
Sitio: grupopuntodepartida.com, WhatsApp 55 6810 1894 y al teléfono 55 8898 5894. También la pueden ver en Instagram @clinica_puntodepartida y en el Facebook Punto de Partida
Central Mexicana de Servicios Generales de los Grupos Familiares Al-Anon A.C.
Esta asociación es para familiares de adictos
Sitio: alanon.mx, Teléfonos: 55 52 08 21 70 y 55 52 08 96 67, en Instagram @alanon_mx, Facebook Al-Anon Alateen Osg México, las oficinas están en: Av. San Jerónimo 728, El Toro, Magdalena Contreras, C.P. 10610 Ciudad de México, CDMX
Narcóticos Anónimos (Enfocado a personas que consumen cualquier tipo de droga)
Sitio: narcoticosanonimos.org.mx, teléfono internacional 465 122 1389 o en Facebook Narcóticos Anónimos Región México
Especialistas:
Silvia Cruz Martín del Campo. Investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y Estudios Avanzados) del IPN, especialista en el estudio de los mecanismos de acción de las sustancias que producen abuso y adicción.
MAIL: slcruzm@cinvestav.mx / WEB: cerebroyadicciones.com
Jorge Julio González Olvera. Jefe de unidad en temas de investigación en la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, CONASAMA. Doctor y maestro en Ciencias Médicas, médico cirujano y especialista en Psiquiatría por la UNAM. Ha colaborado en la publicación de más de 30 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales. Es investigador y fue director general de la entonces CONADIC.
TW, IG: @conasmamx // Tel: 55 1510 7370
