Alvaro Gordoa
Consultor en Imagen Pública, rector del colegio de Imagen Pública. Autor de los libros
Imagen Cool, El Método H.A.B.L.A. La Biblia Godinez y El Método PORTE.
TW: @Alvarogordoa
Las quejas más comunes en el trabajo son:
Exceso de trabajo
Sueldo
Conciliación Laboral
Falta de reconocimiento
Favoritismos
Aumentos
Falta de beneficios en las compañías
Cuando algo nos molesta o no hacemos click con alguien, lo único que podemos hacer es un esfuerzo, personal, intentar adaptarnos o hacer un cambio individual pero no cambiar a los demás.
Eso es algo que no podemos olvidar cuando nos enfrentamos a la gente “quejumbrosa”. Ante estas personas solo podemos hacer dos cosas: evitarlas o enfrentarnos a ellas.
Muchos preferimos alejarnos o evadir a la gente negativa, pero cuando no es posible lo mejor es actuar inteligentemente. Finalmente, las personas que se quejan todo el tiempo encuentran siempre el modo de derrochar su negatividad, contagiando a los demás, creando mal ambiente laboral.
RECOMENDACIONES
Usa la inteligencia emocional: Una investigación reciente del Departamento de Psicología Biológica y Clínica de la Universidad Friedrich Schiller de Alemania encontró que el enfrentarse a estímulos que provocan fuertes emociones negativas (el mismo tipo de exposición que se obtiene al tratar con personas quejosas) causó que el cerebro se estresara fuertemente. La clave para actuar de manera inteligente ante comportamiento negativos es un adecuado manejo de emociones, mantener la calma ante la presión e intentar neutralizar los efectos de las personas quejosas.
No te tomes las cosas personales: Si por el motivo que sea, no puedes evitar a esa persona negativa, intenta no caer en su red e ignórala. Sabes que va a buscar tu atención, que te va a provocar. No te dejes enredar. Ej. si tu compañera de trabajo te dices algo como “No me gusta cómo se te ve ese vestido, te ves más gorda” y es el vestido de tu sueños, te sientes cómoda con él y crees que te ves increíble. Lo que podrías decirle es algo como “¿Eso crees? A mí me parece que es el vestido perfecto para mi tipo de cuerpo y me encanta como se me ve”.
Evita el contagio: Si te enojas, pierdes. Aunque esa persona quejosa consiga pulsar tu botón de “sentirte culpable” no está todo perdido. Esa persona siempre buscará la forma de echarte a perder el momento o incluso el día. Que te sirva como un efecto reflejo de la persona que no quieres ser.
Marca y defiende tus límites: Ten en cuenta que para establecer un límite tendrás que hacerlo de manera consciente y proactiva. Si dejas que las cosas sucedan naturalmente, te verás obligado a encontrarte constantemente envuelto en conversaciones difíciles. Si es alguien que te trae de encargo con sus comentarios, acércate y dile de manera asertiva lo que te molesta. Sería algo como “Andrea, en ocasiones me has hecho comentarios que parecen atacantes o desafortunados, probablemente esa no sea tu intención pero me gustaría que no los hicieras, ya que en ocasiones me siento bastante incómodo.”
Sonríe: Como hemos visto, ante una persona negativa podemos tomar una actitud de ataque, una posición defensiva o, simplemente, ignorarla. Pero no siempre es necesario hacer esto. De hecho, a veces tiene sentido ser simpático con las personas quejosas para hacerles notar que lo malo que tienen para decirte no te afecta en lo absoluto.
El comportamiento negativo es con frecuencia una manera de enfrentarse a una situación personal difícil. Sin embargo, en el fondo no siempre hay maldad, rencor o ira hacia tu persona.