¿Sabes poner límites en tu relación? Mario Guerra nos da las claves para entender cómo hacerlo y las razones detrás.
Aunque estemos en una relación de pareja, no deberíamos renunciar a ser nosotros, por esta razón te preguntamos ¿sabes poner límites en tu relación?
El amor no implica sacrificarse al punto de perderse y entonces convertirte en una extensión de las necesidades del otro, o peor aún, es su proveedor de satisfacción. Poner límites no significa ahora ser rígido o agresivo, pero es necesario ser firme, especialmente si tu pareja no está habituado a respetarlos.
¿QUÉ SON LOS LÍMITES?
Muchos pensarían que es ponerle un alto a la otra persona, pero la realidad es que, aunque los límites sirven para delimitar a otra persona como o hasta dónde vamos a permitirle pasar, tienen que ver más con nosotros. Tener límites significa saber hacernos respetar y protegernos a nosotros mismos como personas con necesidades y deseos, que no siempre coinciden con los de los demás
¿SABES PONER LÍMITES EN TU RELACIÓN Y DEBERÍAS HACERLO?
Sin límites saludables, permitimos que otros, incluso nuestra propia pareja, anulen, minimicen o desestimen nuestros sentimientos, necesidades y deseos; En el nombre del amor se pueden cometer errores como este.
¿PARA QUÉ SIRVEN LOS LÍMITES?
Son reglas para regular lo que puede fluir entre ambos, cómo lo hace y hasta dónde. Los límites nos ayudan a diferenciar y delimitar lo que queremos de lo que otros quieren de nosotros:
- Por ejemplo, puedes establecer límites diciendo “no”, pero también lo puedes hacer diciendo “quiero esto” en vez de “lo que sea”
¿PONER LÍMITES SIGNIFICA QUE YA NO PUEDEN BROMEAR O SER «LLEVADITOS»?
Ustedes pueden llevarse prácticamente como quieran, siempre que los dos estén verdaderamente de acuerdo en llevarse así. Y esto no pasa por lo siguiente: “¿Verdad mi amor que no te importa que te diga que eres un eunuco bueno para nada?”, especialmente usando una mirada o tono amenazante, que encierre un subtexto de: “Pobre de ti donde digas que sí”.
HAY CIERTOS LÍMITES QUE SON MÁS DEL CONTEXTO O DEL MOMENTO
Como cuando le dices a tu pareja: “No tengo problema con que nos llevemos así entre tú y yo, pero no me gusta que me digas “sabandija” cuando estamos con otras personas”. A veces no depende del lugar, sino del momento; no siempre estamos para bromas o estamos estresados o muy atareados. Entonces lo que ahí conviene establecer no es un radical “no quiero”, sino un “ahorita no”, “aquí no”, o “así no”.
Por supuesto que hay límites que se establecen sin importar el contexto. Como cuando a tu pareja no le gusta que le levantes la voz, estando en público o en privado.
SIENTO QUE MI PAREJA SE SALTA TODOS LOS LÍMITES ¿POR QUÉ?
Puede ser que se está desquitando de algo a lo mejor de algo que pasó entre ustedes, pero también es frecuente que sea de algo que sucedió en relaciones pasadas.
Quiere provocar algo, probable que necesite algo de ti pero no sepa decírtelo. A lo mejor necesita atención o sentir que es importante para ti, sólo que lo busca de una manera muy retorcida o tal vez hay algo que te quiere decir pero no se atreve. Como que ya no está a gusto en la relación y quiere provocar que seas tú quien tomé la decisión de terminarla.
Esto puede ser especialmente cierto si esto de saltarse los límites es más o menos reciente entre ustedes. Tal vez no es que no respete tus límites, sino que simplemente no respeta los límites de nadie.
No voy a decir que necesariamente esto es un indicador de algún estilo narcisista de la personalidad, pero el respeto por el otro siempre pasa por verlo como alguien digno de ser respetado.
¿POR QUÉ NO PUEDES PONERLE LÍMITES A TU PAREJA O LO HACES DE FORMAS EXTREMAS?
Si te cuesta trabajo poner límites a tu pareja, es muy probable que tengas algún problema con tu autoestima que te haga sentir que no mereces el respeto de los demás. También es posible que permitas muchas cosas porque hay algo que tu pareja te da que tú necesitas mucho y no te sientes capaz de encontrarlo en otro lugar; puede ser cariño, aceptación o hasta compañia.
Lo malo de esto es que si estás con una persona que se da cuenta de tu necesidad y quiere sacar ventaja para someterte o manipularte, no te la vas a pasar nada bien. Cuando pones límites muy rígidos, es posible que te estés defendiendo de algo. No necesariamente de tu pareja; podría ser el resultado de una infancia donde hubo algún tipo de abuso o incluso de relaciones pasadas donde permitiste que abusaran de ti.
Cómo no aprendiste a poner límites sanos, ahora mejor cierras todas las fronteras para que nada pase y para hacerlos respetar, probablemente te comportas de manera agresiva.
A lo mejor con la rigidez estás tratando de compensar otra cosa, como cuando en el pasado no pudiste obtener lo que necesitabas y ahora pasas sobre los límites de los demás utilizando la aplanadora de tus deseos. Quizá lo peor sea ponerlos muy rígidos al principio y luego que al final acaben blandos como gelatina.
Especialmente como cuando revientas y te pones bien intenso y juras que nunca más le vas a volver a permitir tal o cuál cosa. Luego se te pasa el enojo y aquel apocalipsis que anunciaste para la próxima vez, no llega ni a llovizna. Así te van a “tomar la medida” y luego nadie te va a respetar con facilidad.
Y SI NO LOS PONEMOS ¿QUÉ PUEDE PASAR?
De todo, especialmente si tu pareja no conoce con claridad lo que es el respeto, sí creas el hábito dañino de no poner límites, estarías estableciendo una tierra fértil para que dentro de tu relación crezca la codependencia. Y sabiendo que es importante ponerlos, tal vez podríamos decir que es igualmente importante respetarlos y hacerlos respetar.
«PUES COMO MI PAREJA NO ME LOS PONE, YO NO TENGO LA CULPA…»
Es posible que una persona no sepa hacerlo, o no se sienta capaz de ponerlos. ¿Deberíamos por eso aprovechar la ocasión y “pasarnos de la raya”? Hacer esto sería equivalente a tomar dinero de la cartera de una persona solo porque la dejó sobre la mesa, o llevarte un automóvil solo porque lo dejaron abierto y con las llaves puestas.
Es verdad que cada persona es responsable de resguardarse a sí misma a través de los límites, pero también el resto deberíamos ser capaces de respetar o al menos preguntar “hasta dónde”, cuando no conozcamos con claridad los límites del otro.
Y aún así, recordemos que hay ciertos límites sociales que no necesitan ser establecidos con tanta claridad, especialmente cuando son los de la mayoría de las personas. Por ejemplo, no es necesario que alguien te diga que no le gusta que le pegues, porque a la mayoría de las personas no nos gusta que nos peguen.
“MI PAREJA DICE QUE POR QUÉ AHORA ME QUEJO SI ANTES NO ME MOLESTABA LO QUE HACÍA»
No sería poco probable que en el fondo siempre te molestó un poco, pero no lo suficiente como para quejarte o pedir un cambio de conducta. Al paso del tiempo, de ser este tu caso, fuiste acumulando piedrecillas en un costalito, hasta que ahora ya se llenó. Como el costalito ya pesa lo suficiente como para que ahora sí moleste, pues es por lo que ahora sí pones límites.
Otra posibilidad es que antes tu autoestima no era tan buena y entonces francamente dejabas pasar lo que fuera. Ahora como ya no estás dispuesto o dispuesta a que esto siga sucediendo, llegó el momento de decir “ya basta”. Pero aún así, suponiendo que fuera verdad que antes no te molestaba; ahora ya te molesta y entonces es momento de establecer nuevas reglas; es decir, nuevos límites.
«CUANDO LE EMPECÉ A PONER LÍMITES, MI PAREJA ME PREGUNTÓ SI AHORA LAS COSAS IBAN A SER SÓLO COMO A MÍ ME DIERA LA GANA»
Pensar así, es irse al extremo contrario o a lo mejor es el temor a perder sus propios privilegios porque todo este tiempo, él o ella, sí ha estado haciendo lo que le da la gana y pasando sobre ti. Eso haría que no estuviera tan dispuesto y conforme a perder su posición de poder.
Siempre hay que considerar cómo nuestras conductas están afectando a los demás, pero eso no significa que debemos permitirlo todo o cerrarnos solo a lo que queremos sin importar lo que pase a los demás.
¿QUÉ HACER PARA QUE MI PAREJA RESPETE MIS LÍMITES?
Respetar los de tu pareja. En una relación, siempre es buena idea estar basados en el principio de reciprocidad.
Respetar tus propios límites. Esto significa que si en algún momento dijiste para ti que ya no más, entonces significa que ya no más y no “una enésima oportunidad”.
Hacer respetar tus propios límites. Para esto puede ser muy importante que tengas claridad en lo que estás sintiendo, para que le puedas expresar a tu pareja cómo te sientes derivado de lo que hace o no hace.
Sí todo el tiempo le sales con que “odias que te hable así”, “odias que llegue tarde”, “odias que hagas esas bromas”, probablemente sabrá que no te gusta lo que hace, pero no entenderá con claridad por qué te pones así y en qué magnitud te está afectando.
Siempre será mucho mejor clarificar y decirle cuando te sientes enojado, avergonzado, desatendido o frustrado. No dejes pasar algo que te molesta, cuando empieza a ser molesto para ti. No se trata de que le prohibas a tu pareja nada, sino que le hagas saber que algo de lo que está pasando entre ustedes no te gusta, te molesta o incluso puede llegar a lastimarte. Si nada de esto funciona y tu pareja insiste en no respetar tus límites, a pesar de que ya los clarificaste, puede ser momento de replantear tu permanencia en esa relación.
FUENTE: Mario Guerra, Tanatólogo, conferencista y Business Coach TW: @marioguerra