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¿Confiarías ciegamente en tu pareja?

A veces en el nombre del amor se cometen muchos errores, pero no es el amor el culpable, sino quizá el concepto que tenemos de amor y lo que creemos que se puede o debe esperar de él.

diciembre 1, 2020

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra

A veces en el nombre del amor se cometen muchos errores, pero no es el amor el culpable, sino quizá el concepto que tenemos de amor y lo que creemos que se puede o debe esperar de él.  Por supuesto que la confianza es indispensable en toda relación humana, pero esta debería estar basada en razones más que en meros deseos o necesidades personales. ¿Cuáles son las consecuencias de confiar ciegamente en una pareja? ¿Hay una manera sana de confiar?.

¿A que nos referimos confiar ciegamente?
La confianza ciega es poner fe en alguien sin tener en cuenta la confiabilidad demostrada.
Justamente a una confianza que se tiene (quizá porque se desea tener) en otra persona:
Sin observar consciente o inconscientemente su conducta.
Haciéndose de la vista gorda.
Fingir que nada pasa
Minimizando y justificando sus transgresiones.
Como cuando se cree en mentiras flagrantes y/o persistentes de la persona.
Todo esto al menos ante los demás que se convierte en una forma de encubrir al otro, pero de manera más profunda es una forma de protegerse uno mismo de perder:
La idea que se tiene de aquel que se ama.
El estatus o condición de estar en esa relación.
La relación en sí misma.
Y con ella un futuro ideal y a veces idealizado.

¿Por qué alguien confiaría ciegamente en otro?
Algunos lo ven como prueba de la dimensión del amor que se le tiene a otra persona, pero es todo lo contrario. La confianza ciega en realidad no es tan “confianza” y se parece más a una renuencia a experimentar la duda, la ansiedad y la soledad de la desconfianza que un respaldo a las cualidades positivas de la otra persona.
Lo hacemos más por nosotros que por el otro en quien decimos confiar.
Las dos causas principales de esto son:
Por tener una gran necesidad.
La necesidad es tan grande que incluso, cuando no se consigue alcanzarla o satisfacerla, se elige de manera inconsciente construir un mundo de fantasía para sentir que se tiene.
Por ejemplo, los que se han hecho la historia de lo que debería de ser es que ellos tuvieran la familia perfecta hace que esta gran necesidad se convierta en el motor de su vida y hacen lo que sea necesario para mantener, al menos en apariencia, eso.
El elemento clave oculto detrás de esto es una gran ansiedad de perder el sueño o no cubrir la necesidad y entonces, como sabemos, una persona ansiosa puede actuar de forma irracional e incluso dañina para calmar la sensación tan desagradable que experimenta.
Por tener miedo.
Una vez más la ansiedad hace su aparición a través de:
Fantasías de abandono.
A veces arraigadas desde etapas infantiles.
Temor al que dirán.
Una forma de ansiedad social.
Sentir que se defrauda a la familia, por ejemplo.
Hay a quien le provoca una gran ansiedad la sola idea de separarse porque lo ven como un fracaso que no se pueden permitir a los ojos, por ejemplo, de los padres o los hermanos.

¿Qué consecuencias tiene confiar ciegamente?
Es como una ruleta rusa.
Confiar sin tener elementos para hacerlo, o peor aún teniendo elementos en contrario, será a la larga garantía de sufrimiento, humillaciones y una relación asimétrica.

¿Por qué la persona que ha confiado ciegamente muchas veces no quiere ver la verdad?
La confianza ciega no lo es tanto en realidad; es más bien como una confianza que decide o necesita mirar para el otro lado.
Porque al reconocer la verdad abiertamente ya no puede mantener una fantasía de engaño y entonces se verá obligada a actuar o a quedar como una persona irresponsable o tonta.
Mirar la verdad no pone en riesgo tu relación, que esa probablemente ya estaba acabada hace mucho, lo que pone en riesgo es a la fantasía que tenías de una relación perfecta o al menos “buena”.

¿Es necesario confiar?
Para establecer una relación con otra persona de algún modo sí.
La cuestión es en qué está basada la confianza.
Recordemos que el programa pasado dijimos que la confianza:
Es una certeza y esperanza bien fundada.
Es tener razones para creer que la persona con la que tenemos una relación se comportará:
De una manera socialmente esperada.
Respetando nuestros acuerdos explícitos.

¿Pero qué no confiar nos hace vulnerables?
Sí por supuesto, pero las relaciones entre dos personas (o más) implica cierta vulnerabilidad.
Los seres humanos necesitan confiar. La confianza:
alivia la ansiedad,
ayuda a aliviar la depresión
hace posible invertir constantemente en una relación.
permite el disfrute el uno en el otro.
contribuye a otorgar un sentido de pertenencia y respeto.

¿En qué deberíamos confiar entonces?
Debemos entender que todos de alguna manera tenemos una vida privada, una vida familiar o de pareja y una vida pública.
Por más congruencia que haya entre las tres, que lo ideal es que la hubiera, no se puede esperar que en las tres esferas se comparta el mismo tipo de información o de verdad.
Todos guardamos algún secreto.
Un secreto puede ser:
Información que no se revela a otros porque no es pertinente.
No tengo por qué decirle al mundo mis posiciones sexuales favoritas, pero sí me gustaría que una pareja las conozca.
Información que se oculta de otros por:
Considerarla privada.
Cuántas veces voy a orinar al día.
S Sin embargo, a veces tengo que contarle eso al médico.
Vergüenza.
Como cuando se comete un error o algo que sucedió que afecta nuestra imagen.
Temor a las consecuencias.
A que al enterarse los demás nos juzguen, ya no quieran tener una relación con nosotros, nos pierdan la confianza o incluso haya consecuencias legales.
Sacar ventaja deliberada.
Como cuando oculto ingresos o gastos a mi pareja.
Sin embargo, no esperaríamos que nadie ocultara información relevante que, de saberse, nos haría tomar una decisión distinta acerca de la que teníamos originalmente sobre la relación entre ambos.
Esa es una forma de abuso porque la persona que ignora la información no sabe realmente con quién se está relacionando.

Pero también hay que tener en cuenta que hay personas que juegan en el extremo contrario.
Como aquellos que no perdonan la más mínima de las faltas.
Los estándares fantasiosos o rígidos esperarían que una persona siempre dijera la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad.
Pero esto es poco probable que suceda.
En lo que deberíamos confiar entonces es que una persona tiene como intención fundamental no lastimarnos de ninguna manera y que si lo hace:
Detenga la conducta,
reconozca su falta,
muestre arrepentimiento genuino,
pida perdón y
realice los cambios necesarios para no volvernos a lastimar de la misma manera.
Una persona poco fiable es la que no reconoce, cuando y ante quien es pertinente hacerlo, que ha fallado o ha cometido una trasgresión relevante.
La ropa sucia se lava en casa.

diciembre 1, 2020