fbpx
2025-04-08 11:57:16

¿Cuántas veces has pasado sobre ti mismo?

¿Hasta cuándo detener esto que lastima? y ¿Cómo vas a perdonarte el haber permitido tanto?

abril 20, 2021

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
TW: @marioguerra

Muchas veces por evitar un conflicto o por recibir algo de aceptación, vamos permitiéndonos tolerar lo intolerable y renunciando a nuestros deseos y necesidades para complacer a otros. Hacer esto es pisotear nuestra propia dignidad y pasar sobre nosotros mismos. ¿Hasta cuándo detener esto que lastima? ¿Cómo vas a perdonarte el haber permitido tanto?

¿Qué es pasar sobre uno mismo?
Esto equivale a permitir a otros, o permitirte tú, darte un trato indigno, agresivo o de abandono sin quejarte o sin poner un límite a la conducta o actitud que lastima:
No poner límites cuando alguien abusa de ti.
Dejar que otros te condicionen para recibir cariño o aceptación.
Vivir bajo el chantaje o la amenaza de alguien que dice que si no haces lo que quiere, te dejará de querer, te dejará en la calle o algo peor.
Ser complaciente con otros, anulando tus propios deseos y necesidades con tal de quedar bien o agradar.
Descuidar tu integridad física, emocional o psicológica.
Descuidas tu salud al no ir al médico.
Descuidas tu alimentación, comiendo menos o más de lo necesario, o cosas que no te hacen bien.
No tomas precauciones y acabas enfermo o contagiado de lo que sea.
Autocastigarte por sentir que eres una mala persona.
No perdonarte por errores del pasado que ya no puedes reparar.

¿Por qué alguien permitiría todo eso?
Muchos pensarían que quien permite todo esto es alguien a quien le gusta sufrir o que no se quiere, pero nada está más alejado de la realidad.
Son personas que de alguna manera sienten que obtienen algo a cambio de dejar que su orgullo, dignidad o incluso necesidades sean pisoteados. Es probable que sea:
Ahuyentar un miedo o amenaza.
Abandono.
Conflicto.
Juicio o crítica de los demás.
Exclusión.
Satisfacer una necesidad.
Cariño
Aceptación.
Pertenencia.
Reconocimiento.
La necesidad de ser necesitado.
Redimir la culpa.
Por algo malo que se siente que se hizo y entonces se cree que se debe pagar o sufrir de alguna manera y por un tiempo, muchas veces indeterminado.
Por ser uno mismo, como con la vergüenza tóxica.
Esto muy frecuentemente ligado a la infancia y a la culpa, por ejemplo, de haber hecho pasar malos ratos a unos padres sufridos y abnegados.

¿Qué impacto produce en nuestras vidas?
Creas un círculo vicioso.
Como permites cosas que te lastiman, acabas molesto contigo mismo y entonces te castigas permitiendo más cosas que te lastiman.
Usas el razonamiento emocional.
Como me siento una basura, debo ser una basura.  Como me siento malo, debo ser castigado. Como siento vergüenza, debo ser alguien indigno de ser visto y tomado en cuenta.
Vives con mucha culpa, remordimiento y hasta vergüenza.
Como si verdaderamente fueras la peor persona de la tierra que no merece ni siquiera el perdón de sí misma.
Tus necesidades se quedan insatisfechas (ya de los deseos ni hablamos).
Porque aprendiste a buscar lo que necesitabas donde te condicionan para dártelo.
Es como si tuvieras siempre que ganarte lo más elemental (aceptación respeto y cariño) con altos costos para demostrar que lo mereces.
Eres presa de ciertas personalidades manipuladores, que ven en ti una oportunidad para hacerse de alguien complaciente del cual obtener lo posible, y luego abandonar, como a un pozo seco, cuando ya no tenga mucho más que dar.

¿Cómo podemos cambiar esta tendencia?
Empieza por algo manejable.
Todo lo que aprendemos a hacer, lo aprendemos a través de un proceso
Por ejemplo, ponerte ciertos límites a ti mismo.
Evita justificarte.
Desarrolla la habilidad de decir “quiero”, “no quiero”, “si” o “no”, sin dar tantas explicaciones.
Tan pronto como comienzas a dar explicaciones o a justificarte, le das a la otra persona mucho margen de maniobra y armas para manipularte a través de la culpa.
Asume las consecuencias.
Ya dije que muchas veces por evitar que otro se vaya, que nos critique o que no  nos acepte, vamos permitiendo mucho más de lo que es sano.
Cuando te asustan “con el petate del muerto”, lo mejor es envolverse en el petate para conjurar el mal.  Es decir, si el otro se va a ir, que se vaya. Si te deja de querer, date cuenta que realmente nunca te ha querido. Si amenaza con criticarte, de todos modos ya lo está haciendo.
No te aisles.
Rodéate de personas en las cuales puedas sentir un apoyo y empatía genuinos.
Es muy probable que si alguien “ya te tomó la medida” y abusa sistemáticamente de ti, también de alguna manera se haya tomado un tiempo para aislarte de quien te puede ayudar a abrir los ojos.
¿De qué personas, cuya relación te hacia bien, te has alejado por estar con otra que no le importa nada más que sí misma?
Se compasivo y amable contigo mismo.
Considera incluso la posibilidad de perdonarte.
Si esto pasa por pedir perdón o reparar alguna falta o incluso la misma relación, manos a la obra.  Pero si no hay nada que hacer, porque no lo haya o porque lo sucedido sea irreparable, entonces se generoso contigo mismo y ofrece para ti un auto perdón, de manera que se convierta en la puerta que te conduzca hacia empezar a confiar en ti mismo.
Confía.
En que por grande que parezca la amenaza habrás de salir de ese vórtice de autodesprecio. Si es a través de un proceso terapéutico, qué mejor. Si es en compañía de personas que te aprecien, estupendo. Si es alejando de tu vida a aquellos a los que no les importas realmente, ya habrá camino ganado.

abril 20, 2021