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2024-12-21 15:51:09
QUÉ SOMOS

Llevamos meses saliendo, pero ¡no sé qué somos!

Han preguntando el famoso ¿qué somos? Pues hoy mi querida Tere Díaz nos trae paz sobre esos problemas en las relaciones.

diciembre 8, 2022

Han preguntando el famoso ¿qué somos? Pues hoy mi querida Tere Díaz nos trae paz sobre esos problemas en las relaciones.

Pocos temas nos conmocionan tanto como los relacionados con nuestra dimensión erótica, el ejercicio de su sexualidad y nuestra capacidad de amar y ser amado. Pero hoy la forma de concebir y vivir la sexualidad, el amor, el erotismo y, por tanto, las relaciones de pareja, se caracteriza por:

  • La transformación de la experiencia de la intimidad al interior de las relaciones.
  • El intensificado derecho al erotismo y a la pasión en sus muchas “presentaciones”.
  • La sensación de merecimiento y la expectativa de felicidad.

Esto ha abierto la puerta a la posibilidad de experimentar “relaciones” de distintos tipos, no necesariamente matrimoniales lo cual genera estrategias para afrontar: la fragilidad, la temporalidad, la indefinición y la incertidumbre de los vínculos actuales.

El problema es que por miedo a apegarse y a la ruptura se asume una actitud defensiva de desapego, abandono, ironía y cinismo.

LA DANZA DE LA INFIDELIDAD ROMÁNTICA

  • En el proceso de elección de pareja
  • En la organización de la sexualidad
  • En los modos del vínculo amoroso
  • En el miedo al compromiso
  • En la indefinición del compromiso
  • En las entrañas del deseo y la voluntad.

¿POR QUÉ SURGE LA PREGUNTA «QUÉ SOMOS»?

  1. Diversidad de opciones para elegir.
  2. Los gustos personales – físico, sexual, emocional, intelectual, económico – son cada vez más refinados.
  3. La racionalización que se usa al evaluar las opciones y que impulsa  a sobre-analizar las opciones y prolongar la toma de decisión.
  4. Expectativas irreales que exacerban la imaginación. Esto enfría el deseo y debilita la voluntad. La triada intuición-emoción-impulso se sustituye por una evaluación sustentada en emociones fijas y posibles de ser conocidas que alejan al individuo de la “corazonada” que movía a la acción.
  5.  Idea constante de que siempre se podría encontrar un candidato “mejor”.
  6. El miedo al compromiso. Se sobrevalora el amor como fuente de identidad al tiempo que se desconfía de su duración y de comprometerse a algo que implique la renuncia de un mayor bienestar.
  7. Las exigencias del mercado laboral. Hoy todos tenemos acceso a la vida laboral pero la disposición requerida, la movilidad implicada y la actualización demandada, absorben a las personas en un tiempo completo que  no deja espacio ni para las exigencias personales.
  8. El amor se generan hoy de forma performativa. hay que crearlo, siendo y portándose de determinadas maneras. El compromiso no es un prerrequisito  sino un objetivo a alcanzar a través de la relación.

DESIGUALDAD AMOROSA

Hombres y mujeres compiten entre sí y con sus congéneres en tres sentidos:

    • Conseguir a las parejas sexuales más deseables
    • Determinar quién acumula más parejas sexuales
    • Exhibir sus proezas sensuales y sexuales.

NUEVAS FORMAS DE AMAR

  • Relación tradicional: En ella existe un nivel de compromiso a mediano o largo plazo, y que puede tener una legalización como el matrimonio.
  • Noviazgo “eterno”: Son parejas en que ambos o solo uno tiene cierta aversión a las relaciones y responsabilidades de un emparejamiento convencional.
  • “LATs”: Es la relación más parecida a la tradicional. Hay un compromiso explícito y son socialmente reconocidos, pero cada uno vive en su propia casa. Viven juntos pero separados: LAT (Living Apart Together). Esta opción separa la pareja de la domesticidad.
  • Híbridos: Uno de los miembros de la pareja se siente cómodo con la monogamia mientras que el otro quiere tener varias relaciones a la vez. Se llega a un acuerdo y cada uno acepta las necesidades del otro.
  • Poliamor: Parte del reconocimiento de que se puede “querer a más”, de reconocer que nuestra otra mitad no nos complementa del todo y que hay otras “partes” que nos hacen falta. Ahora bien, hay una manera “ética” de ser poliamoroso y es trabajar en acuerdos sobre las necesidades de cada miembro de la pareja y las mejores maneras de solucionarlas.
  • Monogamia: En español sería como “monoga-muelo” o “casi” monógamo. Algún tipo de ligue ocasional es aceptable e incluso deseable para mantener la pasión en casa.
  • Free: Los frees son esas relaciones tranquilas, sin compromisos y mucho sexo maravilloso. Por lo general son convenientes cuando sales de una relación muy larga, o cuando no estás interesada en comprometer tu tiempo y espacio por otra persona.
  • Amigos con derecho: Es una combinación entre la intimidad psicológica propia de la amistad y la intimidad física que caracteriza una relación de compromiso. En otras palabras, son personas que ya tienen una relación establecida que buscan satisfacerse en el plano sexual, sin involucrarse afectiva y emocionalmente.
  • Swingers: Parejas que aceptan que el otro tenga encuentros sexuales con un tercero en espacios destinados para ello. Esto no implica establecer varios vínculos de pareja a la vez, sino mantener una relación central, pero sin pacto de fidelidad sexual. Antes solo era una práctica de gente treintañera con ideas liberales. Hoy en día, hay swingers de todas las edades y condiciones.
  • Múltiples: Se trata de que una persona mantenga varias relaciones al mismo tiempo, pero sin que ninguna de ellas establezca un compromiso. Se busca “fluir”  y evaluar si alguna de las parejas transitorias podría llevar a algo más serio. También implican un acuerdo: los involucrados conocen las reglas del juego y las respeta. No hay engaño.
  • Flexisexuales: Mantener relaciones sexuales con otros, sin importar su género. Lo que se busca no es una pareja para formar un vínculo a largo plazo sino mantener relaciones totalmente abiertas. Es una de las tendencias más fuertes entre los más jóvenes.

LA RENUNCIA DEL AMOR IDEAL

  • Una madurez suficiente que permita a la pareja gestionar sus deseos.
  • Una personalidad no rígida y abierta a las negociaciones que faciliten adaptarse al cambio.
  • Un cierto erotismo que mantenga el intercambio sexual vivo.
  • Unas pasiones compartidas para generar espacios de gozo común.
  • Una buena comunicación que no sólo facilite el manejo de conflictos y las negociaciones, sino el intercambio de dos subjetividades.
  • Una cierta intimidad que permita develarse al otro con seguridad suficiente para mostrar algunas vulnerabilidades y sueños.
  • Una combinación de presencia y ausencia que evite el tedio, dé espacio a la individualidad, cabida a cierto extrañamiento y estimule los encuentros.
  • Un compromiso a la medida del intercambio pactado por los amantes – y actualizado cada tanto – para que la relación esté al servicio de los involucrados y no éstos acotados por la relación.

Fuente: Tere Díaz, psicoterapeuta especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora del libro “¿Cómo identificar un patán?” y “¿Por qué nos mentimos si nos amamos?”. IG: @terediazsendra / www.terediaz.com

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