Vidal Schmill
Pedagogo, especialista en Desarrollo Humano. Autor del libro “Disciplina Inteligente”, best-seller con más de 500,000 ejemplares vendidos y “Berrinches, su manejo eficaz”.
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Los límites en la educación infantil y adolescente son como las señales de tránsito en el camino que incrementan las probabilidades de llegar a un destino deseado.
Error 1. Creer que los límites son un obstáculo para el desarrollo pleno y natural de tus hijos(as). Este error conduce a no poner límite alguno a tus hijos, los cuales pueden convertirse en hijos “tiranos” con tendencia al narcisismo.
Acierto 1. Marcar límites a las conductas inaceptables de mis hijos es positivo, pues son cercos que los organiza, contiene y protege (externa e internamente).
Error 2. Creer que el dolor educa y maltratar con “fines educativos” (golpes físicos y/o emocionales, críticas, descalificaciones e insultos).
Este error conducirá a que lastimes a quienes más amas y a fracturar tu relación con aquellos a quienes deberías cuidar y proteger.
El dolor produce resentimiento, fantasías de venganza y doble moral. Aprenderán a mentir para evitar el dolor. El dolor no educa, genera resentimiento, fantasías de venganza, fomenta la doble moral y la mentira. Normaliza la violencia y nos habituamos a ella.
Acierto 2. Puedo corregir sin lastimar a mis hijos.
Error 3. Creer que una conducta inaceptable de tus hijos es una característica permanente de su personalidad.
Este error conducirá a “etiquetar” a tus hijos: “eres… tonto, torpe, distraída, descuidado, mala para los números” etcétera. Fomentando un auto-concepto negativo.
Lo inaceptable es la conducta negativa de tu hijo(a), no tu hijo(a). No te confundas y no lo confundas.
Si utilizas adjetivos, groserías, descalificaciones y “etiquetas” que lastiman su dignidad personal, estarás limitando su personalidad y dando pie a reacciones defensivas (se aislará y alejará de ti) o agresivas (se defenderá y te atacará)
Acierto 3. Corrige la conducta, sin lastimar a la persona. Cuida sólo mencionar la conducta a corregir, sin etiquetar, insultar ni agredir de ninguna forma la personalidad de tus hijos.
Error 4. Creer que eres la única influencia educativa para tus hijos y no intentar ponerte de acuerdo con quienes te ayudan a educarlos.
Este error conducirá a contradicciones entre los adultos importantes en su vida, descalificaciones mutuas y pleitos que impedirán educar y corregir conductas inaceptables de tus hijos.
Acierto 4. Necesito acordar con todos quienes me ayudan a educar a mis hijos, los principales criterios de decisión para evitar contradecirnos y no entrar en conflicto. Los niños y adolescentes necesitan saber que hay un frente unificado que los educa y no manipular al “bueno” y al “malo” a su conveniencia.
Error 5. No saber cuándo es necesario intervenir para imponer límites y cuándo no lo es.
Esto conducirá a actuar como padres entrometidos en situaciones que no deberían intervenir e inactivos ante situaciones que exigen su intervención educativa.
Acierto 5. No intentar controlar toda la conducta de mis hijos, pero tampoco dejar de actuar cuando es necesaria mi intervención.
Evitar los extremos: Ansiedad/Entrometimiento por un lado y Apatía/Indiferencia