Por Julio Herrera
Tw. @julioherrera89
El caso es que en Pennsylvania una familia guarda la costumbre de pasar el vestido de novia de generación en generación, y así lo han hecho durante 120 años y 11 mujeres de la familia han usado el vestido.
La última vez que se usó fue en una boda de 1991, así que cuando Abigail Kingston, la próxima en usar el vestido, recibió la propuesta de matrimonio, no se agobió por la fortuna que iba a gastar en comprar un vestido de diseñador sino en lo que le iba a costar reparar un vestido de seda y satín de hace 120 años.
La primera persona en usarlo fue su tátara abuela en 1895, después de tantos cambios y usos el vestido estaba casi en ruinas, con agujeros, las mangas desechas y descolorido, fue necesario hacerle unos ajustes que llevaron alrededor de 200 horas de trabajo.
Afortunadamente estuvo listo para la boda que se celebró el 17 de octubre, Abigail llevó el vestido un anillo de su bisabuela.
¿Seguirías está tradición?
