Aquí te dejamos unos trucos facilísimos para tener súper linda la habitación del crío.
Juguetes ordenados
Cuando tienes dos niños en una sola habitación pareciera casi imposible tener una recámara ordenada, pero te equivocas. Tal vez la tarea de duplica, pero es fácil organizar. Lo primero que tienes que hacer es delimitar el espacio de cada uno de ellos para que siempre sepan dónde guardar sus juguetes.
Lo mejor es asignar un color a cada uno de los niños, tipo a uno azul y al otros verde o rosa y morado. Compra cajas de plástico y ellos aprenderán a identificar quién es dueño de cada uno. Además es un excelente tip para que siempre sepan dónde buscar las cosas.
¿Arriba o abajo?
Olvídate del: “mamá, papá, ¿me bajas el juguete?”, mejor aprende a guardar los juguetes conforme a las necesidades del niño. Aquellos que sean de riesgo puedes ponerlos en lo más alto y los que sean accesibles a su altura y pueda usarlos sin necesidad de supervisión ponlos abajo.
Enormes castillos y autopistas
Hay muchísimos juguetes que están formados por numerosas piezas que hay que armar y desarmar cada vez que se quieren utilizar. Aunque el armado puede resultar didáctico, el desarmado da un poco de flojera, por eso, si cuentas con espacio suficiente déjalos montados y en un lugar accesible para él. Si ves que está remplazando el castillo y la autopista, desármalo y guárdalo por un tiempo.
¿Dónde está mi libro?
Es fantástico que a los críos se les inculque la lectura desde pequeño, pero también no pidas que lean cuando tienes arrumbado el cuento de caperucita y las princesas. Arma un pequeño estante que será el rincón de la lectura. Lo único que tienes que hacer es ordenar los libros por tamaño, amarrarlos con un listón y ponerlos en una esquina, ¡siempre estarán a la vista!
Juguetes perdidos
Típico que hay un tornillo, una carta, un zapato de la muñeca, un dado y no sabes exactamente de qué juego es, pues no te preocupes. Compren una caja que llamarán “el baúl de los juguetes perdidos” y ahí pongan todas esas piezas que olvidaron guardar o que simplemente no saben a dónde pertenecen.
Esta sencilla idea evitará que las piezas se extravíen nuevamente, y cuando la tengas que usar sabes que tiene un lugar en la recámara.
