Por Julio Luis García
@julioluisgarcia
¿Te copiaban en la escuela durante los exámenes?
Jaja. Nooooo, no se podía porque no era tan aplicado.
¿Entonces eras de los que copiaba?
Más bien, si podía sí, pero no siempre.
¿No eras matado en la secundaria?
¿Matado? ¡N’hombre! Yo era un relajo, más bien era rebeldón. Reprobaba, nunca reprobé el año pero sí me mandaron a regularización.
¿Le haces a la cocina, tienes algún platillo que prepares?
Tengo una esposa que es una fregonería en la cocina, entonces pues ni cómo hacerle. Yo sí cocinaba pero cuando era estudiante, arrocito y frijolitos, cosas sencillas.
¿Alguna obsesión con los quehaceres del hogar?
No fíjate, yo soy muy tranquilo, un poco más relajado. A mí me dicen que un político tiene que cuidar más su imagen y ser medio metrosexual ¡¡no!! A mí me valen gorro esas cosas. Al contrario, si hay necesidad me pongo el mismo pantalón varias veces y le damos vuelta a los calzones.
¿Qué te pone muy triste?
Cuando no gana la selección mexicana, cuando la gente no elige bien a sus gobiernos, cuando eligen políticos que ganan a la mala y que después nos cobran la vida, esa forma de cautivar el voto con el discurso populista y a billetazos, eso me pone muy triste, me deprime y me irrita.
¿Si fueras cantante ¿qué cantarías?
Música latinoamericana de protesta.
¿Qué canción?
Hay varias, Gracias a la vida porque esa es un tributo, es una actitud fregona. De Pablo Milanés pues sí Yo pisaré las calles, esas son las de mi época, me ponían chinito porque es como un grito de toda una sociedad que se expresa en una canción.
¿Qué tan bailador eres?
Mucho, siempre. Nunca dejamos pasar una, siempre nos subimos a la pista. Me gusta mucho el twist, yo soy de los antigüitos del rock and roll y de esas épocas.
¿Y qué tan noviero?
Mucho, mucho, mientras pude, todas, hasta varias al mismo tiempo. Pero ahorita ya no, ya serenito, llevo 35 años de casado, entonces tengo una gran novia nada más. Pero de estudiante sí era muy noviero.
¿Te han confundido con alguno de tus antepasados ilustres?
Siempre, de repente me dicen “Pásele Don Francisco”, me dicen Pablo Emilio o me han confundido con ellos.