Por Martha Figueroa
Tw. @MarthaFigueroax
Apreciable Martha Figueroa: “Es un enorme gusto invitarle a la 10ª. edición de la Comida Anual Los 300 líderes más influyentes de México 2015…en el que se dan cita las mujeres y los hombres que desde distintos frentes marcan el rumbo y destino de México e inspiran con su ejemplo a nuestra sociedad”.
Eso dice la invitación. La décima que recibo. Y como cada año, cuando llega me emociono muchísimo porque creo que valoran el periodismo creativo y mis exitosas columnas. Y como desde hace una década, a los tres minutos me deprimo porque leo la tarjetita y me entero que no pertenezco al selecto grupo de líderes y que sólo me llevan a hacer ‘boruca’.
Antes, los señores Ferráez que dirigen la revista Líderes Mexicanos, llamaban para que les propusiera candidatos, o sea que era una especie de «recomendadora de líderes». #Aunqueseatú Bueno…
Lo primero es encontrar qué ponerme, porque la invitación no trae código de vestimenta. Estaba pensando botas de hule y gabardina porque la última vez cayó el diluvio de la Biblia. O tal vez le rinda un homenaje a Demis Roussos y use un batolongo disimulador lleno de bordados. Aunque las tendencias de moda para el Otoño dictan que hay que vestir excéntricas pero elegantes, sporty, relajadas, vintage, rebeldes y románticas. ¿Algún experto en el tema lo puede traducir? Y si no, no importa: me pongo el trapo negro de siempre y listo.
Por favor, no crean que es mera frivolidad. Lo que pasa es que nunca sabes a quién te vas a encontrar en esos eventos (la lista de celebridades es impresionante), qué rumbo puede tomar la vida o qué brincará del plato.
Si me preguntan con quién me quiero sentar, yo contesto sin rodeos que con Beltrones porque dicen que será el próximo presidente de México. Sí, soy una convenenciera, pero me gustaría tener un ‘bf’ en Los Pinos. Además muero por preguntarle los datos de su tintorería y pedirle una copia de la tabla de alimentos de su dieta del Metabolismo Acelerado.
Claro, una semana antes ya hay lista de espera para sentarte en la mesa de Manlio (jajaja). Por eso, en la petición marqué como segunda opción una silla junto a Pedro Friedeberg, porque cumplirá 80 años y me gustaría felicitarlo, o ¡donde caiga! Por ejemplo, junto al Arzobispo de Guadalajara, porque tengo unos pecados que consultarle –no estoy actualizada-; o con Jorge Vergara y Angélica Fuentes a quienes con mucha maldad les hicieron la invitación en dueto; con el Hijo del Santo, que tampoco es líder pero es muy simpático; o con Alondra de la Parra, a quien quisiera decirle un par de cosas (ya saben, dudas musicales que me surgen). Me la encontré hace poco en un lugar propio para hacer ejercicio, éramos las únicas dos que no movían un dedo, pero no la abordé porque iba camuflada –la directora, no yo- y no quise arruinarle el disfraz.
Hace dos años, entré a la comida de líderes siendo una mortal cualquiera y estuve a punto de salir como Embajadora de Japón. Es que departí con Shuichiro Megata y antes del postre ligué propuesta para volar a su tierra a ver los cerezos en flor. Por supuesto, fue una cosa amistosa, pero estoy segura que si me hubiera visto en kimono ya estaría yo despachando la agenda bilateral.
Sé que EPN es el invitado de honor –o llámale plato fuerte- de la comida. Ustedes dirán que es estrés del cambio de gabinete, pero tengo un sexto sentido para detectar a las personas con signos de tristeza en la mirada, y noto muy melancólico al Presidente.
Esta vez me pondré el kimono y averiguaré qué es. Le diré que soy una japonesa clarividente o una guía espiritual venida de oriente o algo. #Mercurioretrógrado.
Martha Figueroa es periodista de espectáculos, conductora del programa Nuestro día que se transmite en Cadena 3, autora del libro Calladita me veo más bonita. Combina la rara suerte de tener sentido del humor y ojo crítico.