Por Martha Figueroa
Tw. @MarthaFigueroax
Estoy obsesionada con los pantaloncillos cortos del Presidente. Por eso, cada año participo en la carrera “Molino del Rey”.
Debo aclarar que no me inscribo como corredora, pero soy una espectadora muy entusiasta con un ‘modus operandi’ específico. Este año, fiel a la tradición, me instalé en la Glorieta de la Lealtad –donde se juntan Chivatito y Alencastre- y anoté los avances de Peña Nieto en el plano anatómico.
La conclusión es que está más flaco pero tiene mejores piernas que en el 2014, aunque más pálidas que en el 2012. Pensarán que me fijo en tonterías, pero es imposible no verle las extremidades con esos mini-shorts tan escotados, tan ‘hot pants’.
Yo lo que digo es que correr casi en paños menores es muy peligroso, es un arma de doble filo: ganas estatura –por la ilusión óptica- pero pierdes credibilidad. O sea, si trabajas de salvavidas en Baywatch vas perfecto, pero si eres Presidente de México, por ejemplo, mejor unos pantaloncitos cortos tirándole a largos.
¿Alguien sabe cómo funciona el clóset de un mandatario? No sé si lo administra la Primera Dama o un Valet. Es que no me quito de la cabeza la imagen de los encargados del atuendo presidencial, discutiendo cual short ¿pegadito o suelto?, ¿largo o corto?, ¿negro o en colores de temporada?
Es lo malo de los asistentes que trabajan en Los Pinos, se clavan tanto en los recortes de prensa, la agenda o las encuestas de popularidad, que no ponen atención a las tendencias de la moda y la cosmética. Se me ocurre que a partir del próximo lunes -y de cara a la próxima carrera organizada por el Estado Mayor- le den de comer al ‘Jefe’ zanahoria, jitomate y betabel para que agarre colorcito mientras recorre las comunidades indígenas o que le compren complejos vitamínicos con Betacaroteno, para que tenga piel de Primer Ministro del Mediterráneo.
Lo que sí aplaudí a rabiar fue que los colaboradores cercanos iban súper equipados en ‘primeros auxilios’. Primero pensé “Mira, ahí viene Dora , la Exploradora”, pero no. Eran escoltas con mochilas y cangureras llenas de sorpresas: llámale crema para el sol, ungüento para los raspones, tobilleras anti-torceduras, bebidas isotónicas, gel, alcohol para inhalar en caso de desvanecimiento, naranjas enteras y en gajos, huevos cocidos, plátanos –para cualquier bajón de potasio-, granadas de las que se comen y de las que explotan, pistolas, cuchillos, chakos… ¡Guarura prevenido vale por dos!
Y mientras EPN recuperaba el aliento por los 10 kilómetros, en otro evento eligieron al mismísimo Manlio Fabio Beltrones Rivera como Presidente de partido. Uy, pues yo me alegro porque tiene un guardarropa increíble. Él no necesita asesoría de imagen porque, como diría mi madre “qué bien presentado va siempre este muchacho!
Yo sé que políticamente no tiene importancia, pero me llena de ilusión que tenga un vestidor más grande que el de las Kardashian.
Supongo que como todo señor adicto a la ropa, ya invirtió en nuevas tecnologías y su clóset debe ser alucinante. Un ¡fashion-búnker! con carrusel para corbatas, cajones inteligentes que abren y cierran con un aplauso, cajitas iluminadas para guardar los relojes, camisas de mil colores, zapatos a granel, la mar de calzones y calzoncillos.
Me contaron que compra los trajes por duplicado para estar impecable pase lo que pase. Así que en la cajuela siempre tiene un traje idéntico al que trae puesto, por si las moscas (que si le salpicó el mole, el vino tinto o la quinoa al chipotle, ahora que es un ‘healthy boy’).
Como toda una profesional del ramo, me he dedicado a revisarlo milimétricamente cada vez que coincidimos y deduzco que el presi Beltrones carga en su camioneta una plancha de vapor o esconde a un chino de tintorería.
Que apareció una arruga en el traje “pfft, pfft, pfft…” la aniquilan en segundos. No es normal tanta lisura.
Martha Figueroa es periodista de espectáculos, conductora del programa Nuestro día que se transmite en Cadena 3, autora del libro Calladita me veo más bonita. Combina la rara suerte de tener sentido del humor y ojo crítico.
