Por Martha Figueroa
Tw. @MarthaFigueroax
Estoy en la escena del crimen.
Solo hay un perro valiente y un amo –inconsciente- que lo lleva sin correa. Pobre perro, paseando por el matadero.
Estaba leyendo en el diario El País que el asesino de perros del parque México, todavía anda suelto. Nueve murieron envenenados, según la cifra oficial, aunque por aquí se dice que son más de dieciocho.
Yo me enteré de la tragedia canina hace unos días, o mejor dicho hace unas noches, cuando sonó la alerta sísmica y todos corrimos despavoridos hasta el parque. En pijama, descalzos y despeinados (con una chichi viendo para acá y otra para allá), platicamos sobre los posibles sospechosos mientras algunos perros nos observaban como diciendo “sálvenos”.
Cuando mis vecinos despertaron con “maw, maw, maw…alerta sísmica…aleeerta sísimica”, lo primero que hicieron fue sacar a las mascotas (debo confesar que yo abandoné a nuestro conejo, pero es muy resbaloso y la jaula es muy pesada. No me juzguen!). Y esa noche, ya estábamos al tanto del perricidio porque un veterinario local mandó un comunicado sobre varios perros intoxicados en las últimas horas.
Entre el susto del no temblor y la tertulia al aire libre –llámale pijamada vecinal-me acordé de los científicos húngaros que salieron en History Channel porque inventaron un sistema para hablar con los perros. El invento se llama “No more woof” y es un artefacto muy sofisticado que traduce en palabras -en español, inglés, francés y chino mandarín- las emociones del animal.
Aquí en la Condesa los perros son como reyes, pero no hablan. Así que nadie sabe quién es el culpable ni quién fue el hijo de perra que mató a 20. Hay patrullas y un grupo de policías que investigan a la manera tradicional, o sea, preguntándose los unos a los otros, rascándose la cabeza: “¿quién habrá sido, pareja? ¿de quién sospechas, pareja?”. Solo el domingo vino la Brigada de Vigilancia Animal pero, sinceramente, les faltaba talante.
Supe que el lunes en la noche detuvieron a una señora con demencia senil que decía ser la ‘mataperros’, pero la soltaron más tarde. La conozco porque siempre camina y corre como loca gritando “¡hoy es el día de Constanzo Valentino!”, (¿quién será ése tú?), una mujer sin techo de mirada perdida. No sé si fue ella, pero no me suena. Es común que todos luchen por el liderazgo: los perros, los ‘homeless’ de planta –cada uno tiene una banca fija asignada para dormir- y las ratas que corren felices como si estuvieran en el corazón de Nueva Delhi.
Hoy se extrañan los conciertos de ladridos y lo que era un ‘Disneylandia’ perruno, es un lugar desolado.
¿Han estado en la escena del crímen? Hay Spas y muchas estéticas fijas y ambulantes para mascotas, clínicas veterinarias, centros de adopción, hoteles y centros de juegos. También lo mejor del mercado alimenticio canino está aquí, cup cakes para cuatro patas, collares de foquitos para que no se pierdan, vestidos de cuadros escoceses, correas de las que se alargan muchos metros y luego con un ‘click’ y un jalón regresan –o la mascota o tú-.
Mi lugar favorito es ‘la fuente de los perros felices”, donde se revuelcan, chapotean y brincan las mascotas más afortunadas sin sospechar los peligros que les acechan. A veces, cuando ando depre por alguna de mis tragedias, voy y termino muerta de risa con las travesuras acuáticas de los chuchitos. ¡Eso es vida!
Por eso y más me sumaré a la búsqueda del asesino. Aunque volviendo a los sospechosos, no doy. Solo veo parejitas de enamorados (estoy a dos de rentar mi casa como motel jajaja), vendedores de plantas, la camioneta de productos oaxaqueños, taxistas, la señora de los tamales, el joven de los tacos de canasta, los eloteros (nuestra joya de la corona) y músicos varios. En éste apartado, conviven un guitarrista maduro que todas las mañanas nos deleita con el tema de El Padrino y el Concierto de Aranjuez; y un saxofonista de poca estatura que en las noches interpreta temas religiosos con un toque sexy, por ejemplo, ‘una espiga dorada por el sol..”.
Solo espero que encontremos al culpable porque si es capaz de eso, un día nos mata a todos.
Además “cada vez que desaparece un perro bueno y leal, este mundo de mierda resulta menos generoso, menos habitable y menos noble”. Eso dice Arturo Pérez-Reverte y yo, también.
Martha Figueroa es periodista de espectáculos, conductora del programa Nuestro día que se transmite en Cadena 3, autora del libro Calladita me veo más bonita. Combina la rara suerte de tener sentido del humor y ojo crítico.