Por Alejandra Ortíz Medrano
@alita_emo
Tal vez como un afán de seguir minimizando la apabullante presencia de estos seres vivos unicelulares, le hemos puesto “microbioma” a la diversidad de organismos presentes en determinado ambiente.
El microbioma es una cosa interesantísima, no sólo porque puede servir para encontrar nuevas especies, riesgos asociados a éstas, curas para enfermedades, etc; el microbioma también nos puede contar historias y chismes, pues los seres humanos somos un tipo de ambiente para los bichos, y éstos no mienten.
Por ejemplo, se ha visto que las personas que viven en una misma casa tienen microbiomas más similares que familiares que no viven en esa casa. Analizando el microbioma de alguien se puede predecir si tiene perros, gatos o niños pequeños viviendo con ella. Cada vez que tocamos algo, dejamos una embarrada de nuestro microbioma en esa superficie. Esto en el futuro podría servir para sustituir a las huellas digitales en investigaciones forenses.
Con tantas personas dejando rastros de sus bichos por todos lados, el transporte público debe ser uno de los lugares más interesantes para estudiar el microbioma. Esto hicieron en Nueva York, donde cada año se transportan 1.7 mil millones de personas.
Entre muchas cosas, los resultados indican cada estación puede definirse por su microbioma particular, y que esto refleja la diversidad de humanos que pasan por ahí. Existen estaciones que tienen más presencia de Lactococcus lactis, la bacteria asociada al queso mozzarela; otras estaciones presentan Leuconostoc citreum, que se usa para fermentar el kimchi coreano; la estación South Ferry, que durante el huracán Sandy estuvo completamente inundada, al día de hoy permanece cerrada y tiene un microbioma que se parece más al de un ambiente marino que al de cualquier otro lugar del metro.
La diversidad de bacterias del metro es un retrato de las personas que pasan diario por él: sus costumbres, lo que comen, dónde trabajan, cerca de quién viven. ¿O será que mas bien somos nosotros el retrato de los bichos que nos usan de transporte? Como dice Christopher Mason, uno de los autores del estudio, “eres una parte minoritaria en la democracia del cuerpo”.
Alejandra Ortíz Medrano es tapatía. Estudió biología y divulgación de la ciencia en la UNAM. Ha colaborado en diversos trabajos de comunicación de la ciencia en diferentes medios, y ha ganado varios reconocimientos por su labor en este campo. Poco a poco se identifica más con la señora loca de los gatos, y eso no le molesta.