Durante una pelea recurrente
En lugar de contraatacar, ¡abrázalo! Sí, leíste bien. Vas a necesitar un poco o un mucho de fuerza de voluntad pero vale la pena, te sorprenderás lo que puedes lograr con esta pequeña acción: salvar la noche, mejorar la vibra entre ustedes o convencerlo de tu argumento. Si de plano no puedes, pide “tiempo fuera” y respira profundo antes de decir algo de lo que luego puedas arrepentirte.
En una emergencia
En vez de preguntar “¿Necesitas algo?” o “¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?”, toma la iniciativa usando tu mejor juicio. Por ejemplo: si su hermano acaba de tener un accidente, acompáñalo al hospital a verlo, llévale ropa y algo de comer, avísale a sus papás, hazte cargo de su mascota, etcétera. Recuerda que las ofertas de ayuda vagas son inútiles en momentos de estrés.
Cuando dice algo incómodo
Estás con tus amigos y a tu pareja de pronto se le sale un comentario infantil, una broma súper loser o una observación fuera de lugar. En vez de molestarte, voltear los ojos o ridiculizarla más, encuentra la manera de salvar la situación y hacerla divertida de una forma positiva. Quizá seas la única persona que se ríe pero no importa. Los dos son un equipo y nunca debes darle la espalda.
Mientras esperas
Se quedaron de ver hace media hora y aún no llega. El primer retraso es entendible, el segundo es tolerable pero el tercero ya es una mala costumbre y una falta de respeto. Si ya lo hablaron y no ha cambiado, no apliques “ojo por ojo” ni lo hagas esperar la próxima vez. Simplemente adelántate y no renuncies al plan por su culpa. Entra al cine sola o comienza a cenar mientras llega. La idea es que tú no te sacrifiques y él se de cuenta de todo lo que se está perdiendo por ser impuntual.
Con información de Women’s Health