• Dividan las tareas incómodas
Si van a compartir el baño, les advertimos que el escusado va a ser motivo de conflicto. Stacy Whitman, co-autora de Shacking Up: The Smart Girl’s Guide to Living in Sin Without Getting Burned aconseja que establezcan un calendario de limpieza y reglas básicas como no salpicar, bajar la tapa, etc. Parece exagerado pero si no lo acuerdan luego será motivo de pelea.
• Discutan sobre el futuro
Sabemos que primero quieren ver cómo funcionan las cosas antes de hacer una inversión económica y emocional más grande pero si quieres llegar al altar en un futuro no muy lejano, pongan una fecha estimada para dar ese siguiente paso. Al menos háblenlo para que conozcan las esperanzas y expectativas de cada uno al respecto.
• Hablen de sexo
Es cero romántico pero tienen que confesar cuántas veces esperan cooperar a la semana. De acuerdo al Dr. Stephanie Buehler, director de The Buehler Institute, psicólogo, terapeuta sexual y de pareja, es muy común que alguno se decepcione por no tener la vida sexual soñada, por eso es necesario negociar y aclarar cuánto quieren.
• Establezcan tiempo para los amigos
Para muchos la decisión de vivir juntos es menos formal que el matrimonio, para otros es igual de serio, por lo que deben platicar qué onda con los amigos, la familia y otras personas ajenas a la relación. Habrá quien no quiera comer cada domingo con la suegra y habrá quien dé por hecho que no necesita invitación. Hagan acuerdos.
• Cedan sin dejar de ser felices
Sascha Rothchild, experta en relaciones y autora de How To Get Divorced By 30, señala que mudarse es un compromiso moderado. Es decir, si tú quieres pintar la cocina de rojo y tu pareja la quiere pintar de blanco, no la pinten de amarillo. Deja que escoja el color de la cocina, pero tú elige el de la sala. ¿Odias su colección de carritos? No la desaparezcas, déjala en el librero pero tú no te deshagas de los cojines que tanto amas. La idea es que no se fusionen sino que respeten la esencia de cada uno.
Con información de She Knows
